Saveriano Infantino, el delantero de 39 años de Basilicata que sigue dando ilusión y goles a raudales.

Lunes, 22 de septiembre de 2025, 18:59
MATERA - Los números no mienten. O quizás sí. Treinta y nueve años (cumplidos hace apenas una semana), pero sus piernas y su olfato goleador siguen siendo los de sus mejores años. El lucano Saveriano Infantino sigue generando ilusión y una lluvia de goles. El domingo pasado, el delantero nacido en Tricarico (Matera) marcó cuatro goles que permitieron a su Notaresco —un club de Abruzzo que juega en el Grupo F de la Serie D— sumar tres valiosos puntos en su visita al Unipomezia, con una victoria por 4-2 en la tercera jornada del campeonato.
Tras su hat-trick en su debut contra el Recanatese, Infantino ha subido aún más el listón, colocándose en lo más alto de la tabla de goleadores de la Serie D. Esto demuestra una vez más su instinto asesino en el área, evidenciado por sus más de 140 goles en su carrera, incluyendo como profesional. "El 16 de septiembre celebré mi cumpleaños y el domingo me hice un regalo especial", declaró a ANSA. "Marcar cuatro goles es un logro increíble, y uno que no debe darse por sentado. Nunca me había pasado en mi carrera, así que fue un domingo verdaderamente inolvidable".
Sus 39 años no parecen mermar su brillantez. El año pasado, con 12 goles en 21 partidos, fue decisivo para salvar al Notaresco del descenso. Hoy, su experiencia y condición física alimentan los ambiciosos sueños del Rossoblu. "No tengo secretos", explica. "En los últimos años, he cuidado cada detalle: entrenamiento, gimnasio, nutrición. He contado con un nutricionista y un entrenador personal, y me siento en plena forma. Me lo estoy pasando genial". La idea de colgar las botas, por lo tanto, sigue siendo lejana. "El fútbol es mi vida", continúa. "Conservo el entusiasmo de niño, una pasión que me transmitió mi padre. Este deporte me formó; todos mis valores nacen en el campo".
Tras importantes periodos en Barletta, L'Aquila, Torres, Ischia, Carrarese, Catanzaro, Teramo y Taranto, el delantero lucano disfruta ahora de su tiempo en Abruzzo, sin olvidar sus raíces. Y especialmente Matera. "Me entristeció profundamente la forma en que me obligaron a terminar mi relación con Matera y los acontecimientos que llevaron a nuestra no inscripción en la Serie D", concluye. "Fue una gran injusticia, porque con el entrenador Ciullo y el director Ferroni, habíamos creado un gran grupo y un ambiente mágico, que fue arruinado por unos pocos. Confío en que el Bue pronto volverá a donde se merece: espero que podamos emprender un proyecto serio para devolver los colores blanquiazules a la cima".
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