La moda debe volver a escuchar para recuperar su energía y su papel cultural.

Quienes piensan que la moda es un tema superficial, o que se le da demasiada importancia y espacio en los medios o en la sociedad en general, encuentran demasiado fácil rebatir sus argumentos. En primer lugar, para nuestro país, el sistema textil-moda-accesorio (TMA) es un motor económico: la cadena de suministro tiene un valor aproximado de 100 mil millones de euros y emplea —directamente— a más de 600.000 personas. Además, está el valor de la imagen de Italia en todo el mundo: no hay calle comercial en el planeta que no esté repleta de marcas italianas asociadas a la moda, y somos reconocidos universalmente (con razón o sin ella, si queremos ponernos en plan abogado del diablo) como guardianes del estilo, y no solo en la ropa. Este marco económico y sociocultural fue el punto de partida del panel de moda celebrado en el Mudec, y no había ni una sola silla vacía en la sala que acogió a Silvio Campara, director ejecutivo de Golden Goose, y a Carlo Mazzoni, fundador y editor de la revista Lampoon y accionista mayoritario (90%) de la empresa que la publica.
Pero las reflexiones pronto trascendieron la mera introducción, vinculadas también a la cobertura periodística —única en el panorama italiano y europeo— que Il Sole 24 Ore lleva ofreciendo durante más de 30 años sobre el sistema de la moda, desde la fabricación hasta los aspectos creativos, desde las empresas textiles hasta las grandes marcas, abarcando los distintos eslabones de la cadena de suministro. «La moda, y sobre todo el lujo, debe volver a observar y escuchar las señales que llegan del mundo exterior a las oficinas de diseño: no solo porque toda persona, de cualquier edad, país o procedencia, es un cliente potencial», afirmó Silvio Campara, CEO de Golden Goose, con su característica energía y entusiasmo. «Debemos escuchar, con compromiso, curiosidad y respeto, sobre todo porque la moda solo tiene sentido si es un espejo de la sociedad y refleja, interpreta o, en el mejor de los casos, anticipa necesidades y deseos, e incluso, por qué no, fortalezas y debilidades».
Campara destacó que detrás de las marcas italianas se encuentra una cadena de suministro compuesta por pymes, talleres y empresas artesanales, cuyo valor debe ser redescubierto. Son una fuente de riqueza para nuestro país y preservan la esencia, también económica, de una región. Este es un tema de especial interés para el director general de Golden Goose, empresa fundada hace 25 años en Marghera, donde recientemente inauguró un centro multifuncional dedicado a la creatividad y la transmisión del conocimiento.
Carlo Mazzoni también habló sobre el redescubrimiento del papel que la moda puede y debe desempeñar, incluso en un mundo globalizado, acelerado y en parte impactado por la revolución digital: su revista Lampoon, lanzada hace 10 años, no puede considerarse una "revista de moda". O mejor dicho, sí puede, pero solo si recordamos la época dorada de las revistas dedicadas a la ropa y los accesorios: podría decirse que las llamadas revistas "femeninas" o "masculinas" habían abandonado, al menos parcialmente, su papel como narradoras de moda a través de imágenes y palabras, mucho antes de la llegada de las redes sociales. "Nací y crecí en Milán, vivo en la misma casa donde vivió mi bisabuelo, y me siento feliz y orgulloso de ello: considero la historia y el pasado de mi familia y de la ciudad un legado", afirmó Mazzoni. Al mismo tiempo, creo que la moda, mi pasión desde la infancia, existe como un reflejo del presente y una proyección del futuro. Por ello, debe estar en constante evolución, y sus únicos principios rectores deben ser la energía creativa de los diseñadores y la valentía de los artesanos y emprendedores que eligen dedicarse a ella, invirtiendo su energía y dinero. Sin embargo, también se necesita la visión de los directivos: esto se aplica a la cadena de suministro y, en cierta medida, a la industria editorial, donde el papel puede seguir teniendo un gran valor.
Campara clausuró la reunión instando a los inversores privados y a los bancos a creer más en las startups de moda: "Hay muchísimas ideas y energías, pero necesitan apoyo. Quizás no todas se conviertan en marcas de éxito, pero aun así sembrarán creatividad y positividad en todo el sistema".
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