El agua y la actividad nuclear suelen atraer ovnis, afirma ex funcionario del Pentágono

El ex funcionario del Pentágono Luis Elizondo, quien dirigió el Programa Avanzado de Identificación de Amenazas Aeroespaciales de Estados Unidos (AATIP), defiende en su libro una teoría sobre qué haría que los objetos voladores no identificados (ovnis) aparezcan con mayor frecuencia en ciertas zonas del planeta.
En “Inminente: detrás de escena de la caza de ovnis del Pentágono” , el estadounidense explica que los ahora llamados fenómenos anómalos no identificados (UAP, por sus siglas en inglés) son atraídos por dos factores específicos: la actividad nuclear y grandes cantidades de agua.
Todo esto es muy extraño, pero una de las primeras observaciones de nuestro grupo fue que los UAP y el agua son como los gofres y el jarabe de arce: donde está uno, está el otro. A veces, como en el caso de la mina en el Congo o, como veremos más adelante, los buques nucleares en el mar, los avistamientos de UAP se asocian tanto con la tecnología nuclear como con el agua —dice un extracto del libro—.
Casualmente, cada vez que se ha producido una fusión de un reactor nuclear o una catástrofe, los testigos han visto UAP en las inmediaciones días o meses después. Three Mile Island, Chernóbil y Fukushima han servido como polos magnéticos para los UAP —dice el exfuncionario en otro pasaje—.
A lo largo de las páginas, Elizondo presenta una teoría que justificaría esta coincidencia. No es raro ver OVNIS transportando agua, aunque nunca se les ve con hélices o algún elemento motor similar al utilizado por los humanos.
La teoría desarrollada por el ingeniero Harold “Hal” Puthoff, “una figura legendaria en los círculos de inteligencia y gobierno”, según se describe en el libro, es que son capaces de fisionar protones de hidrógeno presentes en el agua. Esto justificaría la cantidad de energía necesaria para hacer volar a los ovnis , anulando las reglas y leyes físicas de la Tierra.
AATIP incluso desarrolló un plan para una operación que actuaría como cebo para atraer, capturar y estudiar los UAP. La idea era reunir una gran cantidad de equipo militar de propulsión nuclear con ojivas atómicas en un mismo punto de la costa este de Estados Unidos.
El plan para la Operación Intruso era usar un portaaviones nuclear como cebo. Elegiríamos un punto en el Atlántico para dejar una enorme huella nuclear, irresistible para nuestros "amigos de fuera de la ciudad", como se les llegó a llamar. Portaaviones, destructores, misiles con capacidad nuclear y submarinos nucleares, todo en un mismo lugar en una gran masa de agua. La trampa estaría preparada. Agua y equipo nuclear: una combinación irresistible. Las agencias asociadas ocultarían dispositivos de recopilación de datos a su alrededor. Cuando los UAP aparecieran para investigar nuestras maniobras, la trampa se cerraría y concentraríamos todos nuestros recursos de inteligencia en la recopilación de datos, dice otro extracto del libro.
“Inminente: detrás de escena de la caza OVNI del Pentágono” es un libro que retrata la trayectoria de Luis Elizondo al mando del AATIP del Departamento de Defensa de los Estados Unidos. Publicado en Brasil por Harper Collins y lanzado en abril, ofrece detalles sobre los estudios realizados por el equipo de Elizondo y sus esfuerzos para dar visibilidad al tema, que aún enfrenta fuertes presiones motivadas por la religión y las empresas norteamericanas del sector aeroespacial.
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