Thomas Mann y la democracia

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Thomas Mann y la democracia

Thomas Mann y la democracia

Uno de los escritores fundamentales del siglo XX, el alemán Thomas Mann, vino al mundo hace hoy 150 años en Lübeck, ciudad hanseática que celebra con orgullo el eco universal del personaje. Mann nació aquí el 6 de junio de 1875 en el seno de una acaudalada familia de comerciantes de grano, y aquí vivió su infancia y primera juventud. En la casa de sus abuelos –convertida en un museo, ahora cerrado y en fase de ampliación– ubicó la trama de su primera gran novela, Los Buddenbrook, publicada en 1901 y que le valió el premio Nobel de Literatura en 1929.

Poco después, Adolf Hitler alcanzó el poder en Alemania y Thomas Mann, que se había significado en la defensa de la república de Weimar, entendió que ante el ascenso de los nazis el exilio iba a ser su nueva patria. El incendio del Reichstag en 1933 le pilló fuera del país y ya no regresó.

Una de sus hijas, Erika, sostenía que su padre empezó con Los Buddenbrook , novela claramente alemana, para luego escribir una obra europea, La montaña mágica , publicada en 1924 y quizá su libro más famoso, y adentrarse después en los fundamentos morales con la tetralogía bíblica José y sus hermanos , editada entre 1933 y 1943, cuando los valores democráticos europeos se derrumbaban bajo las dictaduras fascistas.

Las reflexiones políticas de Thomas Mann acompañan a su producción literaria y a su comportamiento público como persona que cambió varias veces de nacionalidad. Por ello, la exposición central del 150.º aniversario, titulada Mi tiempo. Thomas Mann y la democracia , que inaugura este viernes el presidente federal alemán, Frank-Walter Steinmeier, se centra en su evolución política durante la época que le tocó vivir y en las resonancias, a menudo inquietantes, que presenta en la época actual.

La casa de fachada blanca de la familia Mann en Lübeck, que era ya museo, está ahora cerrada y crecerá como tal con la compra del edificio contiguo de ladrillo rojo
PIE: Casa Buddenbrook (Buddenbrookhaus), de color blanco, en el número 4 de la Mengstrasse de Lübeck (Alemania), que en la segunda mitad del siglo XIX perteneció a la familia del escritor Thomas Mann. Aquí vivió él de niño y aquí situó su novela ‘Los Buddenbrook’. La casa se convirtió en museo, el cual cerró en 2019 para obras de ampliación. Al lado, edificio histórico en ladrillo adquirido por el Gobierno alemán para ampliar el museo, que abrirá en 2030. Foto tomada el 5 de junio del 2025 CRÉDITO: MARÍA-PAZ LÓPEZ

La Casa Buddenbrook (Buddenbrookhaus), en el número 4 de la Mengstrasse de Lübeck (Alemania), y el edificio histórico en ladrillo adquirido por el Gobierno alemán para ampliar el museo, el 4 de junio

María-Paz López / Propias

En las salas del museo St. Annen, un antiguo convento agustino de Lübeck, vemos a través de artículos, ensayos, alocuciones radiofónicas, entrevistas, diarios y cartas, cómo el joven Mann empieza siendo reaccionario y tradicionalista en los años de la Primera Guerra Mundial, para abrazar después la república, escapar del nazismo e ir convirtiéndose en un demócrata convencido y lúcido.

El momento álgido, de su transformación y de esta exposición, es la célebre charla Mi tiempo , que pronunció en Chicago en 1950, en la que rechazó todo “Estado totalitario” y toda “dictadura dogmática”. Vivía en Estados Unidos desde 1938, pero la opresión del maccartismo le impulsó a regresar a Europa y a instalarse en Suiza. Murió en Zurich el 12 de agosto de 1955, a los 80 años.

“Analizar la crisis actual de la democracia con Thomas Mann agudiza la perspectiva; su advertencia de no caer en respuestas fáciles ni en seductores populistas permanece inalterada”, argumentó Caren Heuer, directora de la Casa Buddenbrook –sede de su museo, ahora cerrado–, ayer en la presentación de la muestra. “La república está en nuestras manos, en las manos de cada individuo, dijo Thomas Mann en 1922. La democracia nos necesita a todos, o fracasará; esto es tan cierto hoy como lo fue hace cien años”, prosiguió Caren Heuer.

