El aumento de las reacciones alérgicas pone de manifiesto la falta de acceso a autoinyectores de epinefrina.

Los casos de anafilaxia en Brasil han aumentado más del 100% en los últimos diez años, según datos de la Asociación Brasileña de Alergia e Inmunología (Asbai) . En 2024, se registraron 1.143 episodios en el país, lo que representa un incremento del 107% con respecto a 2015. La anafilaxia es una reacción sistémica que puede provocar una caída de la presión arterial, dificultad para respirar e incluso la muerte por colapso cardiovascular.
“Las alergias en general están aumentando en todo el mundo. Los cambios en el estilo de vida y el cambio climático son algunos de los factores que explican este aumento, pero una mejor difusión y conocimiento sobre la gravedad de la anafilaxia también pueden estar detrás del mayor número de hospitalizaciones”, analiza la pediatra Fátima Rodrigues Fernandes, presidenta de Asbai.
Sin embargo, mientras que las hospitalizaciones por esta grave afección aumentan a un ritmo acelerado en el país, uno de los principales recursos para combatir esta amenaza sigue sin estar disponible: las plumas de adrenalina autoinyectables no se venden en Brasil. En el extranjero, estos productos se comercializan con nombres como EpiPen, Jext y Anapen, y los alergólogos los consideran el tratamiento de referencia para emergencias.
La epinefrina —una hormona más conocida como adrenalina— se utiliza para tratar crisis agudas provocadas principalmente por alimentos, medicamentos o picaduras de insectos. Abre las vías respiratorias e interrumpe la respuesta exagerada del sistema inmunitario que desencadenó la reacción alérgica. «El autoinyector de adrenalina no solo es necesario, sino indispensable. Es lo que evitará la muerte por una reacción grave y permitirá tratar al paciente», afirma la alergóloga Bárbara Britto, del equipo de inmunología del Hospital Einstein Israelita.
En Brasil, los interesados deben solicitar la importación, generalmente por la vía legal, y pagar aproximadamente R$ 3.000 por el medicamento. Para quienes no tienen esta posibilidad, la única manera de obtener adrenalina es mediante tratamiento en las salas de urgencias hospitalarias, donde se administra con jeringas y ampollas.
En algunos casos especiales, es posible llevarse estos medicamentos a casa con autorización, pero dada la dificultad de administrarlos en la dosis correcta durante emergencias, esta autorización es poco frecuente. «Sin las plumas de insulina, los pacientes están desprotegidos y corren el riesgo de morir por una posible reacción», afirma Fernandes.
El problema radica en que este método de administración de la pluma de epinefrina no está registrado ante la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), lo que impide su comercialización en Brasil. «El acceso depende de importaciones esporádicas, y los problemas con las regulaciones de precios, que podrían afectar la comercialización del dispositivo, también disuaden a las empresas farmacéuticas», afirma el presidente de Asbai.
En un comunicado enviado a la Agencia Einstein , Anvisa confirma que nunca se ha registrado ninguna solicitud de reconocimiento de producto. Según la agencia, «solo puede autorizar el registro a petición de una empresa interesada en producir o importar el medicamento, lo cual no se ha producido hasta la fecha».
La urgente necesidad de un "salvavidas" portátil
En casos de anafilaxia, la adrenalina es el único medicamento capaz de revertir los síntomas. La dosis administrada mediante la pluma es segura y debe utilizarse tan pronto como aparezcan los primeros signos de la reacción en casos graves.
Los efectos secundarios son leves y aparecen con mayor frecuencia en caso de uso accidental. «La dosis del autoinyector es pequeña, diseñada para evitar efectos secundarios graves. Los más comunes son temblores o taquicardia leve. El riesgo de no usarlo es mucho mayor», explica Britto.
Los adultos suelen necesitar dos plumas para repetir la dosis después de unos minutos, si fuera necesario. La aplicación es intramuscular y debe realizarse en la zona del muslo, debido al tamaño de la aguja. «Duele bastante», advierte el médico del Hospital Einstein. «Pero siempre damos instrucciones a los pacientes sobre cómo usarla correctamente, ya que los aplicadores también alteran el funcionamiento de la pluma, lo que modifica algunos detalles según la marca. Es fácil de usar, pero como suele reservarse para casos graves, es importante tener mucha seguridad al usarla».
Esfuerzos para nacionalizar el dispositivo
En 2024, un grupo de investigadores brasileños, liderado por el médico Renato Rozental, profesor de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), anunció durante el 50.º Congreso Brasileño de Alergia e Inmunología el desarrollo de un prototipo para la primera pluma autoinyectable de adrenalina del país. A pesar de las buenas noticias, el proyecto no cuenta con la escala industrial necesaria para solicitar su registro ante Anvisa (la agencia reguladora sanitaria brasileña).
Para Asbai, sin embargo, es urgente regular un dispositivo como este para permitir su uso en el Sistema Único de Salud (SUS). “Lo ideal sería tener este autoinyector en escuelas, restaurantes, recintos para eventos y aviones. Su presencia en espacios públicos podría reducir las muertes por anafilaxia”, recalca Fátima Fernandes.
También hay proyectos de ley pendientes en el Congreso Nacional para acelerar la producción y distribución de plumas de epinefrina a los brasileños con riesgo comprobado de reacción alérgica grave. Las decisiones judiciales también han sido favorables a los pacientes.
En São Paulo, la Fiscalía Federal (MPF) obtuvo el 23 de octubre una orden judicial que obliga a la red de salud pública de Ribeirão Preto (SP) y 23 municipios aledaños a comenzar la distribución de autoinyectores de epinefrina a los pacientes que ya cuentan con una receta médica. «El dispositivo salva vidas y debe ser accesible como cualquier otro medicamento esencial», resume el presidente de Asbai. Para los alergólogos y sus pacientes, cada minuto sin el autoinyector representa un riesgo evitable de complicaciones.
Fuente: Agencia Einstein
El artículo "El alto número de reacciones alérgicas pone de manifiesto la falta de acceso a los autoinyectores de epinefrina" apareció primero en Agência Einstein .
IstoÉ

