La clave para resolver el misterio final de Cleopatra se encontró en el fondo del mar Mediterráneo.

Los arqueólogos han descubierto un puerto hundido de la época de Cleopatra en Egipto.

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Una expedición arqueológica de la Universidad Nacional Pedro Henriques Ureña en República Dominicana ha descubierto un puerto sumergido que está conectado simultáneamente con el mar Mediterráneo y el Templo de Taposiris Magna, la "Gran Tumba de Osiris", ubicada a 45 kilómetros al oeste de Alejandría.
Desde 2002, investigadores han buscado el supuesto lugar de descanso de Cleopatra en este complejo de templos. Un nuevo descubrimiento, no mencionado en fuentes antiguas, podría acercar a los científicos a la solución del misterio que rodea el destino de la última reina de Egipto.
El puerto, diseñado para proteger a los barcos de las tormentas, está separado del mar por una barrera natural de arrecifes de coral. También se ha comprobado que un túnel se extiende desde él hasta Taposiris Magna. El corredor subterráneo, de más de 1300 metros de longitud y ubicado a una profundidad de 13 metros, se descubrió en 2022.
Durante la exploración del puerto, los arqueólogos encontraron numerosas anclas de piedra y metal de diversos tamaños, así como conjuntos de ánforas que datan de la época ptolemaica. Estos artefactos demuestran que la ciudad de Taposiris Magna, fundada entre el 280 y el 270 a. C., no solo fue un centro religioso, sino también un importante centro comercial. Los análisis revelaron que, en la antigüedad, la costa se encontraba cuatro kilómetros más cerca de la tierra, lo que refleja importantes cambios ambientales a lo largo de milenios.
El descubrimiento del puerto se suma a una serie de hallazgos únicos realizados por especialistas dominicanos. Anteriormente, se descubrieron aproximadamente 340 monedas que representan a Cleopatra, lámparas de aceite, recipientes de piedra caliza para almacenar alimentos, cosméticos, figurillas y joyas de bronce, un amuleto de escarabajo con la inscripción "La justicia de Ra brilla", así como cerámica ritual y objetos funerarios.
Todos estos indicios ayudaron a datar la construcción del templo de Taposiris Magna en el siglo I a.C., y también a establecer la presencia de un santuario griego más antiguo, del siglo IV a.C., probablemente destruido entre el siglo II a.C. y el comienzo de la era cristiana.
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