Peso muestra estabilidad, pero Banxico advierte un 2025 incierto

El peso mexicano mantiene una relativa calma frente al dólar, cotizando alrededor de los 18.55 por unidad. Sin embargo, esta estabilidad podría ser temporal, ya que el Banco de México (Banxico) anticipa un 2025 más volátil, con riesgos latentes tanto internos como externos.
En medio de un entorno global complejo, el peso mexicano ha logrado mantener una notable estabilidad en las últimas jornadas, cotizando en casas de cambio en un promedio de 18.55 pesos por dólar. Esta calma en el mercado cambiario ofrece un respiro a la economía nacional, pero las proyecciones a mediano plazo sugieren que la incertidumbre está lejos de disiparse.
La moneda nacional ha mostrado resiliencia, recuperándose de episodios de volatilidad previos. Analistas atribuyen esta estabilidad a una combinación de factores, como la mejora en la confianza del consumidor y un flujo constante de remesas. Sin embargo, esta fortaleza coexiste con una actividad económica que aún se percibe como débil y un entorno global incierto.
Mientras el presente muestra calma, el futuro podría ser más agitado. El Banco de México (Banxico) ha emitido pronósticos que invitan a la cautela. Para 2025, la autoridad monetaria anticipa que el dólar podría cotizar en un rango promedio de 20.24 a 20.69 pesos por unidad.
Este pronóstico, considerado conservador, refleja la previsión de que la inflación se mantendrá en torno al 3.8% y el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) será modesto, apenas del 1.2%.
“El peso mexicano muestra una estabilidad relativa en medio de señales contrapuestas, consumo interno que mejora, pero con una actividad económica aún débil y un entorno global más incierto” – Felipe García, analista económico.
La principal fuente de riesgo para la moneda mexicana proviene de dos frentes claros. El primero es externo y se centra en Estados Unidos. La posibilidad de una renegociación más agresiva del T-MEC o la imposición de nuevos aranceles por parte de la administración estadounidense podría impactar directamente a las exportaciones mexicanas y generar una fuerte presión sobre el tipo de cambio.
El segundo frente es interno. Decisiones políticas, como la polémica reforma al Poder Judicial, ya demostraron su capacidad para generar nerviosismo en los mercados y provocar depreciaciones en el pasado. La percepción de los inversionistas sobre la certeza jurídica y el clima de negocios en el país será un factor determinante para la estabilidad del peso.
En conclusión, aunque el tipo de cambio goza de una estabilidad momentánea, esta se asemeja más a una calma tensa que a una fortaleza consolidada. Los riesgos políticos y económicos en el horizonte de 2025 serán la verdadera prueba de fuego para el peso mexicano.
La Verdad Yucatán