La propuesta de viaje de los coches autónomos, hasta ahora poco clara, se vuelve más precisa.

Un viaje cómodo con un conductor que no se cansa, evita la charla trivial y nunca espera propina puede marcar la pauta para unas vacaciones sin preocupaciones, incluso cuando el conductor es el propio automóvil. De hecho, según Waymo, la división de vehículos autónomos (VA) de Alphabet, los coches autónomos se han convertido en una atracción turística por derecho propio. Esto sugiere que al menos una parte del público está interesada en esta opción de transporte, o al menos siente curiosidad por los coches autónomos. En este y otros aspectos, los VA parecen encajar a la perfección con las aplicaciones de viaje. Sin embargo, más allá de los viajes cortos en servicios de transporte compartido, la promesa sigue estando en gran medida sin cumplir. ¿Por cuánto tiempo? Está por verse. Waymo y otras empresas están expandiendo sus mercados, buscando socios y superando obstáculos regulatorios. A medida que avanzan para cubrir el mundo con coches sin conductor, ciudad por ciudad y aeropuerto por aeropuerto, así es como empieza a desarrollarse esta oportunidad.
El camino para WaymoWaymo, una empresa filial de Google, fue fundada en 20
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