En psiquiatría, "los pacientes deberían recibir un reembolso por ciertos medicamentos que aún no están autorizados".

En 2025, la salud mental fue declarada una causa nacional prioritaria. El reto al que se enfrenta la psiquiatría francesa es enorme, ya que el sector carece de recursos, tanto humanos como logísticos y financieros.
Para empezar a abordar esta situación, existen medidas económicas que tendrían un impacto inmediato en la salud mental de muchos franceses. La principal es la posibilidad de que los pacientes reciban un reembolso por ciertos medicamentos que no cuentan con autorización de comercialización (AC), requisito indispensable para su cobertura por el sistema nacional de salud. De hecho, algunos psicofármacos no están cubiertos por el sistema nacional de salud para su uso en psiquiatría, a pesar de la sólida evidencia que respalda su recomendación a nivel mundial.
El pramipexol se utiliza en la depresión bipolar por sus propiedades dopaminérgicas, un uso destacado ya en 2009 por dos autoridades internacionales. Las hormonas tiroideas, que no son sedantes ni se asocian con aumento de peso, se recomiendan para la depresión desde hace veinticinco años por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría. La metformina, por su parte, se prescribe para la diabetes o la obesidad inducida por neurolépticos desde principios de la década de 2000. Es la primera intervención farmacológica destacada en varias guías internacionales de psicofarmacología para el tratamiento y la prevención de la obesidad.
sanciones económicasCuando, por razones administrativas y contables, la psiquiatría francesa no puede aprovechar el conocimiento científico internacional, excluye a los pacientes más desfavorecidos del acceso a tratamientos que a veces son los únicos eficaces.
Esta situación se observa especialmente en la medicina ambulatoria, donde los psiquiatras tienen una probabilidad significativamente mayor de ser auditados por la Caja Nacional de Seguro de Salud francesa (CPAM) por prescripciones fuera de indicación, no especificadas como tales en la receta. Las circunstancias socioeconómicas de los pacientes psiquiátricos —que presentan afecciones complejas o resistentes al tratamiento y suelen ser los más vulnerables y con mayor frecuencia discapacitados u hospitalizados— exigen que los profesionales sanitarios, por razones éticas, hagan todo lo posible para garantizar su acceso a medicamentos eficaces, bien tolerados, seguros y cubiertos por el seguro.
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