El efecto más obvio de la deficiencia de vitamina D en la salud mental

Los síntomas comunes de la depresión incluyen pérdida de energía, dificultad para concentrarse y pérdida del disfrute de la vida, que también pueden ser signos de deficiencia de vitamina D.
Recientemente ha vuelto a cobrar protagonismo un estudio previo sobre los efectos significativos de la deficiencia de vitamina D en la salud mental.
Las investigaciones sugieren que no obtener suficiente vitamina D puede exacerbar los problemas de salud mental.
Se estima que casi la mitad de la población mundial tiene deficiencia de vitamina D. El cuerpo humano produce esta vitamina principalmente a través de los efectos de la luz solar en la piel. Por lo tanto, los niveles de vitamina D pueden ser más bajos en quienes viven en el hemisferio norte, especialmente durante los meses de invierno.
INVESTIGACIÓN REALIZADA EN 1.282 PERSONASAlgunas de las 1.282 personas que participaron en el estudio publicado en la revista Archives of General Psychiatry fueron diagnosticadas con depresión.
Las mediciones revelaron que los niveles de vitamina D en sangre eran un 14 % más bajos en personas con depresión leve y grave. Los científicos observaron que la depresión y la deficiencia de vitamina D pueden desencadenarse mutuamente:
Puede haber causas subyacentes para la deficiencia de vitamina D, como pasar menos tiempo al aire libre debido a la depresión, diferentes condiciones de vida o hábitos alimentarios. Sin embargo, los niveles bajos de vitamina D también pueden provocar depresión.
El estudio también encontró que casi la mitad de los participantes tenían deficiencia de vitamina D. El 38,8 por ciento de los hombres y el 56,9 por ciento de las mujeres tenían niveles insuficientes de vitamina D.
¿CÓMO TOMAR VITAMINA D ?La vitamina D es una de las necesidades más esenciales del cuerpo y su principal fuente es la luz solar. La piel produce vitamina D de forma natural al exponerse a la luz solar, por lo que una breve exposición al sol, especialmente alrededor del mediodía en verano, es suficiente para la mayoría de las personas.
También es posible obtener vitamina D de los alimentos. El pescado azul como el salmón, las sardinas y la caballa, las yemas de huevo, la leche y los productos lácteos, y los cereales de desayuno fortificados son fuentes importantes de esta vitamina.
Los suplementos de vitamina D entran en juego durante los meses de invierno, cuando la luz solar se reduce o cuando no se puede lograr una ingesta adecuada a través de la dieta.
La ingesta diaria recomendada para adultos es generalmente de 10 microgramos, pero las necesidades individuales pueden variar. Por lo tanto, si se sospecha una deficiencia, se debe realizar un análisis de sangre y tomar suplementos bajo consejo médico.
ntv