¿Para qué sirve un Mundial?

Guadalajara será, por tercera vez en su historia, sede de un Mundial de Futbol. Si bien en esta ocasión somos una sede menor y solo habrá partidos de primera ronda, son pocas, muy pocas las ciudades que han albergado tres veces un mundial, de hecho, solo Ciudad de México compartirá la misma condición de haber albergado tres Mundiales.
Más allá del récord (que no sirve para nada) la pregunta es qué le deja a la ciudad ser sede de un Mundial.
De acuerdo con la experiencia de mundiales anteriores, es muy o poco lo que le queda a la ciudad después de un Mundial más allá de crecer su marca. Sin duda Guadalajara será más conocida en el mundo después del campeonato, aunque ese beneficio dependerá en gran medida de a quién le toque jugar en esta sede.
En infraestructura los mundiales anteriores dejaron muy poco. El de 1970 nos dejó un mejor estadio, un Jalisco renovado y más amplio y una Calzada Independencia también renovada. Fuera de eso no hubo inversiones importantes.
El de 1986 no dejó nada en materia de infraestructura. Las prisas con las que se armó en Mundial tras la renuncia de Colombia a organizarlo, así como los terremotos de septiembre de 1985, unos meses antes de que arrancara la Copa, no dieron tiempo ni dejaron recursos para nada.
En ambos mundiales lo que sí hubo fue muy buena fiesta. En el de 1970 la Avenida Juárez-Vallarta, desde el centro hasta la Minerva, se convirtió en la ruta de desfile de autos que al ritmo de los cláxones y trompetas gritaban México-Brasil. Guadalajara hizo suyo el triunfo de la selección encabezada por Pelé y lo disfrutó al máximo. En 1986 el espacio para la fiesta fue López Mateos, desde la Minerva, donde se organizaban los festejos y las mojadas, hasta Cubilete. Otra vez de la mano de Brasil, las noches de batucadas espontáneas (nada tuvo que ver el gobierno en esas fiestas) fueron el alma del Mundial.
De cara al mundial por venir el gobierno del estado ha aprovechado la coyuntura para hacer un línea de transporte masivo al aeropuerto (Línea 5 le llaman a lo que, por pronto, será solo una extensión del Peribús) y los Gobiernos municipales, particularmente de Guadalajara (la sede oficial) y Zapopan (la sede real) están aprovechando para arreglar, una vez más, los respectivos Centros Históricos. En esta ocasión en Guadalajara la manita de gato le tocará a la Plaza Tapatía, misma que lo pedía a gritos desde hace varios años.
¿Para qué sirve un Mundial? El negocio será pequeño y para muy pocos, pues no serán grandes flujos ni de turistas ni de dinero los que llegarán en esos 15 días. No habrá un antes y un después para la ciudad por el mundial del 2026, pero dejará un poco más que los mundiales anteriores y si lo sabemos aprovechar, una gran quincena de fiesta. De eso se trata.
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