verdadero amigo

La amistad se ha convertido en nuestra forma de vida. Sin embargo, el Día de la Amistad fue propuesto por primera vez por Joyce Hall en 1958. En aquel entonces, se celebraba el primer domingo de agosto. En Paraguay, el Dr. Ramón Artemio Bracho propuso el "Día Internacional de la Amistad" el 20 de julio de 1958, durante una cena con amigos. En 2011, las Naciones Unidas declararon el 30 de julio como Día Internacional de la Amistad.
Quizás hayas oído o leído esto: Dos amigos que viajaban por el desierto discutieron. Uno le dio una bofetada al otro. El que recibió la bofetada se sintió herido, pero no dijo nada. Escribió en la arena:
"Hoy mi mejor amigo me dio una bofetada". Después de un rato, llegaron a un oasis donde pudieron lavarse. El amigo abofeteado se quedó atrapado en el lodo. Justo cuando estaba a punto de ahogarse, su amigo lo salvó. Poco después, el amigo que se salvó de ahogarse grabó estas palabras en una roca: "Hoy mi mejor amigo me salvó la vida".
El que abofeteó y luego salvó la vida de su amigo le preguntó: «Cuando te lastimé, lo escribiste en la arena. Pero ahora lo estás grabando en la roca. ¿Por qué?». El amigo respondió:
Cuando alguien nos hiere, debemos escribirlo en la arena, donde el viento del perdón pueda borrarlo. Pero cuando alguien nos hace un bien, debemos grabarlo en la roca, donde ningún viento pueda borrarlo.
Se dice que había un joven con mal carácter. Un día, su padre le dio una bolsa llena de clavos y le dijo: «Siempre que discutas o pelees con tus amigos, clava un clavo en esta cortina de madera». El joven clavó 37 clavos en la cortina el primer día. Durante las semanas siguientes, intentó controlarse. Cada día clavaba menos clavos. Un día, se dio cuenta de que no había clavado ninguno. Fue a ver a su padre y se lo contó.
Su padre lo llevó de nuevo a la valla de madera:
"A partir de hoy, por cada día que no discutan ni peleen, quiten un clavo de la cerca", dijo. Pasaron los días. Un día, todos los clavos estaban fuera. Su padre le dijo:
"Bien hecho, has sido bueno, pero mira con atención esta cerca de madera. Ahora tiene demasiados agujeros. No será tan bonita como antes", dijo. "Cuando discutes y peleas con amigos, dices malas palabras. Cada mala palabra deja un agujero. Puedes clavarle un tenedor a un amigo y sacarlo. Puedes decirle a un amigo que lo perdonas mil veces, pero el agujero permanece. Un amigo es como una joya preciosa. Te hace reír, te anima, te ayuda cuando lo necesitas, te escucha y te abre su corazón".
Fue uno de los días más sangrientos de la guerra. Un soldado vio a su mejor amigo caer al suelo, cubierto de sangre, a poca distancia. Estaban bajo una lluvia de fuego que no pudo mantener la cabeza de nadie por encima de la trinchera ni un segundo.
Justo cuando estaba a punto de salir al frente, su comandante lo agarró del hombro y tiró de él hacia atrás:
¿Estás loco? ¿Vale la pena ir? Mira, está lleno de agujeros. ¡No arriesgues tu vida por nada!
Pero el soldado no escuchó y se arrojó del frente. Ocurrió un milagro increíble. El soldado alcanzó a su amigo bajo esa terrible lluvia de fuego. Lo cargó sobre su espalda y corrió de regreso. Juntos rodaron hacia la trinchera. Pero el valiente soldado no pudo salvar a su amigo herido. El comandante dijo:
"Te dije que no valía la pena. Arriesgaste tu vida por nada."
“Valió la pena”, dijo el soldado con los ojos llenos de lágrimas. “Valió la pena”.
¿Cómo valió la pena? Este soldado está muerto, ¿no lo ves?
Aun así valió la pena. Porque seguía vivo cuando llegué. Escuchar sus últimas palabras significó muchísimo para mí. Y sollozando, repitió las últimas palabras de su amigo: «Sabía que vendrías. Sabía que vendrías».
İstanbul Gazetesi