Las voces de Turquía llegan a Rumanía

La Orquesta Sinfónica Estatal de Estambul representa a Turquía por primera vez en el Festival George Enescu
Esta vez, la música de Turquía resonará en las orillas del Danubio. Tras años de conciertos por todo el mundo, la Orquesta Sinfónica Estatal de Estambul representará a Turquía en el Festival George Enescu, uno de los encuentros artísticos más consolidados de Rumanía. Del 7 al 12 de septiembre, los sonidos que resonarán desde Constanza hasta Târgu Mureș y Craiova serán la melodía no solo de las notas, sino también de la amistad. Bajo la batuta del director Hasan Niyazi Tura, acompañado por el mundialmente famoso violinista rumano Vlad Stanculeasa, Enescu, Mendelssohn, Cemal Reşit Rey y Beethoven se unirán, uniendo el pasado y el presente, Oriente y Occidente en un mismo escenario.
Los puentes de la cultura se construyen con la música
Este festival, que abrió sus puertas a una orquesta turca por primera vez en sus 67 años de historia, es uno de los ejemplos más contundentes del poder invisible que el arte aporta a la diplomacia. Como señala Aycan Küçüközkan, director de la Cámara de Comercio e Industria de Estambul (IDSO), esta invitación no es solo una serie de conciertos; es la resonancia de la amistad entre nuestros dos países, el entrelazamiento de culturas.
El festival, que se celebra en el 70.º aniversario de la muerte de George Enescu, reúne a más de 4.000 artistas y más de 95 conciertos. Melodías que surgen de Bucarest se combinan con orquestas de todo el mundo. En ese gran escenario, la voz de Turquía, la memoria de Estambul y el legado de Anatolia se unen.
Las raíces de la Orquesta Sinfónica Estatal de Estambul se remontan a la Imperial Mızıkâ-i Hümâyun, fundada por Donizetti Pasha en 1827; este legado se hereda de la Orquesta de la Ciudad, fundada bajo la dirección de Cemal Reşit Rey. Es la continuación de una trayectoria que va de Yehudi Menuhin a Pavarotti, de José Carreras a Fazıl Say. Ahora, esta trayectoria nos lleva a una nueva etapa en Rumanía.
Y esta frase, dicha a través del lenguaje de la música, se confirma una vez más: el arte es el camino más corto hacia los corazones de las naciones.
Cumhuriyet