Río de Janeiro. La megaoperación en las favelas fracasó en su objetivo.

El gobernador de Río de Janeiro se jactó y consideró la Operación Contención, que resultó en la muerte de 121 personas (incluidos cuatro policías), un "éxito": "al haber salvado la vida de los policías". Sin embargo, según un informe publicado por Reuters , las autoridades brasileñas no pudieron localizar a la gran mayoría de las 69 personas identificadas.

Solo cinco de las personas identificadas por los fiscales en la denuncia que sirvió de base para la operación fueron arrestadas, y ninguna de ellas era líder del Comando Vermelho, un grupo criminal que domina la región brasileña, especialmente la zona que rodea la Serra da Misericórdia, donde se ubican los complejos de Penha y Alemão.

Río de Janeiro. El operativo histórico se desplegó para acorralar a los narcotraficantes en el bosque, los cuerpos alineados y las críticas desde Brasilia.

La operación, que movilizó a más de 2.500 agentes de la Policía Civil y Militar, culminó con la detención de 99 personas. Edgar Alves de Andrade, líder del Comando Vermelho, conocido como Doca, sigue prófugo, al igual que las principales figuras del grupo.

Según un informe al que Reuters tuvo acceso exclusivo, solo se detuvo a un líder de nivel medio del grupo sin que se produjeran disparos. Esta información revelada por la agencia contradice los informes iniciales sobre el operativo realizado en dos complejos densamente poblados de las favelas del norte de Río de Janeiro.

Víctor dos Santos, responsable de seguridad pública en Río de Janeiro, confirmó a Reuters que el objetivo del operativo era detener a los hombres identificados, pero lo justificó diciendo: «No es fácil perseguir a 69 personas entre 280.000» que viven en las favelas. A pesar de que 19 de los fallecidos no tenían antecedentes penales, Víctor dos Santos está completamente seguro de que eran delincuentes.

La Operación Contención ha dividido la opinión de los líderes brasileños. El presidente de Brasil la consideró "desastrosa", pero mientras Lula da Silva defendió las acciones policiales dirigidas a combatir el crimen financiero, Cláudio Castro, gobernador de Río de Janeiro y cercano a Jair Bolsonaro, expresó la importancia de arrestar (y matar) a líderes de bandas como el Comando Vermelho.

El pueblo brasileño, especialmente las familias, amigos y vecinos de las víctimas —así como las organizaciones de derechos humanos— acusaron a la policía de matar indiscriminadamente a los residentes de las favelas.

“[La policía] arresta, mata y todo está bien, porque saben que aquí no hay ley. (…) En Brasil, esto es normal”, dijo Samuel Peçanha, padre de un joven de 14 años asesinado por la policía. El hombre reconoció que su hijo pertenecía al Comando Vermelho, pero explicó que aún tenía la esperanza de convencerlo de que abandonara ese mundo. “Todavía era un niño. Desafortunadamente, no pude sacarlo de ahí”.