Cómo Gyökeres logró la mejor temporada de su carrera

Tras marcar cuatro goles más ante el Boavista, en el partido en el que saltó a lo más alto de la Bota de Oro al máximo goleador de la Eurocopa, Viktor Gyökeres llevó al siguiente entrenamiento una camiseta de la primera equipación del Sporting que no era la que había llevado en el Bessa (en aquel partido los Leones vistieron la verde alternativa) para que todos sus compañeros se la firmaran, pero tampoco olvidó lo que guardaría como recuerdo: el balón del partido. En el pasillo que conduce a los vestuarios de la Academia hay una mesa que sirve como una especie de bandeja de recuerdos donde los transeúntes firman y siguen, facilitando la dinámica normal del grupo. En el caso del sueco, fue un partido especial, pero es un gol más que se suma a todos los que viene salvando cuando marca tres o cuatro goles. Sólo en esta temporada, ya son seis.
Tantos que, cuando llega a casa, ya tiene que apilar algunos de ellos contra el brazo del sofá por la falta de espacio en una mesa donde se guardan los principales trofeos individuales que ha ganado desde que llegó a Alvalade en 2023. La mayoría de ellos, en mayor o menor medida, tienen una cosa en común: los objetivos. Si el fútbol se está convirtiendo cada vez más en un mundo sin edad, lo que más importa en el carnet de identidad del '9' es el número de tiros precisos. Eso es lo que lo catapultó, eso es lo que lo motiva, eso es lo que probablemente hará que valga la pena el salto a las ligas mayores. Más que la máscara, esta es tu imagen de marca.
En circunstancias normales, sería imposible predecir que Gyökeres sería capaz de marcar 43 goles (a los que añadiría 14 asistencias) en 50 partidos en la temporada 2023/24. En circunstancias normales, sería más probable que Gyökeres alcanzara los 52 goles y 13 asistencias en 50 partidos esta temporada. ¿Por qué? Estaba apenas en su primer año en un equipo de primera división, algo que nunca antes había sucedido en su carrera. Luego, tuvo la “suerte” de llegar, ver y adaptarse a una nueva realidad que se convirtió en su realidad. El calor que sintió en el Algarve, en los primeros días de trabajo con la plantilla verdiblanca en la concentración de pretemporada, es algo que todavía no ha olvidado. Pero la conexión entre el delantero y la afición fue como amor a primera vista, incluso en los partidos de preparación y justo en su debut oficial, cuando marcó dos goles en 20 minutos contra el Vizela.
Para los delanteros que disfrutan marcando goles, sentirse como en casa es lo más importante. Marcar un gol y luego celebrarlo con la afición es una de las mejores sensaciones que podemos experimentar en el fútbol. Nunca sentí presión; la presión es más mía que cualquier otra cosa. Creo que las cosas han ido bien», dijo en un episodio reciente de «Un día con…» en el canal del club. De una temporada a otra, el número de goles cambiaba, la importancia de los goles cambiaba y el tema de la máscara cambiaba, en parte revelado por él mismo al publicar en sus redes sociales la frase “A nadie le importó hasta que me puse la máscara” , en alusión al villano Bane y a esta tercera película de la saga “El Caballero de la Noche”.

▲ La imagen de marca en la celebración del gol fue "explicada" por el delantero en una cita publicada en redes sociales que pertenece a Bane, villano de la saga "El Caballero de la Noche".
AFP vía Getty Images
“Villano” en las celebraciones, héroe para niños y adultos en el Sporting (basta con ver la grada del José Alvalade cuando el sueco marca, en una celebración que no tiene edad ni restricciones), Gyökeres lo tenía todo para no ser lo que es pero es el caso de alguien que lo buscó todo. El primer impacto con el fútbol ni siquiera fue el mejor. A los cinco años fue a entrenar a un club cerca de la zona donde vivía en ese momento, en las afueras de Estocolmo, a unos 20 minutos del centro, y no le gustó. Su padre, Stefan, descendiente de una familia húngara (de donde viene el apodo del dorsal 9 verdiblanco) y que también jugó en el Stuguns Bollkubb y el Östersund, y su madre, Sofia, le hicieron darle otra oportunidad. Luego, se popularizó. Jugó durante varios años en el IFK Aspudden-Tellus hasta que llamó la atención y se trasladó al IF Brommapojkarna, donde completó su formación y más tarde debutó con el equipo absoluto. En ninguno de los dos clubes se arriesgó a conseguir semejante éxito. ¿Punto clave? La facilidad de marcar.
