Parkinson: conoce 3 tratamientos que aportan mejor calidad de vida

Se espera que los casos de Parkinson en Brasil se dupliquen en las próximas décadas, pasando de alrededor de 500.000 actualmente a 1,2 millones en 2060, según un estudio brasileño publicado en abril en The Lancet Regional Health. Investigadores de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul (UFRGS) y otras instituciones realizaron la estimación con base en datos de casi 10 mil personas en todas las regiones del país.
A pesar de esta perspectiva, el artículo también concluye que la enfermedad todavía está muy infradiagnosticada en sus primeras etapas, lo que indica la necesidad de mejorar la investigación de casos y un mayor acceso al tratamiento.
El Parkinson es una enfermedad neurológica causada por la degeneración de las células responsables de la producción de dopamina, un neurotransmisor involucrado en los estímulos del movimiento. El principal factor de riesgo es el envejecimiento , pero los estudios también sugieren una asociación con la exposición excesiva a ciertos productos químicos, como algunos disolventes.
Inicialmente se manifiesta mediante temblores, movimientos lentos, rigidez muscular, entre otros síntomas. El diagnóstico es clínico, ya que no existe ninguna prueba específica capaz de detectar la enfermedad, que es progresiva y de evolución lenta.
Aunque no existe cura, el tratamiento puede ayudar a mantener los síntomas bajo control. En las fases iniciales, la conducta terapéutica implica medicación para compensar la falta de dopamina, además de actividad física, fisioterapia y, en algunos casos, sesiones de logopedia.
Sin embargo, después de unos siete u ocho años, dependiendo de cada individuo, empiezan a aparecer limitaciones funcionales. Puede haber un impacto importante en la calidad de vida y, a menudo, la persona sigue activa y necesita trabajar, por ejemplo. En esta etapa, se plantea la terapia avanzada, explica el neurólogo Rubens Cury, del Hospital Israelita Albert Einstein.
Para quienes ya no responden al tratamiento clínico, existen algunas opciones de tratamiento, que deben tener en cuenta el estadio de la enfermedad y el perfil de cada paciente. Conozca más sobre ellos:
1. Estimulación cerebral profunda (DBS)Esta técnica quirúrgica existe desde hace unos 20 años y es muy efectiva para controlar la lentitud y los temblores. El procedimiento implica implantar dos electrodos en regiones específicas del cerebro, uno en cada lado.
Están conectados a un tipo de marcapasos implantado en el pecho del paciente. Este dispositivo emite una descarga eléctrica que modula el núcleo de las células enfermas, regulando las señales que producen los síntomas.
Además de su eficacia, una de las ventajas de la técnica es la posibilidad de regular la intensidad según los síntomas: a medida que avanza la enfermedad, es posible ajustar las descargas. Por otro lado, al ser un procedimiento quirúrgico, puede estar contraindicado para algunas personas, como aquellas personas muy mayores o que presentan complicaciones clínicas.
2. Ultrasonido focalizado de alta intensidad (HIFU)Es un ultrasonido de alta intensidad indicado para controlar los temblores causados tanto por el Parkinson como por una enfermedad llamada temblor esencial. Promueve una mejoría inmediata de este síntoma, alrededor del 70%. La técnica llegó a Brasil en 2025, pero está aprobada en Estados Unidos desde 2017.
A diferencia de la DBS, este procedimiento es menos invasivo. Al paciente lo colocan en una máquina de resonancia magnética con una especie de casco (para ello es necesario afeitarle todo el pelo). Con ayuda de pruebas de imagen se planifica la intervención en el lugar exacto donde están alteradas las células.
Durante el procedimiento, se aplican ondas de ultrasonido en un punto específico del cerebro, el tálamo, que es responsable de los temblores. El objetivo es provocar una pequeña lesión térmica, de 4 milímetros, que elimine el “cortocircuito” que provoca el temblor. Todo este proceso dura aproximadamente tres horas y se realiza con el paciente despierto, sin anestesia general. El alta se produce el mismo día.
La terapia es unilateral, es decir, si el individuo presenta temblores en ambos lados del cuerpo, puede tener una sesión adicional en el lado opuesto, después de al menos nueve meses.
Sin embargo, la técnica no cura la enfermedad ni elimina síntomas como rigidez y lentitud. Aunque a largo plazo la mayoría sigue teniendo temblores controlados, estos pueden volver. Depende de la progresión de la enfermedad y de la persona. Es posible que no mejoren tanto como desearían. Quizás tengan que repetir el tratamiento o someterse a otros tratamientos, señala Cury.
Además, debido a la inflamación en el lugar de la lesión, la persona puede experimentar dificultades de equilibrio. También puede haber dolor, náuseas, hormigueo, alteraciones del habla y debilidad. En la gran mayoría de los casos, los efectos secundarios son tolerables y temporales.
3. Terapia de infusión dopaminérgicaEste tratamiento no es más que la infusión del medicamento existente a través de una bomba subcutánea que libera dosis constantemente. Se ha señalado como una solución para individuos que presentan fluctuaciones en los síntomas, alternando periodos llamados on y off .
“La medicación oral es efectiva, pero luego su efecto desaparece. Estos pacientes pueden beneficiarse de esta terapia continua”, explica el neurólogo. Aunque fue lanzada en Estados Unidos en 2024, aún no ha sido aprobada por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa).
CNN Brasil