En la carretera BR-319, una importante arteria de deforestación en la Amazonía.

El diario brasileño “Folha de São Paulo” recorrió la BR-319, una carretera que atraviesa la selva amazónica y conecta las ciudades de Manaos, en el estado de Amazonas, y Porto Velho, en Rondônia. En su tramo central sin pavimentar, la destrucción, los incendios, la apertura de caminos clandestinos y el acaparamiento de tierras son habituales.
En el camino a Realidade, las figuras políticas que viajaban en convoy distorsionaban deliberadamente la realidad que pasaba ante las ventanillas de sus vehículos.
Este pequeño pueblo del sur del estado de Amazonas está atravesado por la BR-319, específicamente por el tramo central sin pavimentar. Ubicado en el distrito de Humaitá, Realidade se encuentra en una de las fronteras de la deforestación amazónica: la destrucción, los incendios, la apertura de caminos clandestinos y el grilagem (la apropiación de tierras públicas o protegidas) forman parte de la vida cotidiana.
Reunidos en esta procesión durante la campaña electoral del 13 de septiembre, estas personalidades, que se encuentran entre las más importantes de Amazonas, optaron por ignorar lo que tenían delante cuando llegaron a Realidade.
En redes sociales, durante su transmisión en vivo mientras recorrían la BR-319, estos parlamentarios aseguraron que la carretera no tenía muchas bifurcaciones, es decir, esos caminos de tierra abiertos para facilitar la deforestación y la tala dentro del bosque. Esto no tiene nada que ver, por lo tanto, con lo que afirma Marina Silva (del partido Red Sostenible [Verdes]), Ministra de Ambiente y Cambio Climático del gobierno de Lula da Silva.
“El BR-319 está muy bien conservado, nosotros
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