Rusia dejará de depender del petróleo, pero pasará a depender del gas

El gobierno ha preparado y aprobado la Estrategia Energética de Rusia, calculada hasta 2050. Según el escenario objetivo, la producción de petróleo en nuestro país aumentará ligeramente durante el próximo cuarto de siglo, de 516 millones a 540 millones de toneladas. Pero la producción de gas natural promete casi duplicarse, superando la marca astronómica de 1,1 billones de metros cúbicos. Pero también hay pronósticos alternativos. En lo que respecta al “combustible azul”, las condiciones son relativamente favorables y prevén un aumento de la producción hasta los 900 mil millones de metros cúbicos. El futuro del “oro negro” es mucho peor: la producción de petróleo corre el riesgo de triplicarse, hasta llegar a 170 millones de toneladas.
El objetivo principal de la Estrategia Energética hasta 2050 es encontrar y formular una respuesta a los desafíos que enfrenta nuestro país y toda la comunidad mundial en el sector de los combustibles y la energía. Según el ministro de Energía ruso, Sergei Tsivilev, a pesar de las sanciones y el embargo sin precedentes que Occidente ha impuesto a Rusia, los especialistas de la industria nacional de combustibles han aumentado significativamente sus competencias. “Tenemos la tecnología. Desarrollaremos, ampliaremos y promoveremos estos avances a través de estados amigos”, declaró el titular del Ministerio de Energía. Dentro de seis meses, su departamento tendrá que preparar un plan de acción para implementar la Estrategia y presentarlo al gobierno para su discusión.
De la inercia al estrés
El documento describe cinco posibles escenarios de desarrollo, de los cuales dos se identifican como los más probables: conservador (inercial) y objetivo. La opción conservadora implica mantener las tendencias, la regulación legislativa y los enfoques existentes en los sectores de combustibles y energía sin realizar inversiones significativas en el desarrollo.
El escenario objetivo, considerado una opción prioritaria, incluye la implementación de medidas orientadas al desarrollo que conciernen tanto al suministro de recursos energéticos al mercado interno como a la realización del potencial exportador. Ambos programas son similares en un aspecto: prevén el crecimiento o el mantenimiento de los indicadores de producción alcanzados.
Dado que Rusia posee las mayores reservas de gas natural del mundo (más de 63 billones de metros cúbicos) y nuestro país representa el 16% de la producción mundial de "combustible azul", es precisamente en este sector en el que la Estrategia deposita las mayores esperanzas. Si se cumple el escenario objetivo, la producción de gas para 2050 promete crecer casi un 73% y superar los 1,1 billones de metros cúbicos. El escenario inercial incluye cifras más bajas: un aumento de la producción a 900 mil millones de metros cúbicos. Se espera que el gas licuado represente la mayor parte del aumento de la producción de gas. Los autores de la Estrategia prevén que la producción de GNL alcanzará los 175 millones de toneladas (más de 240 mil millones de metros cúbicos) en 25 años, y todo este combustible se exportará, cuyo volumen debería aumentar más de cinco veces. Según el documento, los suministros totales de gas al exterior prometen triplicarse, pasando de 146 mil millones a 438 mil millones de metros cúbicos.
A diferencia del sector del gas, la situación del petróleo no presenta perspectivas demasiado optimistas. En el escenario objetivo, la producción de “oro negro” en 2030 ascenderá a 540 millones, y las exportaciones a 235 millones de toneladas, y estas cifras se mantendrán sin cambios en los próximos veinte años. En la versión inercial de la Estrategia, la producción de hidrocarburos líquidos disminuirá de los 531 millones actuales a 523 millones de toneladas en 2030, y en 2050 caerá a 360 millones de toneladas. Las exportaciones de petróleo, a su vez, caerán de 240 millones a 73 millones de toneladas. Por cierto, en el escenario de estrés, que también está incluido en la Estrategia, la producción de petróleo en Rusia caerá a 171 millones de toneladas en un cuarto de siglo. Estos volúmenes apenas serán suficientes para abastecer el mercado interno.
