Altis ahora está de vuelta en el PS. Las miradas desde fuera y los que llegan primeros para guardar un lugar

La confusión reina en la calle Castilho. Las urnas están a punto de cerrarse en el continente y en Madeira, pero todavía faltan 60 minutos para que eso ocurra en las Azores. Así que debemos esperar. Mientras tanto, el desfile de notables continúa entreteniendo a los más de 20 periodistas que están en la puerta del hotel, con cámaras, micrófonos o bolígrafos en mano.

Pedro Nuno Santos ya está aquí y, como era de esperar, comentó al enjambre que se formó a su alrededor que “no comentaría nada”, que iba a “esperar”. La gente está tranquila, como dijo el otro.
Menos serena se muestra la estadounidense Michelle Chang, que, acompañada de su hijo adolescente Christopher, quiere saber el motivo de todo el alboroto que se produce a las puertas del hotel en el que se aloja junto a otras 200 personas de todo el mundo acudidas para asistir a la convención europea de la Cámara de Comercio Mundial. Antes de subir a la furgoneta Mercedes negra que les llevará a una cena en la capital, que visitan por primera vez, este expresidente de la cámara de comercio, y declarado partidario de Trump, filma la llegada de Pedro Nuno Santos.
Al igual que ella, ninguno de los invitados sabe de qué se trata, pero no dudan en quedarse en la sala y observar el movimiento. Artur Oliveira, que trabaja en Altis desde hace 13 años, afirma que deliberadamente no les avisan de lo que va a ocurrir, porque al final se trata de un “evento como cualquier otro y a los clientes hasta les resulta gracioso”.
Mientras tanto, en la sala destinada a los discursos y a recibir a los partidarios, ya hay gente en las sillas, mirando las noticias que hablan de las previsiones de abstención (entre el 41,5 y el 47,7%). Están circulando en internet varias encuestas falsas, como ocurrió en elecciones anteriores. No les vamos a dar lastre. Los pronósticos, como sabemos, sólo se harán después del partido, es decir, después de las ocho de la noche. Los nervios no son de acero y empiezan a estallar, justo después de la declaración de Pedro Vaz, dirigente del PS, que felicita a todos los portugueses que votaron y vuelve al relato de la “tranquilidad”, aunque recuerda que el partido entró en la carrera para “ganar”.

En la esquina del lado izquierdo de la entrada, hay un grupo de media docena de personas de Semear Esperança, un movimiento que nació dentro del partido en apoyo a Miguel Prata Roque por la Federación del Área Urbana de Lisboa del Partido Socialista. A pesar de haber perdido, el grupo se ha mantenido unido hasta el día de hoy.
Catarina Paiva, de 62 años, auditora jubilada, decidió llegar temprano esta vez para estar en primera línea, sentada en los cómodos sillones del hotel Altis: «Estamos con Pedro Nuno Santos. Necesita nuestra fuerza. No tenemos intereses políticos, no vivimos de esto, así que hablamos alto y claro». Agrega que quieren renovar prácticas, abrirse más y buscar a gente más joven porque el partido está envejeciendo, señalan.
José Agostinho, de 37 años, es el último de este rejuvenecimiento y está totalmente alineado con lo que el PS defiende para el país. “Estamos unidos en el partido. Todos estos compañeros defienden lo mismo, como los intereses de los trabajadores y un salario mínimo y medio más digno”, revela, confiando en la victoria. ¿Será? Ya veremos qué dicen los pronósticos dentro de un rato...