El sueco no está descrito como un predestinado, como uno de esos niños como Ronaldo o Messi que no se equivocan la primera vez que tocan el balón. En todo lo que hacía, en cada lugar que iba, siempre fintaba con el destino sin ser reconocido como alguien con mucha técnica. A pesar de jugar en un país donde los partidos hasta cierta edad no tienen resultados ni clasificaciones, tenía una vena competitiva por encima de lo normal. No le gustaba estar en el banquillo, no le gustaba salir sin marcar, no le gustaba jugar en otra posición que no fuera la delantera –basta recordar las palabras de un ex entrenador que, en un reportaje en Rádio Renascença, recordó el día en el que el jugador le gritó en el descanso para decirle “no soy lateral, joder, soy delantero”. También aquí, en esta fase inicial del viaje, el padre tuvo una gran influencia.
"Fue decisión de mis padres, no mía. Pensaron que debía entrenar con un equipo, algo que al principio no me gustó", confesó en un informe publicado por la UEFA, recordando el fichaje de Stefan por el IFK Aspudden-Tellus como un factor que contribuyó a su crecimiento. Entonces el sueco estaba justo adelante. A medida que fueron pasando los años, empezó a quedar más relegado a un segundo plano. A partir de los 16 años comenzó a consolidarse en el centro del ataque. “No fue divertido. Mientras todos entrenaban con normalidad, yo entrenaba solo al otro lado del campo, perfeccionando algo tan básico. Fue muy duro, pero me llevó al siguiente nivel”, admitió, antes de dar el salto del IF Brommapojkarna al Brighton inglés, en un viaje que hizo con su entonces novia y compañera de juego, Amanda Nildén. En la temporada 2017, tras haber entrado ya en la lista de referentes por los partidos que había disputado en el Europeo Sub-17, los 21 goles que marcó para ayudar a su equipo al ascenso tuvieron su peso.
No fue divertido. Mientras todos entrenaban con normalidad, yo entrenaba solo al otro lado del campo, perfeccionando algo tan básico. Fue muy duro, pero me llevó al siguiente nivel.
Viktor Gyökeres, en una entrevista con la UEFA, recuerda su etapa como extremo y delantero centro en el IF Brommapojkarna
¿Por qué no fuiste antes? Porque los informes hablaban de un jugador que era rápido pero no todavía el más rápido y que tenía técnica pero no todavía el más técnico. ¿Qué lo hizo diferente? La facilidad de disparo, no solo por su potencia sino también por su capacidad de meter goles en la portería. Algo que no se vio en Brighton, donde realmente no tuvo muchas oportunidades. Algo que no se vio en el St. Pauli, donde estuvo cedido en la temporada 2019/20. Algo que no se vio en el Swansea, donde estuvo cedido en la temporada 2020/21. Eso empezó a verse en el Coventry, donde jugó cedido durante seis meses antes de firmar definitivamente. Allí, al no conseguir su gran objetivo de ascender a la Premier League pese a estar cerca, marcó 18 goles y cinco asistencias en 47 partidos en la temporada 2021/22 y otros 22 goles y 12 asistencias en 50 partidos en la temporada 2022/23.
Cuando Rubén Amorim entró en contacto con los análisis del departamento de scouting y comenzó a mirar más de cerca, fue amor a primera vista. Viktor Gyökeres era el plan A, B o C aunque se mencionaron otros nombres, con otras características, pero que nunca tuvieron ninguna propuesta. La apuesta por el sueco fue total, las conversaciones entre técnico y delantero se multiplicaron para poner a los leones al frente de una carrera con varios rivales. Desde el sueco hasta el empresario, pasando por el propio Coventry, todos acabaron convencidos. En el campo, en los entrenamientos y en los partidos, todo también funcionó a la perfección. El jugador creció en un contexto individual, el equipo ganó en un contexto colectivo. El contexto hizo la diferencia.
