El diccionario Treccani ahora marca las palabras ofensivas

En una era de inclusión y respeto, las palabras también deben cumplir su función. Y, afortunadamente, los diccionarios más actualizados abordan este tema con seriedad y responsabilidad. Esto no es censura, sino concienciación: muchas palabras que antes se usaban a la ligera —y a veces incluso en entornos escolares o familiares— ahora se etiquetan como ofensivas, discriminatorias e inapropiadas . Porque las palabras no son neutrales: pueden herir, marginar y humillar. Entonces, ¿por qué seguir usándolas de esta manera?
El nuevo Vocabolario Treccani - Dizionario dell'italiano Treccani 100, editado por los lingüistas Valeria Della Valle y Giuseppe Patota, es un ejemplo virtuoso en este sentido. También incluye términos vulgares, ofensivos o discriminatorios —sí, los incluye—, pero con una advertencia clara e inequívoca: «evitarlo», «no recomendado hoy», «ya no se usa por ser ofensivo».
¿Para quién es?
El objetivo, según Adnkronos, no es ocultar la realidad del lenguaje, sino ofrecer herramientas para comprenderlo y, si es necesario, transformarlo. Empezando por los más pequeños. Los niños y niñas de la llamada Generación Alfa (de 9 a 18 años), acostumbrados a navegar por las redes sociales y al lenguaje grosero, suelen usar palabras fuertes con una facilidad involuntaria . Palabras como «idiota», «idiota», «mongoloide» o «subnormal», por nombrar algunas, tienen sus raíces en una época en la que la diversidad se consideraba un defecto, no un valor. Hoy, afortunadamente, estamos intentando progresar. Incluso empezando por el vocabulario.
Términos que se deben evitar
Así, descubrimos que «anormal» se define como un término ofensivo para una persona con discapacidad o cuyo comportamiento se considera «inapropiado» en el contexto, y que es mejor evitarlo porque cada persona es única y no existe una referencia a lo «normal». En este sentido, el Vocabolario Treccani - Dizionario dell'italiano Treccani 100 advierte que este es un uso muy irrespetuoso y actualmente desaconsejable , ya que hoy preferimos destacar que la persona normal no existe, sino que todas las personas son diferentes y únicas, cada una con sus propias características.
Lo mismo ocurre con palabras como «deforme», «discapacitado» o «discapacitado», todas ellas acompañadas de una nota que desaconseja su uso por ser ofensivas para la dignidad personal.
¿Y qué hay de "ciudadano no comunitario"? Un término técnicamente correcto, por supuesto, pero que ha adquirido un matiz discriminatorio, especialmente al referirse a inmigrantes de países no europeos. El término, como indica el Diccionario Treccani en su definición, "ha adquirido una connotación despectiva y racista". O "minus habens", una expresión que suena a latín, pero que no ennoblece en absoluto: es simplemente una forma (y además ofensiva) de decir que una persona tiene menor capacidad intelectual. Y eso, en 2025, ya no puede ser aceptable.
También se prohibirá "mongoloide", que en su día se usó incorrectamente con un significado médico, y se considera "una palabra que hay que evitar porque durante años se ha usado con un significado despectivo, como insulto y de forma irrespetuosa hacia las personas con síndrome de Down". Y también "subnormal", que ahora se declara "en desuso por ser ofensivo". Si bien "tonto" o "citrullo" pueden parecer más ligeros y casi cómicos, insultos graves como "beota" o "idiota" tienen una historia dolorosa y un contenido ofensivo considerable. (Por Paolo Martini )
Adnkronos International (AKI)