Los estudios demuestran que el colesterol desempeña un papel crucial en la salud cerebral.

Seguramente has oído hablar del colesterol bueno (HDL) y del colesterol malo (no HDL o LDL). Pero ¿sabías que uno de los lugares del cuerpo donde esta dicotomía es más evidente es en el cerebro? Estudios recientes revelan el papel del colesterol tanto en el mantenimiento de la salud del órgano como en la aceleración de su deterioro. Y la composición de la grasa influye directamente en estos diferentes efectos.
Durante mucho tiempo, el papel del colesterol en el cerebro se consideró únicamente perjudicial, sobre todo por su relación con los accidentes cerebrovasculares. Sin embargo, en la última década, diversos estudios han demostrado que el cerebro depende de él para funcionar correctamente. Este órgano está compuesto por aproximadamente un 60 % de grasa y necesita lípidos para mantener la estructura de las células nerviosas y la transmisión de señales eléctricas. No obstante, esto no significa que se trate de cualquier tipo de grasa.
“Es una división compleja que depende de la calidad del colesterol”, explica el neurólogo Marco Túlio Pedatella, coordinador de Neurología del Hospital Einstein Israelite de Goiânia. “No se trata solo de pensar en términos de niveles generales; incluso la proporción de proteínas asociadas al colesterol HDL influye en los efectos que tendrá sobre el cerebro”.
Por lo tanto, el equilibrio es delicado. Si bien las grasas buenas son esenciales para la formación y el mantenimiento de las funciones neuronales, desde otra perspectiva, un exceso de lípidos, especialmente de tipo LDL que se acumula en forma de gotitas en el órgano, está relacionado con la inflamación y el deterioro cognitivo.
Cuándo el colesterol protege o perjudica
Se han realizado varios estudios para comprender el impacto de esta función específica del colesterol en el cerebro. Uno de ellos, llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Texas en Estados Unidos y publicado en el Journal of Clinical Medicine en octubre de 2024, reveló que el HDL podría incluso tener un efecto neuroprotector.
Estudios de imagen realizados en 1800 adultos mostraron que aquellos con niveles más altos de HDL presentaban, en promedio, un mayor volumen de materia gris en el cerebro, lo que podría estar asociado con una mejor preservación de la cognición durante el envejecimiento. Esta asociación beneficiosa se mantuvo incluso en pacientes portadores del gen ApoE4, vinculado a la enfermedad de Alzheimer.
Otro estudio, publicado en la revista Immunity en julio de 2025, se centró en el colesterol "malo", LDL. La investigación reveló que tener niveles elevados de este tipo de grasa entre los 40 y los 65 años aumenta significativamente el riesgo de padecer Alzheimer y otras formas de demencia en las décadas siguientes. Según una investigación realizada por neurocientíficos de la Universidad de Purdue, también en Estados Unidos, el exceso de grasa puede paralizar la microglia, las células de defensa del cerebro.
Descubrieron que una enzima lipídica, la DGAT2, se acumula en estas células y reduce su capacidad para eliminar las placas amiloides, acumulaciones de proteínas estrechamente relacionadas con la enfermedad de Alzheimer. El estudio también reveló, in vitro , que al eliminar las enzimas lipídicas, la función celular de estas células "limpiadoras" del cerebro se recuperó por completo.
«Estos hallazgos refuerzan la importancia de mantener un metabolismo lipídico equilibrado para preservar la salud cerebral a lo largo de la vida», destaca la cardióloga Fabiana Hanna Rached, especialista en aterosclerosis del Hospital Einstein Israelita. «El desequilibrio del colesterol en el cerebro afecta la comunicación entre las neuronas, deteriora la función sináptica y puede contribuir al deterioro cognitivo».
La buena noticia es que mantener el colesterol bajo control, especialmente el LDL, puede reducir el riesgo de deterioro cognitivo. Los estudios indican que el uso de estatinas y los cambios en la dieta ayudan no solo a proteger el corazón, sino también a retrasar o incluso prevenir la demencia.
Colesterol que solo afecta al cerebro.
Aunque el cuerpo produce colesterol en diversos tejidos, el colesterol cerebral es particular. Se sintetiza allí y no atraviesa libremente la barrera hematoencefálica, que aísla el sistema nervioso, por lo que sus niveles pueden diferir de los del resto del cuerpo. «El colesterol cerebral tiene su propio metabolismo, y solo derivados como el 24S-hidroxicolesterol pueden cruzar esta barrera», explica Pedatella. Esta separación ayuda a proteger el sistema nervioso de variaciones bruscas en la concentración de lípidos en sangre.
A pesar de esto, los trastornos sistémicos asociados con los niveles de lípidos, como el síndrome metabólico, pueden afectar indirectamente el metabolismo del colesterol cerebral. Por ejemplo, las personas con obesidad abdominal, hipertensión y niveles bajos de HDL en sangre suelen tener un volumen cerebral reducido. «Si bien las grasas saludables son cruciales para la función cognitiva y la salud cerebral, los niveles bajos de HDL asociados con otros problemas metabólicos se han relacionado incluso con un menor rendimiento cognitivo en las pruebas, por lo que necesitamos investigar más a fondo si revertir o mejorar el síndrome metabólico puede beneficiar la salud cerebral y de qué manera», señala Rached.
Además, la etapa de la vida en la que aumentan los niveles de colesterol parece determinar el riesgo futuro de demencia. «El impacto de los niveles de colesterol en el riesgo de demencia es más significativo cuando la exposición se produce en la mediana edad», advierte el neurólogo. Después de los 70 años, esta asociación se debilita, e incluso, en algunos estudios, niveles más altos podrían estar relacionados con un mejor pronóstico.
Estas contradicciones indican que aún queda mucho por comprender. «Faltan estudios longitudinales capaces de distinguir la causa y el efecto del colesterol en el cerebro. También es necesario investigar cómo las intervenciones tempranas, como las dietas equilibradas y el control metabólico, pueden preservar la función cerebral», subraya el cardiólogo del Einstein.
Mientras tanto, conviene seguir esta máxima: controlar el colesterol mediante una buena alimentación, medicación cuando sea necesario y actividad física no es solo una cuestión de salud cardiovascular; también es una inversión en la salud general, incluida la salud cerebral.
Fuente: Agencia Einstein
El artículo « El colesterol juega un papel decisivo en la salud cerebral, según muestran los estudios» apareció primero en Agência Einstein .
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