Hay muchos “secretos” que pueden explicar el éxito de Gyökeres en Portugal, pero todo se reduce a un factor transversal: su adaptación al club, a la ciudad y al país. Con el paso del tiempo, una época que terminó siendo la mejor decoración de su casa de dos plantas con piscina, teniendo en cuenta que tiene trofeos repartidos por ambos pisos (desde las mesas hasta las paredes), el sueco se convirtió en una especie de “niño mimado” del grupo. No siempre está de buen humor, a veces prefiere simplemente estar solo para lidiar con la frustración de un día que no salió tan bien, pero por regla general es alguien tranquilo, relajado, bromista con sus compañeros, que se siente como en casa incluso debido a su relación actual con la actriz Inês Aguiar. Es igual de rápido para planear cosas con sus amigos, desde golf hasta la playa o simplemente ir a una terraza, como para salir a pasear con su novia, y tampoco tiene problema en salir a locales de ocio nocturno cuando no está trabajando.

▲ Gyökeres ha "renacido" tras un periodo marcado por un problema en el aductor, encajando 17 goles en los últimos 12 partidos desde marzo.
Imágenes SOPA/LightRocket vía Gett
Culturalmente, Gyökeres también es diferente, mezclando una educación sueca con costumbres inglesas. En otras palabras, es profesional, está 100% concentrado en todo lo que hace, lo da todo por los clubes que representa y se siente cómodo haciendo algo que a veces es casi tabú entre los futbolistas profesionales, como es ir a una discoteca hasta ciertas horas dentro del reglamento interno y en un día libre. De hecho, si hay un jugador que se preocupa por cada detalle, ese es el sueco: además de dormir siempre el máximo de horas posible, lo que incluye hacer siestas después del entrenamiento salvo acuerdo en contrario, bebe mucha agua, está siempre abierto a escuchar a todos los expertos respecto a lo que debe comer y sabe “escuchar” a su cuerpo. Más recientemente, la tendencia, para el número 9 y otros jugadores del Sporting, es otra: un batido que combina jengibre, cúrcuma, espinacas, mucho limón y otros ingredientes que no ha querido desvelar... con la seguridad de que el limón es el ingrediente principal.
Incluso en sus gustos musicales, el delantero se ha vuelto más portugués , ya que escucha rápidamente tanto rap y música sueca como afro house, artistas españoles o nacionales, como “Dia de Folga” de Ana Moura o “Tata” de Slow J. El tema de la música es uno de los pocos en los que no aparece como “líder”, escuchando mucho más a menudo en el gimnasio lo que tocan otros que lo que él elige. En todo lo demás, ha llegado a este nivel mediante una adaptación que no ha podido ser mejor y que aún no le ha bastado para hablar en público en portugués (algo que Hjulmand ya se atreve a hacer bien) porque no quiere –porque en privado ya lo hace de vez en cuando-. La salida será inevitable, pero es difícil encontrar otra realidad igual.
Hasan Çetinkaya, excentrocampista sueco que jugó en las categorías inferiores y ahora es director ejecutivo de la agencia de jugadores HCM Sports, es el agente del delantero y alguien en quien Gyökeres confía al 100%. Ocho clubes de la Premier League nos hicieron ofertas al Coventry y a mí, que garantizaban más dinero, más comisiones y un traspaso más alto que el del Sporting. Viktor también habló por teléfono con otros cinco entrenadores. Dijo que el Sporting era nuestro próximo destino. Es muy respetuoso, confía en mí como empresario y me dijo inmediatamente: «No hay problema, iré adonde me digas». Es muy importante conocer el futuro del Sporting y, en concreto, qué pasará con Amorim, porque vinimos aquí por él. Hay muchos clubes que quieren ficharlo, pero tenemos que respetar al Sporting», declaró en la segunda mitad de la temporada pasada a la prensa deportiva nacional.
La llegada del agente a Portugal se explica fácilmente: Ruben Amorim fue mencionado como un fuerte candidato para suceder a Jürgen Klopp en el Liverpool, luego tuvo ese viaje a Londres para reunirse con los directivos del West Ham y quedó la duda de si se quedaría en Alvalade, una decisión que podría influir en el futuro del internacional sueco. Mucha gente me pregunta por qué traje a Viktor al Sporting. Vino por una sola razón: solo traje a Gyökeres al Sporting por Ruben Amorim. Y se lo dije al entrenador la primera vez que lo vi, antes de saludarlo. Había seguido a Ruben desde que estaba en el Sp. Braga. También conozco su filosofía en el Sporting y cómo podía llevar a Viktor a otro nivel. Eso era más importante para mí que llevarlo a la Premier League y ganar más dinero. La mayoría decía que era un estúpido. Fue así en 2023/24, no en 2024/25.
