Todos se sienten cohibidos: "Cuando mi hermana me dijo 'todo en ti es bonito excepto tu nariz', se convirtió en tema de conversación".

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Isabelle, de 65 años y ahora jubilada, fue maestra durante parte de su vida laboral, lo cual nunca afectó su relación con la nariz que alguien le señaló una vez como fea. El comentario le generó un complejo que la atormentó durante su adolescencia. De ser algo sin importancia, se convirtió en una obsesión que, finalmente, un día superó casi sin darse cuenta. Aceptar su nariz significó enfrentarse a otra herida, más profunda.
Cuando era pequeña, no era ni guapa ni fea, diría que simplemente estaba bien. Un día, cuando tenía unos doce años, mi hermana le dijo a alguien delante de mí: «Isabelle es guapa, pero lo que le falla es la nariz». Lo dijo sin mala intención, como si nada. Al oír su comentario, me quedé de piedra porque nunca antes me había parado a pensar en mi nariz. No le daba importancia. Pensé : «¡Ay no, tengo una nariz fea!». Es cierto que es un poco larga y no es precisamente bonita según los cánones de belleza, porque es ligeramente aguileña, pero no soy Cyrano. Desde ese momento, empecé a encontrarla muy fea.
"La apariencia es importante a los 13 años. Empezamos a interesarnos por..."
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