Una joya tunecina junto al mar. Hammamet es un lugar mágico que combina Oriente y modernidad.

Hammamet, una de las ciudades más hermosas de Túnez, sigue siendo una perla aún por descubrir del norte de África. Los turistas pueden disfrutar de playas de arena, mar turquesa y las sinuosas calles de la medina, impregnadas del embriagador aroma del jazmín.
Ubicada en la península de Cap Bon, a solo setenta kilómetros de Túnez, esta ciudad costera es conocida por sus extensas playas de arena y su rica historia. En la década de 1960, era un pequeño pueblo pesquero. Hoy en día, sigue siendo pequeño, con una población de menos de cien mil habitantes. Sin embargo, a principios del siglo XXI, se inauguró una parte moderna de la ciudad: un impresionante complejo hotelero y de entretenimiento. Hammamet es un lugar donde la cultura tradicional se fusiona con las comodidades modernas.

Para mí, sin embargo, Hammamet tiene sobre todo la medina antigua más hermosa de todo Túnez. Uno puede perderse en el laberinto de calles estrechas y sinuosas, descubriendo puestos y tiendas de artesanía tradicional. Es aquí donde se pueden comprar los recuerdos más bellos, pero también los más caros: desde alfombras tejidas a mano, especias aromáticas, joyas, aceites en frascos mágicos, cerámica o hermosos mosaicos. Merece la pena regatear para conseguir un mejor precio, porque regatear forma parte de las compras en Túnez.
La Medina de Hammamet también es famosa por sus hermosas, coloridas y elaboradas puertas, que simbolizan el rico patrimonio cultural de la ciudad. Estas suelen estar pintadas en vibrantes tonos de azul, amarillo y verde. A menudo presentan motivos tradicionales como estampados florales, formas geométricas y medialunas , lo que refleja la influencia del arte islámico.

Para finalizar su visita a la medina, le recomendamos subir las escaleras de piedra del Fuerte de la Kasbah. Esta fortaleza se encuentra en las afueras de la medina. El castillo data del siglo XIII y ofrece vistas panorámicas del mar Mediterráneo. En su interior se encuentra un pequeño museo: la Gran Mezquita , también conocida como la Mezquita de Kabir. El fuerte también se puede ver desde la terraza del restaurante La Medina, donde sirven algunos de los mejores mariscos y ladrillo tradicional tunecino.

Hammamet también cuenta con su lado moderno, Yasmine Hammamet. Este es un nuevo distrito de la ciudad, creado en 2002, con la inauguración oficial de la Medina Yasmine y sus murallas. La nueva medina también cuenta con tiendas de recuerdos y restaurantes tradicionales, así como un enorme parque de atracciones con multitud de atracciones. Además, se puede pasear hasta el cercano puerto deportivo, el más grande de Túnez. La playa que lo bordea es la más larga del país.

Hammamet se puede explorar en dos o tres días a un ritmo tranquilo, y después podrá disfrutar de sus playas de arena. Para quienes prefieren hacer turismo a tomar el sol, Hammamet es un buen punto de partida para excursiones de un día a Kairuán y El Djem. Esta antigua ciudad es una de las siete ciudades santas del islam. Su mezquita es el templo más antiguo del norte de África. En El Djem, podrá contemplar el anfiteatro más grande de África, uno de los mejor conservados del mundo.
