En medio de la guerra comercial, Haddad dice que Brasil quiere mantener un diálogo abierto con EE.UU. y China

El ministro de Hacienda, Fernando Haddad, afirmó que Brasil pretende mantener un diálogo abierto con Estados Unidos y China, en medio de la guerra comercial entre las dos mayores potencias del planeta desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Para el jefe del equipo económico del gobierno de Lula (PT), Brasil es demasiado grande para ser un “satélite” de cualquier otro país.
Durante un evento organizado por el Banco Safra el lunes 28, Haddad dijo que el estado actual del conflicto comercial “es una oportunidad para que Brasil haga valer su diplomacia comercial y obtenga ventajas bilaterales”.
Brasil mantiene canales de comunicación para acuerdos con China, la Unión Europea y Estados Unidos. Esto no es nuevo, afirmó. “ La no alineación implica mantener canales abiertos con tres grandes bloques. Es una política acordada con el presidente Lula, quien es un gran activo para el país en materia diplomática”, continuó el ministro.
En cualquier caso, según Haddad, el momento exige cautela. El grado de incertidumbre sobre el fin de esta turbulencia aún es alto. Ha habido muchas idas y venidas en las últimas semanas. Por lo tanto, debemos esperar un poco y ser cautelosos, diría yo —dijo el ministro—.
Desde el punto de vista de las relaciones con EEUU, Brasil – a través de Itamaraty y del Ministerio de Industria, Comercio y Servicios – ha llamado al sector comercial norteamericano a dialogar, buscando reducir los aranceles aplicados a los productos brasileños, especialmente acero y aluminio, que están sujetos a impuestos del 25% impuestos por EEUU.
“Las importaciones brasileñas procedentes de países con niveles significativos de sobrecapacidad, específicamente China, han crecido enormemente en los últimos años, más del triple desde la institución de este acuerdo de cuotas”, dice un extracto de una orden ejecutiva publicada por la administración republicana.
Según Haddad, los aranceles actuales abren espacio para la “regionalización”. “Si esta es la tendencia, creo que Brasil podría apoyar este tipo de movimiento, lo que podría beneficiarnos dado que representamos la mitad de la economía de América del Sur”, dijo el ministro.
Al calcular los riesgos y oportunidades que genera para Brasil la disputa comercial, el gobierno también pondera el rumbo del acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea (UE). Organizaciones como la Agencia Brasileña de Promoción de Exportaciones e Inversiones (Apex) ya han dicho que los aranceles de Trump podrían acelerar la implementación del acuerdo, pero Francia, foco habitual de resistencia al acuerdo, ya ha señalado que "no es una cura" para la negociación.
En la mesa de negociaciones, Haddad dijo que veía a Europa abierta al acuerdo. “Hablé con el ministro de Finanzas francés [Éric Lombard] y vi una mayor apertura”, reveló el ministro, quien atribuye el avance en las conversaciones a que Brasil ganó credibilidad en el mercado internacional al adaptarse a las buenas prácticas de transparencia y gobernanza de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el club de las principales economías del mundo.
CartaCapital