Acuerdo en la disputa arancelaria entre EE.UU. y la UE: Trump gana

Bruselas. Bajo una lluvia torrencial, Donald Trump jugaba los últimos hoyos de su ronda en Turnberry, Escocia, con el rostro oculto bajo su gorra. Entre tiro y tiro, saludaba a los periodistas desde un carrito de golf blanco, mientras el mundo esperaba con impaciencia otro partido: el desenlace de la disputa arancelaria entre EE. UU. y la UE. Alrededor de las 16:30, Trump se dirigió a la mesa de negociaciones en su lujoso resort en la costa suroeste de Escocia. Allí se sentó con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y su equipo para negociar un acuerdo arancelario. Entonces llegó el gran avance.
"Tenemos un acuerdo", declaró von der Leyen tras aproximadamente una hora de intensas negociaciones. "Traerá estabilidad y previsibilidad, algo fundamental para las empresas de ambos lados del Atlántico". Trump añadió: "Es fantástico que tengamos un acuerdo en lugar de andarnos con rodeos. Este es el acuerdo más importante de la historia".
Ursula von der Leyen,
Presidente de la Comisión Europea
Lo que empezó como un fin de semana de golf terminó con un acuerdo comercial multimillonario. En el último minuto, EE. UU. y la UE pusieron fin a su disputa arancelaria de meses con un acuerdo que limita los aranceles sobre productos de la UE importados en EE. UU. al 15 %, evitando así por poco una escalada. El nuevo tipo arancelario triplica el nivel arancelario promedio del 4,8 % antes de la toma de posesión de Trump. Es el mismo nivel que el acuerdo recientemente firmado con Japón y significativamente superior al 10 % que Trump acordó con Gran Bretaña.

Donald Trump antes de la ronda decisiva de negociaciones con la UE en un campo de golf en Escocia.
Fuente: Foto IMAGO/UPI
A principios de abril, Trump amenazó a la UE con aranceles del 20 % a todos los productos, e incluso del 30 % posteriormente. Estos entrarían en vigor el 1 de agosto si no se llegaba a un acuerdo. Según cálculos del Instituto Kiel para la Economía Mundial, las exportaciones de la UE se habrían desplomado alrededor de un 7 %, y las de Alemania, hasta un 9 %. Los Estados miembros de la UE ya se habían preparado para imponer aranceles del 30 % a determinados productos. Esta medida ya no está en discusión.
También se impondrá un arancel del 15 % a los automóviles y sus componentes procedentes de la UE. Anteriormente, Trump había impuesto un arancel especial del 25 % a estos. Se introducirán exenciones arancelarias recíprocas para aeronaves, ciertos productos químicos y algunos productos agrícolas, entre otros.

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Los nuevos aranceles del 15 % son un compromiso que la UE acepta con reticencia, porque es mejor que ningún acuerdo. Sin embargo, para la economía europea, esto podría suponer una pérdida de hasta el 1 % del producto interior bruto. Es probable que países con una fuerte exportación, como Alemania y los Países Bajos, sufran las consecuencias con especial dureza.
Además, la UE se compromete a importar gas natural licuado (GNL) de EE. UU., mucho más caro que antes, y a realizar importantes inversiones en este país. Los críticos ya habían advertido que esto generaría una nueva dependencia del GNL estadounidense. Alrededor del 50 % de todas las importaciones de gas natural licuado de la UE ya proceden de Estados Unidos.
En concreto, los europeos gastarán el equivalente a 640 000 millones de euros en energía en EE. UU. al final del mandato de Trump. Esto se complementará con inversiones adicionales de 600 000 millones de dólares (aproximadamente 500 000 millones de euros). Además, la UE mantendrá su mercado interior abierto a las empresas estadounidenses. Von der Leyen no proporcionó detalles específicos. Se limitó a afirmar: «Los consumidores europeos se beneficiarán de ello». EE. UU. había presentado previamente una lista de productos cuyas ventas pretende aumentar en Europa. Estos incluyen productos que infringen las regulaciones de la UE, como la carne de vacuno tratada con hormonas, y aquellos para los que apenas existe mercado, como las camionetas. No obstante, Trump declaró: «El acuerdo nos acerca. En ese sentido, también es una colaboración».
Los Estados miembros ya eran conscientes, al inicio de las negociaciones, de que el acuerdo sería desequilibrado y claramente favorable a Estados Unidos. El acuerdo marca ahora el fin de un conflicto arancelario latente durante meses que había llevado las relaciones económicas transatlánticas al borde de una guerra comercial.
El experto en política comercial de la UE, Bernd Lange, criticó el acuerdo calificándolo de "acuerdo sesgado". El hecho de que la UE fije al 0% todos los aranceles sobre los productos estadounidenses representa un desequilibrio significativo. Argumentó que el acuerdo no fue una obra maestra de negociación. "En general, este acuerdo contribuirá a debilitar el desarrollo económico y a perjudicar el producto interior bruto de la Unión Europea".
El sector exportador alemán considera el recargo arancelario una amenaza existencial para muchos comerciantes. El acuerdo con EE. UU. también afectará negativamente al crecimiento, la prosperidad y el empleo en Alemania, según la Asociación Federal de Comercio Mayorista, Exterior y Servicios (BGA).
Durante las negociaciones, quedó claro que a Trump le preocupaban menos las normas de comercio justo que generar ingresos adicionales para el presupuesto estadounidense mediante aranceles. Pretende utilizar esto para financiar sus costosas promesas de campaña, incluyendo recortes fiscales masivos para las empresas estadounidenses.
"Hemos recaudado cientos de miles de millones de dólares solo con aranceles al acero y al aluminio", declaró Trump con entusiasmo al comparecer ante la prensa junto a Von der Leyen. "Hemos recibido una enorme cantidad de dinero en el último mes, y está llegando muy rápido". Trump había aprobado previamente aranceles adicionales del 50 % a las importaciones de productos de acero y aluminio. Según el presidente estadounidense, estos aranceles se mantendrán sin cambios en el 50 %, independientemente del nuevo acuerdo.
En total, Estados Unidos espera que los ingresos procedentes de los aranceles sobre los productos de la UE asciendan a más de 75.000 millones de euros cada año.
rnd