Mucha gente me pregunta por qué traje a Viktor al Sporting. Vino por una sola razón: solo traje a Gyökeres al Sporting por Ruben Amorim. Y se lo dije al entrenador la primera vez que lo vi, antes de saludarlo. Había seguido a Ruben desde que estaba en el Sp. Braga. También conozco su filosofía en el Sporting y cómo podría llevar a Viktor a otro nivel.
Hasan Çetinkaya, empresario de Gyökeres, en una entrevista con periódicos deportivos nacionales en 2024
Hubo algunos acercamientos el pasado verano, siendo el más concreto precisamente el del Arsenal, pero dada la continuidad de Ruben Amorim y la proyección del propio técnico para la nueva temporada, pronto quedó claro que la posibilidad de su salida no era una opción (algo que ya sería tácitamente seguro, salvo que ocurriera algo muy "anormal", antes de la operación de rodilla a la que se sometió tras la final de la Copa de Portugal). ¿Qué “cambió”? La idea del jugador incluso ante la marcha del técnico en noviembre al Manchester United. El delantero inicialmente ni siquiera quería creer que la "ruptura" se haría en ese momento, luego acabó aceptando las explicaciones de Amorim pero desde entonces entendió que sería mejor para él, para su carrera y para el propio club quedarse hasta final de temporada para lograr el segundo campeonato. A partir de ese momento todo dependería de cómo se moviera el mercado, pero salir en enero no estaba contemplado.
En esta etapa, Gyökeres entró en una fase 2.0 de la temporada, con muchos sacrificios personales involucrados. Aunque su inicio fue demoledor, lo que le permitió ser el máximo goleador mundial al final del año natural (con todo lo que eso trajo en términos de repercusión mediática internacional), el sueco no pudo repetir la racha de 11 goles en seis partidos como sí hizo al final de la era Amorim, pasó las seis semanas con João Pereira al frente del equipo con discreción y comenzó la era Rui Borges en el Alvalade con cinco goles en cuatro partidos. Cuando jugó la final de la Copa de la Liga, donde marcó de penalti pero no pudo evitar la derrota del Sporting en la tanda de penaltis ante el Benfica, ya no estaba al 100%. Nada de eso. Y, durante tres semanas, el éxito verdiblanco del momento quedó estancado en el aductor del delantero.

▲ Ruben Amorim fue el principal impulsor de la llegada de Gyökeres a Alvalade y la salida del técnico tardó un tiempo en ser "digerida" por el delantero.
RODRIGO ANTUNES/LUSA
Pedro Gonçalves llevaba mucho tiempo de baja, las lesiones seguían produciéndose y el calendario también era implacable. Algunos problemas fueron traumáticos, de esos que no se pueden evitar en el fútbol, otros fueron de carácter muscular, reflejo de una temporada atípica con tres entrenadores y sus respectivos métodos diferentes. Todo se manejó con pinzas: diez minutos de juego en Vila do Conde (que fueron suficientes para sellar la victoria con otro gol), 36 minutos en Alemania entrando desde el banquillo para otro gol que no evitó la derrota, titularidad en el partido de casa contra el Nacional en el que dio una asistencia, una inevitable ruptura contra el Farense para poder seguir siendo una opción como suplente en el Dragão, otra entrada en la segunda parte contra el B. Dortmund. Lejos de ser 100% en cuanto a ritmo, se utilizó más para marcar una “posición” en el juego que cualquier otra cosa.
No eran tiempos fáciles para el jugador, que quería ayudar al equipo pero sabía que aún no estaba en una fase similar a la que había atravesado en los primeros meses de competición, para el equipo, que se sentía casi rehén de su máximo goleador en las fases de riesgo, y para el propio cuerpo técnico, que no podía agilizar nada so pena de agravar la lesión del aductor. En un momento en el que estaban clínicamente en condiciones de jugar los 90 minutos pero aún buscaban su mejor forma, el Sporting registró tres empates consecutivos que permitieron al Benfica recuperar seis puntos. Aún así, fue esa paciencia que todos se vieron “obligados” a mostrar, con el delantero queriendo jugar muchos más minutos de los que tenía, la que permitió que la temporada terminara bien. Sin esa cinta kinesio negra con la que jugó en la 2023/24 pero con mayor “riesgo”, esta tormenta pasó.
