18 de septiembre, el disparo de advertencia

Un país sin gobierno durante diez días –y por tercera vez en un año–, más de un millón de personas en las calles y 588 acciones en toda Francia , un nivel de huelguistas raramente alcanzado en ciertos sectores, más de la mitad de los franceses que aprueban este primer día de movilización intersindical…
El mensaje no podría ser más claro, y refleja el de las urnas: el Presidente de la República ya no tiene legitimidad para implementar políticas que beneficien exclusivamente a los más ricos. Sus intrigas y maniobras políticas no cambiarán esta situación. La mayoría de los ciudadanos aspira ahora a un cambio radical de rumbo y no se resignará a la destrucción de los servicios públicos y las conquistas sociales.
No habrá estabilidad política sin justicia social. Sébastien Lecornu, como todos los improbables fusibles que Emmanuel Macron no dudará en sacar de su manga derecha, correrá la misma suerte que François Bayrou si persiste con su política de austeridad injusta, ineficaz y sin rumbo.
Y se necesitarán más que unas pocas migajas y medidas simbólicas para revertir la tendencia. Los franceses ya no aceptan pagar el despilfarro de dinero público procedente de todas las exenciones fiscales concedidas a las empresas más ricas y grandes sin ninguna compensación.
El éxito de esta jornada también es un buen desaire para todos aquellos, liderados por el inquilino del Palacio del Elíseo, que contaban con una pérdida de influencia por parte de los sindicatos, quienes lograron transformar la resignación en movilización. Mejor aún, la unidad intersindical será un activo clave en el equilibrio de poder este otoño.
El próximo gobierno deberá presentar el proyecto de ley de presupuestos para 2026 a mediados de octubre. Al ejecutivo le queda un mes para escuchar el mensaje de la calle y respetar el mensaje de las urnas. Si vuelve a sacar adelante el proyecto de ley, asumirá toda la responsabilidad del "caos político" que ha causado.
La emergencia social es la prioridad de la humanidad cada día.
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L'Humanité