Rico en proteínas, económico y bueno para el planeta... y sin embargo comemos muy poco.

Encontrar nuevas ideas para tus comidas puede convertirse rápidamente en un dolor de cabeza cuando bajan las temperaturas y los puestos se quedan sin productos frescos y coloridos que atraigan tanto a niños como a adultos. La solución, tanto para el sabor como para la salud, bien podría ser un ingrediente que a menudo se pasa por alto en nuestras cocinas...
Las cifras son claras: en Francia, consumimos la mitad de legumbres que la media europea y cuatro veces menos que la media mundial. Un auténtico fracaso si tenemos en cuenta que estas pequeñas semillas están llenas de tesoros. Lentejas, garbanzos, judías secas... La familia de las legumbres es extensa, pero aún lucha por consolidarse en nuestros menús diarios.
El problema suele ser que no sabemos cocinarlos. Las lentejas, los garbanzos o los frijoles rojos tienen mala imagen. ¿Será un recuerdo de la cafetería del colegio o de experiencias culinarias fallidas? A menudo nos parecen un poco sosos. Y con razón, porque pueden ser la base de deliciosas recetas. Lejos de casa, como en países como México o India, incluso son la base de la comida diaria con recetas llenas de color y sabor. ¿Tienes dudas? Con un poco de inspiración, se pueden transformar fácilmente. Si decimos chili con carne, hummus, falafel o dahl de lentejas, ¡las legumbres se vuelven inmediatamente más apetecibles!

Y no te equivocarás al considerarlo, porque las legumbres tienen más de un as bajo la manga. Sus beneficios para la salud son casi inagotables. Son una excelente fuente de proteína vegetal: 100 g de legumbres cocidas aportan de 5 a 10 gramos de proteína, el equivalente a 50 gramos de carne. También contienen una gran cantidad de fibra, esencial para un buen tránsito intestinal. Su bajo índice glucémico también ayuda a prevenir los antojos y es apto para diabéticos. Sin olvidar su riqueza en vitaminas del grupo B y minerales como hierro, magnesio y zinc.
Otra ventaja, y no la menos importante: las legumbres son muy económicas. Su precio supera a cualquier competencia. Con una bolsa de lentejas y una calabaza, puedes preparar un suculento dhal por unos pocos euros. Fáciles de almacenar, disponibles en todas partes y económicas, las legumbres se pueden guardar durante meses en la despensa, lo que te permite planificar comidas incluso con la nevera vacía.
La última razón para ceder: optar por legumbres es un gran gesto para el planeta. Cultivarlas requiere poco fertilizante y ayuda a enriquecer el suelo de forma natural. Sustituir la carne por proteínas vegetales también reduce drásticamente la huella de carbono.
L'Internaute