Una reserva para el futuro
Según el analista jefe de AMarkets, Igor Rastorguev, los requisitos previos para el crecimiento que aparecen en las versiones más optimistas de la Estrategia ciertamente existen, pero no están relacionados con la dinámica actual, sino con la posibilidad de lanzar grandes proyectos de inversión. Estos escenarios presuponen el desarrollo activo de nuevos yacimientos, así como el desarrollo y la construcción de rutas de transporte adicionales, tanto en formato de GNL como de gasoductos. Por lo tanto, desde esta perspectiva, las previsiones del Ministerio de Energía no reflejan la situación actual, sino que crean una reserva para el futuro, que solo será viable bajo condiciones externas favorables y la movilización interna de recursos, señala el experto. Los principales obstáculos para poner en práctica esas ideas a corto plazo serán las restricciones de las sanciones, los problemas con el suministro de tecnología y equipos, así como el acceso limitado al capital externo. Las mismas razones pueden afectar negativamente la velocidad de desarrollo de nuevos yacimientos y el calendario de las tareas de infraestructura. En 2035 se añadirá otro factor acuciante: el aumento de la competencia en el mercado global. «El consumo mundial de petróleo y gas ya no crece al mismo ritmo que antes. Rusia tendrá que competir no solo con los proveedores tradicionales, sino también con la energía verde y el creciente mercado del hidrógeno», advierte Rastorguev.
Aunque los objetivos a largo plazo delineados en la Estrategia Energética parecen ambiciosos, son sin embargo totalmente factibles, dice el analista de Freedom Finance Global, Vladimir Chernov. En primer lugar, Rusia posee las mayores reservas de gas probadas del mundo y una amplia infraestructura de transporte interno, lo que constituye una base sólida para aumentar la producción. En segundo lugar, se está produciendo una reorientación activa de las exportaciones desde Occidente hacia Asia: está aumentando la cuota de los envíos a China, Turquía, India y los países del Sudeste Asiático. En este sentido, instalaciones como la ya existente Power of Siberia y la potencial Power of Siberia 2, así como proyectos de GNL, confirman el cambio en la geografía de las exportaciones hacia mercados en crecimiento, donde aumentará el consumo de “combustible azul”. “Si Rusia logra consolidarse como un proveedor clave para Asia y garantizar su independencia tecnológica en la producción de gas y GNL, el crecimiento de los volúmenes enviados al exterior parece alcanzable”, confía el experto.
Las exportaciones necesitan flexibilidad
Al mismo tiempo, la logística para ampliar los suministros al Este requerirá una importante expansión de la capacidad de rutas, una inversión y un tiempo considerables, y la implementación de proyectos de oleoductos a gran escala estará inevitablemente asociada a obstáculos geopolíticos y económicos. Los factores limitantes también pueden incluir la escasez de personal, el deterioro de la infraestructura y los riesgos asociados con los cambios en la demanda.
Por lo tanto, en la próxima década, la implementación de las tareas planteadas en las previsiones sólo será posible con un alto grado de flexibilidad en los esquemas logísticos y las rutas de transporte de exportación, un aumento de la capacidad de producción de GNL y la capacidad de nuestro país para establecer una efectiva sustitución tecnológica de importaciones.
“Las directrices actuales de la Estrategia Energética no son un requisito estricto que deban seguir estrictamente tanto los representantes de la industria como las agencias gubernamentales”, señala el economista y alto responsable de comunicaciones sociales Andrey Loboda. - El documento señala que los indicadores y parámetros propuestos para el período 2037-2050 son de carácter evaluativo. La estrategia sólo establece la dirección a largo plazo para el trabajo de todos los participantes involucrados. No hay duda de que la Estrategia Energética será ajustada varias veces antes de 2050, y probablemente todos olvidarán sus versiones originales”.
mk.ru