Estudio descubre plantas resistentes al calor en las colinas de Espírito Santo

Un estudio realizado en cuatro inselbergs (afloramientos rocosos) en el estado de Espírito Santo, en la región sudeste de Brasil, identificó 26 especies de plantas leñosas, con gran capacidad para enfrentar la escasez de agua, pocos nutrientes y altas temperaturas.
El estudio, realizado por cinco investigadores brasileños, es pionero en este tipo de vegetación en inselbergs de la Mata Atlántica .
La investigación se realizó con 300 elementos de estas 26 especies, entre árboles, arbustos y palmeras, entre ellas dos especies endémicas de los inselbergs de este bioma: Pseudobombax petropolitanum (algodonero) y Wunderlichia azulensis (árbol de la familia del girasol), ambas amenazadas de extinción.
Entre los hallazgos del estudio está la capacidad de almacenamiento de carbono, que está relacionada con la esperanza de vida de la planta y su tasa de crecimiento anual, después de todo, las plantas absorben dióxido de carbono de la atmósfera para alimentarse. Con CO2, las plantas pueden producir energía para sí mismas y, lo más importante, ganar biomasa (es decir, crecer).
Longevidad“Sabemos que algunas especies tienen una gran longevidad, como el ceiba, que en algunos casos alcanza los 16 metros de altura y 116 centímetros de diámetro, algo sorprendente considerando que la especie crece directamente sobre rocas expuestas”, afirma el investigador Dayvid Couto, del Instituto Nacional del Bosque Atlántico (INMA).
Para él, este fue el primer estudio en el mundo en estimar la biomasa y el carbono de las plantas leñosas en inselbergs. Sin embargo, para descubrir el potencial real de secuestro de carbono de estas comunidades vegetales, sería necesario realizar estudios más profundos, investigando, por ejemplo, su esperanza de vida, su velocidad de crecimiento y la biomasa y el carbono almacenados en las raíces.
Sin estas respuestas, es difícil estimar el potencial de secuestro de carbono. Estos aspectos se monitorearán y evaluarán en futuros estudios que el equipo planea desarrollar, dependiendo de la financiación. Esto nos permitirá obtener datos sólidos sobre el carbono potencial fijado anualmente por esta vegetación, por ejemplo, afirma.
CarbónA pesar de ello, se sabe que las plantas leñosas de los inselbergs pueden almacenar entre 14 y 48 toneladas de carbono por hectárea sólo en biomasa aérea (sin considerar las raíces), un valor equivalente al de los bosques estacionales que crecen alrededor de los inselbergs en el sur de Espírito Santo.
Sin embargo, en un contexto de cambio climático, el potencial de secuestro de carbono no es la única contribución que el conocimiento sobre esta vegetación puede hacer al medio ambiente. Al ser afloramientos rocosos, los inselbergs acumulan poco suelo y, en consecuencia, pocos nutrientes y agua, además de estar sometidos a una alta exposición solar.
Las especies que viven en los inselbergs poseen importantes adaptaciones que les otorgan mayor resistencia a condiciones extremas, como suelos poco profundos, alta exposición solar y escasez de agua y nutrientes. Algunas de estas adaptaciones incluyen raíces tuberosas, que almacenan agua, y hojas caducas, que caen durante los períodos más secos para reducir la pérdida de agua, explica el investigador.
Restauración forestalDebido a su gran resistencia a la adversidad, estas especies pueden tornar más eficientes los proyectos de restauración forestal, especialmente en áreas sujetas a la minería, actividad económica que constituye una amenaza para los propios inselbergs de Espírito Santo.
Muchas de las especies leñosas inventariadas se adaptan bien a estas condiciones adversas. Por lo tanto, son prometedoras para su uso en proyectos de restauración de áreas degradadas por la minería de rocas ornamentales, explica Dayvid Couto.
Añade que «la industria de la roca ornamental es una de las actividades económicas más importantes de Espírito Santo. Sin embargo, los profundos impactos que esta actividad tiene en la biodiversidad de los inselbergs han sido en gran medida ignorados».
Según él, “estos ecosistemas albergan un número importante de especies vegetales, muchas de ellas endémicas y amenazadas de extinción.
Un desafío para la cienciaRestaurar las funciones ecológicas y las interacciones bióticas en estos entornos tras la minería supone un enorme reto para la ciencia. Nuestro estudio destaca importantes lagunas de conocimiento y refuerza la necesidad de invertir en investigación centrada específicamente en este tipo de entorno. Con base en estos datos, es posible buscar soluciones más sostenibles e innovadoras, capaces de transformar esta industria en un modelo de responsabilidad socioambiental, explica.
El estudio identificó 17 de las 26 especies que no fueron incluidas en un inventario reciente de la flora de inselbergs en la región Sudeste de Brasil, lo que demuestra que aún hay mucho por saber sobre la diversidad vegetal de esos ambientes.
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CNN Brasil