Lo que han mostrado los dos primeros meses de León XIV

Hace una semana, León XIV inició sus vacaciones estivales que coincidieron con su nombramiento como sumo pontífice de la Iglesia católica hace dos meses. En este corto tiempo, Robert Francis Prevost ha mostrado su interés de unificar la Iglesia y recuperar el peso de la función papal, por lo que expertos presagian un pontificado más clásico que el de su predecesor argentino Jorge Mario Bergoglio.
“Prudente”, “a la escucha”, “metódico”, son los calificativos más utilizados por sus colaboradores para describir al primer papa estadounidense y con nacionalidad peruana, que fue elegido por el cónclave el 8 de mayo.
Francisco era muy popular entre los fieles, pero se enfrentó a una feroz oposición interna. Desde su llegada en 2013, el jesuita rompió los códigos tradicionales cambiando el palacio pontificio por una residencia más modesta. Por su parte, León XIV se muestra más prudente, se integra en la tradición histórica y también multiplica sus discursos evitando herir sensibilidades.
Al margen de las misas y audiencias públicas, el pontífice agustino aparece sonriente y afable. Se le ve bendiciendo niños o uniéndose al corillo de aficionados del White Sox de Chicago –equipo de béisbol preferido del Papa– durante un recorrido en el papamóvil por la plaza de San Pedro.
A la par de esa cercanía con los fieles, Prevost, políglota reservado y que fue durante casi dos décadas misionero en Perú –su país de adopción–, ha mantenido una línea mesurada y respetuosa con el protocolo. “Su estilo está lleno de simplicidad: es una presencia que no se impone a los otros. Con él, más que en las apariencias, es necesario fijarse en el contenido”, explica a AFP Roberto Regoli, profesor de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.
Su estilo está lleno de simplicidad: es una presencia que no se impone a los otros. Con él, más que en las apariencias, es necesario fijarse en el contenido
Charles Mercier, profesor de historia contemporánea en la Universidad de Burdeos, en Francia, recalca que Prevost predica con sus acciones “una relativa discreción detrás de la función”. “Francisco tenía un carisma que puso de relieve a través de su personalidad. León parece querer integrarse en una institución –el cargo pontificio– que lo supera”, apunta Mercier.
Acercamiento a la curiaEn el interior de la curia romana, la administración central de la Santa Sede, sus colaboradores lo describen como un hombre pragmático, tranquilo, mesurado, metódico, reflexivo y que “se preocupa por el equilibrio”. Unos mensajes más bien halagadores.
En dos meses, León XIV ha devuelto el valor a las instituciones de la Santa Sede, tras 12 años de un liderazgo considerado por algunos demasiado rígido. “La curia se vio sacudida por el papa Francisco, que hizo reformas, a veces de manera unilateral, incluso autoritaria. Y que a menudo fueron mal percibidas”, asegura una fuente vaticana que requirió el anonimato. “La llegada de Prevost, que tiene buena reputación, suscitó alivio. Creemos que ahora las cosas serán más fluidas, menos personales”, añade.

Fue ordenado cardenal en 2023. Foto:Vatican News
El 24 de mayo, a menos de 20 días de su elección, el agustino lanzó una frase durante un encuentro con trabajadores del Vaticano que le dio buenas señales al sector que se sintió relegado en el pontificado de Francisco: “Los papas pasan, la curia permanece”. La idea es totalmente opuesta a los comentarios del argentino de 2014, cuando criticó duramente la mundanidad y la hipocresía del alto clero.
Según una fuente diplomática europea, el Papa está “mimando” a la curia. “Está en una lógica de unión, exactamente para lo que fue elegido”, analiza otro diplomático cercano a la Santa Sede. En algunas de sus misas ha hablado de tender puentes, de no cerrar las puertas, de escuchar y no juzgar.
León XIV, que llegó en pleno Jubileo –el Año Santo de la Iglesia, con una enorme cantidad de eventos en Roma–, ha hecho eco de la doctrina católica sobre el celibato de los sacerdotes, el matrimonio homosexual y el aborto.
“El matrimonio no es un ideal, sino el modelo del verdadero amor entre el hombre y la mujer: amor total, fiel y fecundo”, dijo en una misa ante 60.000 fieles de más de 130 países que viajaron a Roma para el Jubileo de las Familias, los Niños, los Abuelos y los Ancianos.
En esa misma homilía, León XIV criticó la interrupción voluntaria del embarazo, señalándola como traición a la humanidad. “Por ejemplo, cuando se invoca la libertad no para dar vida, sino para quitarla; no para proteger, sino para herir”, sentenció hace más de un mes.
En el plano diplomático, el Papa de 69 años ha reiterado sus llamados a la paz en una Ucrania ‘martirizada’ y en Gaza denunció el uso del hambre como un arma de guerra. Ha hablado tanto con Volodímir Zelenski (con quien se ha visto personalmente dos veces) como con Vladimir Putin, e invitó a ambos a negociar la paz en el Vaticano.