Desde que está al 100%, ha sido increíblemente receptivo. No hay adjetivos para él. La gente piensa que lo digo porque es nuestro delantero, pero es el mejor delantero de Europa. Es imposible describir lo que le da al equipo y lo que el equipo le da a él.
Rui Borges, entrenador del Sporting, tras el póker de Gyökeres en el Bessa ante el Boavista
El partido en Alvalade contra el Estoril, donde los Leones estaban obligados a ganar después de empates consecutivos con FC Porto, Arouca y AVS, marcó el regreso de la mejor forma de Gyökeres con dos goles. El tono estaba dado para un final de temporada capaz de amenazar varios récords: otro doblete con Casa Pia, un gol y una asistencia con Famalicão, un doblete ante el Estrela, otro gol ante el Sp. Braga (a pesar del empate en casa), un hat-trick contra el Moreirense, cuatro goles en el Bessa contra el Boavista. Pese a no puntuar ante Gil Vicente y Benfica antes de la jornada decisiva, el internacional sueco lidera la carrera por la Bota de Oro 2024/25 pese a la amenaza de Mo Salah o Kylian Mbappé, entre otros.
Solo en el partido contra el Boavista, en el que acabó contento con los cuatro goles pero lamentando no haber aprovechado dos oportunidades más claras, Gyökeres batió cuatro récords: 2,70 goles esperados (batiendo un récord que ya era suyo), diez remates (igualando el récord de Daniel Bragança en Liga), nueve remates al área (mejorando su registro y el de Conrad Harder) y también siete remates a portería. Hubo más: se convirtió en el primero de este siglo, junto a Ronaldo y Messi, en marcar tres o más goles en una temporada entre club y selección, alcanzó los 61 goles con el Sporting y Suecia, como sólo los dos extraterrestres habían conseguido hacer (Luis Suárez había marcado 60 entre el Barcelona y Uruguay), se acercó a los números de Peyroteo y Mário Jardel en una temporada y se convirtió en el quinto jugador del Sporting con mejor promedio entre partidos y goles marcados. En 100 partidos disputados en la Luz, marcó un total de… 95 goles.

▲ El delantero sueco jugó su partido número 100 con el Sporting en la Luz. No marcó, dio la asistencia a Trincão y celebró su centenario con un empate que dejó a los Leones dependiendo de sí mismos.
AFP vía Getty Images
Ahora, después de la final de la Copa de Portugal, Gyökeres aún podría disputar dos partidos amistosos con Suecia contra Hungría y Argelia. A continuación, y aún con la ausencia del Sporting del Mundial de Clubes en EEUU, toda la actualidad empezará a girar más en torno a si el escandinavo seguirá o no en el Alvalade, donde seguirá siendo el gran impulsor del resto de récords batidos por el club en cuanto a merchandising se refiere. Más que esos dos goles en su debut oficial contra el Vizela en agosto de 2023, esos 20 pases progresivos que recibió y las 54 acciones con el balón de los leones fueron mucho más que obra del azar: fue gracias al sueco y a sus características en la delantera que el fútbol verdiblanco sufrió una auténtica metamorfosis con el éxito que se vislumbra y que abarata la que fue la mayor compra de siempre de la SAD.
La salida, eso, se verá como natural… si sucede. No hay duda en Alvalade de que es natural que lleguen propuestas concretas por cantidades tentadoras para llevarse al delantero pero, al mismo tiempo, existe esa curiosidad por ver hasta dónde llegarán, teniendo en cuenta que, en las últimas dos ventanas de transferencias, las mayores inversiones fueron Jhon Durán por 77 millones de euros del Aston Villa al Al Nassr, Julián Álvarez por 75 millones del Manchester City al Atl. El Madrid y, ahora en enero, Khvicha Kvaratskhelia por 70 millones del Nápoles al PSG. Y si la Premier League parece un destino más que probable pese a las consultas desde Italia, el Arsenal podría tener un duro rival en el Manchester United por el mismo motivo que llevó a Gyökeres del Coventry al Alvalade: Ruben Amorim. A estas alturas, el Sporting ya ha pagado un total de 23 millones a los ingleses, que aún tienen en su poder el 10% de la plusvalía.
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