Producción de gas | «El gobierno de Mozambique actúa en beneficio de Total»
¿Cómo valora la relación entre las empresas energéticas y las comunidades afectadas por el proyecto de gas de Cabo Delgado?
La relación entre las empresas energéticas y las comunidades locales de Cabo Delgado comenzó con una empresa estadounidense llamada Anadarko tras el descubrimiento de los primeros yacimientos de gas a principios de la década de 2010. Los contactos iniciales se caracterizaron por promesas exageradas —empleos, desarrollo, prosperidad— que generaron expectativas poco realistas. Como ocurrió con la construcción de escuelas, las empresas se referían a infraestructura, pero las comunidades esperaban educación, incluyendo salarios docentes. La mala comunicación y las traducciones erróneas de documentos del portugués al idioma local agravaron la confusión. Los consultores tergiversaron detalles técnicos y utilizaron un lenguaje impreciso que confundió a las comunidades pesqueras. Casos menores de corrupción jugaron un papel importante: los funcionarios exigieron miles de meticales (1 metical equivale a 0,013 €, ed.) a la población local solo para inscribirlos en programas de formación que nunca se materializaron. Los estafadores se aprovecharon del silencio y cobraron pagos por cursos falsos. La confianza se desvaneció y, cuando se crearon puestos de trabajo, las comunidades carecían de las habilidades prometidas para cubrirlos.
¿Ha cambiado la situación desde que Total se hizo cargo del proyecto?
No para mejor. Los pescadores fueron reubicados entre 10 y 15 kilómetros tierra adentro, lejos del mar. Sus zonas de pesca tradicionales se vieron restringidas debido a las actividades del proyecto de la empresa francesa Total y por razones de seguridad. Se introdujo un sistema de autobuses, pero fracasó: pescar requiere prestar atención a las mareas y estar en el lugar en horarios impredecibles. Los plazos económicos adelantó la reubicación antes de que se asegurara el terreno. Se descuidaron las necesidades sociales de las comunidades. Y dejaron claro: la reubicación solo se permitiría cuando tanto las casas como el terreno estuvieran disponibles. Esto no se respetó. La gente recibió casas, pero no tierras de cultivo. Las raciones de alimentos prometidas para tres meses se extendieron a seis meses, pero luego se suspendieron; sin embargo, años después, muchos siguen sin tener tierra.
¿Porqué es eso?
Las comunidades de acogida se resistieron a la división de la tierra, y las familias reasentadas temían futuros conflictos. En Mozambique, la tierra es sagrada; está conectada con los ancestros. Estas dinámicas culturales fueron completamente ignoradas. Pero, para mí, algo más se subestimó: las comunidades recibieron una compensación económica durante un período de conflicto. ¿Qué se hace con el dinero en tiempos de incertidumbre?
¿Se refiere al infame ataque del grupo yihadista en marzo de 2021?
Sí. A finales de marzo de 2021, islamistas atacaron la ciudad de Palma, situada muy cerca del territorio de Total, y lograron ocuparla durante varios días. Más de 1500 personas murieron, según confirman las encuestas de hogares, pero el gobierno y Total siguen hablando solo de "decenas de muertos". Durante el ataque, más de 800 soldados protegieron el emplazamiento del proyecto, mientras que solo entre 10 y 40 soldados custodiaban las aldeas. La población corrió hacia el emplazamiento del proyecto, pero fue rechazada. Soldados mal entrenados y mal pagados cometieron abusos: extorsión, violación y agresión. Estos crímenes siguen impunes ante los tribunales locales, y ahora apelaremos ante las Naciones Unidas. La conducta de las fuerzas armadas ha demostrado claramente que el gobierno actúa en beneficio de Total.
¿Qué riesgos corren quienes se oponen al proyecto?
Alzar la voz es peligroso: activistas y periodistas han desaparecido. Las organizaciones se ven presionadas a centrarse en los servicios, no en la rendición de cuentas y la responsabilidad corporativa. Con su Fondo para la Sociedad Civil de 200 millones de dólares, Total aprovecha la oportunidad para presentarse como una "organización de ayuda al desarrollo", especialmente tras la retirada del programa estadounidense de desarrollo USAID y los recortes en la ayuda al desarrollo por parte de Suecia. Como resultado, las comunidades y los solicitantes de este fondo se ven obligados a mantener buenas relaciones con Total para acceder a los fondos.
El proyecto de Total también plantea desafíos ecológicos, ¿no es así?
Desde una perspectiva ecológica, el proyecto presenta graves riesgos. El agua de lastre introduce especies invasoras. La contaminación acústica y lumínica perturba la vida marina, incluyendo a los celacantos en peligro de extinción. Las evaluaciones de impacto ambiental omiten la modelización del condensado de gas de aguas profundas, que podría ser más tóxico que el petróleo. Entre 200 y 300 estudios relevantes sobre los impactos ambientales de la extracción de gas en la zona no se mencionaron o se excluyeron de las evaluaciones de impacto ambiental. En una región donde el 80 % de la población depende de la agricultura y la pesca de subsistencia, el daño ecológico amenaza directamente la supervivencia.
¿Cómo puede la solidaridad internacional ayudar a los activistas y comunidades que luchan contra este proyecto?
La solidaridad internacional debe desafiar los acuerdos extractivos, los tratados de inversión injustos y los subsidios a los combustibles fósiles. África debe tener la oportunidad de industrializarse, ascender en la cadena de valor y regular su propia economía. Es necesario proteger a la sociedad civil, y las voces globales deben presionar a los bancos públicos, amplificar las voces locales y rechazar las falsas soluciones climáticas. La empatía y la acción colectiva, no el miedo, son el camino a seguir.
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