La enfermedad renal crónica afecta a 4 millones de personas en Italia: la importancia de garantizar que todos tengan una alimentación adecuada.

Es hora de promover el acceso igualitario y uniforme, en todo el país, a la terapia dietético-nutricional baja en proteínas (DNT), reconociendo su papel fundamental en la prevención y el tratamiento conservador de la enfermedad renal crónica (ERC).
La insuficiencia renal crónica (IRC) se refiere a una afección caracterizada por un deterioro progresivo y permanente de la función renal. Puede ser causada por una nefropatía primaria u otras enfermedades sistémicas que también comprometen la función renal. La IRC representa un factor de riesgo cardiovascular independiente y se asocia frecuentemente con otros factores de riesgo cardiovascular que, a su vez, pueden contribuir a la aparición de la enfermedad. En la etapa terminal, los únicos tratamientos posibles son la diálisis o el trasplante renal.
En Italia, la enfermedad renal crónica (ERC) afecta aproximadamente al 7% de la población adulta, es decir, a más de 4 millones de personas, con una ligera prevalencia en hombres respecto a las mujeres. Debido a esta enfermedad, aproximadamente 8.000 pacientes inician terapia de reemplazo renal (diálisis o trasplante) cada año, mientras que unos 19.400 siguen una dieta baja en proteínas. Esta dieta se considera una terapia en sí misma, a menudo complementada con tratamiento farmacológico, que retrasa la necesidad de diálisis, reduce los síntomas de la insuficiencia renal y mantiene un estado nutricional adecuado. En concreto, la terapia dietético-nutricional (TDN) se basa principalmente en la reducción de proteínas, pero también incluye una ingesta calórica adecuada, una ingesta controlada de sodio y potasio, y una ingesta limitada de fósforo. Asimismo, fomenta el consumo de alimentos de origen vegetal para asegurar un mejor control del metabolismo del fósforo y del equilibrio ácido-base.
Sin embargo, a pesar de que el alto valor clínico de la DNT está ahora bien establecido, el acceso a este tratamiento todavía no está garantizado por igual en todo el país, debido a los diferentes modelos de distribución y reembolso aplicados por las distintas regiones, y en particular:
• dificultades logísticas en el suministro de productos sin proteínas, que en algunas regiones están disponibles en centros de distribución e instalaciones hospitalarias, y en otras regiones en farmacias – que no son farmacias comunitarias – a las que a veces es difícil llegar, especialmente para los más vulnerables;
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