Crisis comercial, informalidad y turismo sin rentabilidad: el análisis de Diego Stornini en Aconcagua Radio

La economía mendocina atraviesa un momento crítico y complejo, según el diagnóstico de Diego Stornini, vicepresidente de la Federación Económica de Mendoza (FEM), quien analizó en profundidad la situación del comercio, el turismo y el empleo en la provincia.
Durante una entrevista con Aconcagua Radio, Stornini advirtió que “hay una contracción muy fuerte en el comercio”, con una caída estimada “alrededor del 10% interanual en el empleo formal”, según datos de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo. “No hay mucho que discutir: hay una contracción muy fuerte en el sector comercial y, junto con la gastronomía y el turismo, es uno de los rubros más golpeados”, señaló.
El dirigente remarcó que esta crisis tiene múltiples causas. Por un lado, explicó que la economía venía de un “proceso inflacionario muy alto” y de una brecha cambiaria con un dólar paralelo que “duplicaba o triplicaba al oficial”, lo cual generaba un consumo acelerado y gran flujo comercial desde el exterior. “Con alta inflación, la gente consume más porque guardar la plata es perder poder adquisitivo”, dijo.
Además, subrayó que en el nuevo contexto de mayor estabilidad, “el consumidor tiene ahora una herramienta muy importante: la espera”. Según Stornini, este cambio cultural hace que muchos posterguen compras o prioricen el ahorro, afectando directamente al comercio local.
“Sí, hay una contracción. Era natural, era esperable. No es buena, pero hay que ver cómo ponemos cabeza desde la dirigencia empresarial para reinventarse o reconvertirse sin salir del sistema”, planteó.
Pero no todos logran adaptarse. Stornini alertó sobre una tendencia creciente hacia la informalidad comercial: “Muchos comercios que pierden rentabilidad pasan a la informalidad. Eso se ve como cierre, pero en realidad están sobreviviendo fuera del sistema”.
Para el vicepresidente de la FEM, uno de los principales motivos es la altísima presión impositiva. “En este país nadie te baja un impuesto. Seguimos tan exprimidos como hace tres años. A nivel provincial no se bajó nada”, criticó. “La única explicación posible a tanto empleo informal y comercio informal es la tremenda presión impositiva a la que está sometido el emprendedor”.
En esa línea, explicó que muchos optan por cerrar el local y continuar su actividad en redes sociales o desde su casa, vendiendo por WhatsApp o mostrando catálogos online: “No pueden acceder al sistema financiero ni formalizarse, pero es la única manera de seguir”.
El Valle de Uco no escapa al panoramaStornini también se refirió a la situación del Valle de Uco, donde reside y desarrolla su actividad. “La situación no es muy diferente a la del Gran Mendoza o la zona Sur. Hay un comercio contraído, comerciantes bajando costos fijos y tratando de sobrevivir”, describió.
Aunque reconoció que el mercado inmobiliario se ha “normalizado” en cuanto a precios y condiciones, alertó sobre las dificultades para acceder a buenos puntos de venta: “En pueblos como Tunuyán cuesta mucho más alquilar en las calles principales, que son claves cuando el consumo está deprimido”.
También explicó que en el interior hay una presión adicional: la comparación de precios con Mendoza capital o con Chile. “Empieza a postergarse la compra y a crecer el ‘tour de compras’ a otras ciudades o al país vecino”, comentó.
Turismo: recuperación sin rentabilidadSobre el turismo, Stornini fue enfático al criticar la falta de información oficial del EMETUR. “Desde diciembre de 2023 se interrumpió la publicación de datos estadísticos. Sin datos no hay decisiones, y sin decisiones no hay gestión”, advirtió.
A pesar de una recuperación en el turismo nacional gracias a cierta estabilidad de los salarios, el dirigente afirmó que la rentabilidad del sector “sigue en caída libre”. “Antes el turismo tenía altas tasas de rentabilidad. Hoy eso se perdió”, señaló.
Entre las causas de esta caída, identificó el fin del incentivo cambiario para el turismo internacional y la imposibilidad de trasladar los aumentos de costos al precio de los servicios. “El salario se acomodó, las tarifas de gas y luz se dispararon, pero los precios de la hotelería y la gastronomía no aumentaron igual. Entonces, la rentabilidad es bajísima”, explicó.
Finalmente, Stornini fue claro sobre el nudo central del problema: “Los tres grandes componentes del costo de un prestador turístico son el personal, la energía y los impuestos. Y en los tres hay una presión impositiva altísima. Por cada millón de pesos en sueldos, hay que pagar 700 mil más en cargas sociales. En energía, la presión impositiva puede llegar al 40%”, detalló.
Y concluyó con una advertencia: “Mendoza tiene una infraestructura turística maravillosa. Sería una pena que se pierda por falta de rentabilidad. Hay que tener cuidado, porque está en riesgo”.
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