Legado político del autor Alemania reflexiona en una muestra sobre cómo Thomas Mann evolucionó de reaccionario y tradicionalista a antinazi y demócrata convencido y lúcido

A la presentación asistió también alguien que convivió con el personaje retratado: su nieto Frido Mann, psicólogo y escritor germano-suizo de 84 años, que tenía 15 cuando su abuelo falleció. “Me preguntan qué diría Thomas Mann del mundo de hoy; puedo imaginar que cuando George W. Bush ganó en el 2000 las elecciones de Estados Unidos ya no le habría gustado, pero quizá podría comprenderlo; pero lo que ha venido después en este siglo, con Donald Trump, en Rusia, en Ucrania, en Israel, en la Franja de Gaza, a mi abuelo le habría resultado incomprensible”. También criticó, “como ciudadano alemán que soy ahora y como nieto de dos abuelas de origen judío”, los análisis políticos y periodísticos en Alemania, poco claros a la hora de apuntar que “existe un Gobierno israelí, que son criminales”.

Más tarde, en conversación aparte, Frido Mann sostuvo que “el Estados Unidos del maccartismo, por muy malo que fuera, era un paraíso comparado con el país actual”, y aseguró que “Thomas Mann simplemente habría sacudido la cabeza, ni siquiera una mente como la suya podría entenderlo; lo que está pasando demuestra, una vez más, lo impredecible que es la historia humana”.

El psicólogo y escritor Frido Mann, nieto de Thomas Mann (1875-1955), en la exposición por el 150.º aniversario del nacimiento de su abuelo en Lübeck (Alemania). La exposición se titula 'Mi tiempo. Thomas Mann y la democracia'. Foto tomada el 5 de junio del 2025

El psicólogo y escritor Frido Mann, nieto de Thomas Mann, en la exposición por el 150.º aniversario del nacimiento de su abuelo en Lübeck, el 5 de junio

MARÍA-PAZ LÓPEZ

Frido Mann recordó también que su abuelo se inspiró en él para un personaje de su novela Doctor Faustus . Frido tenía cuatro años cuando Mann empezó a escribirla y le tomó como modelo para el niño que enferma y muere. “Hay muchas teorías de por qué lo hizo. Yo solo puedo decir que tuvimos una relación estrecha y que como nieto tengo recuerdos positivos –explicó–. Un abuelo suele ser diferente a cómo fue como padre, es siempre más complaciente; algunos hijos de Mann sufrieron con él, pero algunos problemas eran de los propios hijos”.

Intelectual e historia Frido Mann, nieto de Thomas Mann: “Mi abuelo no habría comprendido los Estados Unidos de Trump”

Thomas Mann se casó en 1905 en Munich –adonde se había mudado junto a su madre tras fallecer el padre y desaparecer el negocio familiar de cereales– con Katia Pringsheim, quien pertenecía a una rica familia judía. Se casó a pesar de que sus cartas y otros escritos, incluida su novela de 1912 La muerte en Venecia , desvelan una orientación homosexual. Thomas y Katia tuvieron seis hijos, y el mayor de ellos, Klaus, se suicidó.

La exploración que está haciéndose de la figura de Thomas Mann debido al 150.º aniversario en Alemania y en otros países donde vivió –cuando el Tercer Reich le revocó la nacionalidad alemana, tuvo pasaporte checoslovaco, luego estadounidense y finalmente suizo– no deja de lado sus zonas oscuras, como las tendencias racistas, sexistas y antisemitas que afloran en algunos de sus textos.

A largo plazo, el gran proyecto sobre Thomas Mann –que incumbe también a su hermano Heinrich Mann, autor de El súbdito y de El profesor Unrat – es la ampliación de la casa de Lübeck que perteneció a la familia y donde Thomas ambientó Los Buddenbrook . La Casa Buddenbrook era un museo dedicado a los dos hermanos, que ganará espacio gracias a un edificio histórico contiguo adquirido por el Gobierno alemán. El nuevo museo abrirá en el 2030.

lavanguardia

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