Broncas de televidentes / 'El otro lado', columna de Ómar Rincón

Cuando se ve televisión hay momentos sublimes, otros sentimentales, y muchos de bronca. He aquí algunos recientes:
Ditu. Jorge Orlando Duque me escribe que “Ditu (lo que promociona Caracol como su nuevo estado empresarial) es una pésima app porque en una tableta es un dolor de cabeza ponerla como debe ser, da vueltas y vueltas y en la mayoría de las veces al ponerla horizontal la imagen es de un cuarto de la pantalla. Ahora, mi hermana me dice que si de alguna novela quiere ver capítulos anteriores no es posible; eso entre las pésimas cosas de esa aplicación”.
Las ‘apps’. Caracol quiere que vayamos a su app Ditu, RCN quieren que vayamos a su app. En sus espacios comerciales le dicen a uno, no vea esta vaina aquí, vaya a la app. Tal vez, por eso mismo, desprecian sus espacios comerciales y meten muchas de sus bobadas autopromocionales y comerciales en exceso; tanta publicidad es para expulsarlo a uno a la app. Pero sus apps son pésimas, no fluyen, todo es lento, no se ve bien, meten publicidad invasiva. Lástima porque la única razón por la que vale la pena pagar es por evitar los anuncios publicitarios.
Max vuelve a ser HBO. Se les dijo aquí que era una pésima idea matar a HBO y llamarse Max, que esa idea solo llevaría al fracaso. Y dicho y hecho, dos años después y con los mismos contenidos (o sea, los pobres y deficientes contenidos Max) vuelve a ser HBO, que es la marca de calidad y grandes contenidos de la televisión mundial. Ojalá vuelvan con producciones al estilo HBO y no sigan con sus bobadas Max. Y la otra cosa infame es que ahora meten comerciales al inicio o mitad de las series (si uno paga es por eso: no ver publicidad); siguen con la bobada de un capítulo por semana (si eso murió ahora que el televidente decide dónde y cuándo ver sin hacerle caso al emisor). ¡No todo se puede comprar!
RCN parece que tiene dos decisiones empresariales tomadas hace tiempo. Una, apostar por ser el canal de la extrema derecha colombiana, y dos, todo por MasterChef, nada por sus telenovelas. El resultado: el rating no llega. El concurso dura ahora dos horas con una bobada llamada After después del insulso programa de celebrities. Ah, y una cosa: esa musiquita de ese programa es infame, aburrida, reiterativa, abusiva y expulsadora: la mediocridad no se tapa con música.
Su nueva telenovela, La hija del mariachi 2, está divertida, juguetona, gozona y placentera de ver, pero a las 10 de la noche que la dan, duerme el sueño de los olvidos. Lo mismo pasó con Darío Gómez, que era una bionovela hermosa y divertida de ver, que la mataron a punta de programación. Una lástima que estas obras que son muy marca Colombia, bien hechas y diferentes, sean despreciadas por el canal. ¿Quién los entiende?
P. D.: ¡No mas comerciales de medicamentos! Nos están enfermando.
eltiempo