El Papa León XIV durante una audiencia privada con el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski. Foto:AFP
Durante la llamada telefónica con el presidente ruso, el 4 de junio, León XIV le pidió que “hiciera un gesto a favor de la paz”. Una petición que Francisco nunca le pudo hacer, tras haber dejado de tener contacto directo con Putin desde finales de 2021.
Por el momento Prevost, ha evitado criticar abiertamente al presidente estadounidense, Donald Trump, como lo había hecho antes siendo cardenal. En una cuenta de X que le atribuyen a él, compartía artículos o mensajes de otras personas en contra del republicano. “No hay nada remotamente cristiano, estadounidense o moralmente defendible sobre una política que arrebata los niños a sus padres y los almacena en jaulas. Eso se está perpetrando en nuestro nombre y la vergüenza recae sobre todos nosotros”, se lee en un trino reposteado por la cuenta bajo el nombre Robert Prevost.
Uso de los símbolosAunque cada día recibe obispos, cardenales, diplomáticos o jefes de Estado, León XIV hasta ahora no ha realizado ningún viaje internacional o ha hecho nombramientos de peso, dejando en espera el reemplazo de varios responsables de departamentos estratégicos que alcanzaron la edad límite.
Tampoco ha dado indicaciones sobre cómo será el trabajo para continuar saneando las deficitarias finanzas de la Santa Sede, ni la lucha contra los escándalos sexuales que siguen ensombreciendo a la Iglesia. Por ahora, solo ha nombrado como presidente de la Pontificia Comisión para la tutela de Menores al monseñor francés Thibault Verny, arzobispo de Chambéry y obispo de Saint-Jean-de Maurienne y de Tarentaise. “Es alguien de afuera, que no es de la curia romana y me parece relevante porque será símbolo de cómo afrontar la cuestión de los abusos. León XIV está trabajando por una Iglesia unida, lo cual no significa uniformidad”, comenta Eva Fernández, corresponsal de la radio Cope, a La Nación Argentina.
León XIV está trabajando por una Iglesia unida, lo cual no significa uniformidad
Mientras Francisco hizo rápidamente de la temática migratoria una prioridad, por ahora es difícil de identificar la ‘marca de fábrica’ de León. Con la elección de su nombre esbozó puntos de interés con el tema de la justicia social. Además ha hablado de la sinodalidad o los desafíos de la inteligencia artificial.
En el plano simbólico, el retorno de León XIV a algunas tradiciones no ha pasado desapercibido. El sumo pontífice anunció que pasará unos días de descanso en el ‘palacio de los papas’ de Castel Gandolfo, cerca de Roma, al que nunca fue Francisco, y que en otoño se instalaría en los apartamentos pontificios del palacio apostólico, actualmente en renovación, según fuentes vaticanas.
En materia de vestimenta, el exobispo de Chiclayo regresó al uso de la muceta roja, una especie de manto corto que cubre las espaldas y el pecho hasta los codos, y la estola. Se trata de prendas apreciadas por una franja de la Iglesia que reprochó a Francisco por desfigurar la función papal, en un contexto de fuertes tensiones internas entre católicos liberales y los apegados a la tradición litúrgica.
“Hay una preocupación por el reequilibrio simbólico que se debe sin duda a la voluntad de volver a unir el rebaño católico, que pareció polarizarse bajo el pontificado de Francisco. También puede ser una estrategia para dar garantías simbólicas y poder avanzar sobre el fondo”, añadió Charles Mercier.
Sin embargo, para el padre jesuita Antonio Spadaro, exdirector de Civiltá Cattolica y número tres del Dicasterio para la Cultura y la Educación, los símbolos son lo que menos pesan, cuando en su discurso ya ha dado luces del enfoque que quiere entregar: el de la apertura.
(*) Con información adicional de EL TIEMPO
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