Bidart: La escuela de ingeniería de Estia invierte en la salud mental de sus estudiantes

En el campus de Estia en Bidart, la salud mental de los estudiantes es una prioridad. Con psicólogos, formación obligatoria y una plataforma de denuncia, la escuela está implementando una estrategia integral para prevenir situaciones de angustia.
"Llevar una buena vida estudiantil significa encontrar un equilibrio entre las clases, la vida personal, las fiestas y el sueño", resume la psicóloga del campus de Bidart (Pirineos Atlánticos), afiliada a la Escuela Superior de Tecnologías Industriales Avanzadas (Estia). Durante casi cuatro años, Isabelle Etcheverry ha velado por el bienestar mental de los estudiantes. Su despacho, ubicado en una pequeña y colorida sala del edificio principal, se ha convertido en un referente. Su función: ayudar a los futuros ingenieros a mantener este delicado equilibrio. A partir del próximo año, el programa piloto de concienciación sobre salud mental se convertirá en permanente.
La profesional cree que acoger a un psicólogo (en este caso, dos) en el campus está dando sus frutos. Este año, 183 estudiantes acudieron a consulta, casi una quinta parte del total de la escuela. Una cifra que interpreta positivamente: «Son jóvenes que necesitaban un espacio para expresarse. Ahora, eso ya está hecho. La ventaja de tener un psicólogo trabajando directamente en la escuela es que las reuniones son más accesibles», analiza Isabelle Etcheverry. Las citas son gratuitas y el ambiente es más familiar, según la profesional de la salud.
“Varias chicas jóvenes nos agradecieron, diciendo que ni siquiera sabían qué hacían allí”.
Entre sus pacientes, poco menos de la mitad fueron atendidos al menos tres veces. Además, 24 estudiantes recibieron seguimiento en situaciones consideradas "críticas". Estos datos reflejan una tendencia más amplia. En 2022, uno de cada cinco estudiantes padecía un trastorno de salud mental, según la Asociación Universitaria Europea.
Mayor vigilanciaAnte esta observación, Estia ha decidido tomar medidas también desde la perspectiva de la comunidad. Desde principios de año, todos los estudiantes asisten a sesiones de sensibilización sobre novatadas, acoso, discriminación, consentimiento, etc. El sindicato de estudiantes (BDE) recibe capacitación más exhaustiva. El programa incluye dos módulos: uno sobre salud mental (obligatorio) y otro sobre adicciones, en colaboración con el centro de adicciones de Bayona.
En Estia, las alumnas siguen siendo una minoría significativa: representan menos del 20% del alumnado. Este desequilibrio ha llevado al colegio a reforzar su política contra la violencia sexista y sexual (VSG). Durante el tradicional fin de semana de inducción, un equipo de alumnas visitó las aulas para verificar el consentimiento de todos los presentes. «Varias jóvenes nos dieron las gracias, diciendo que ni siquiera sabían qué hacían allí», confiesa Isabelle Etcheverry. Durante el resto del curso, se creó una plataforma interna de denuncia en colaboración con el departamento de informática. Cualquier alumna puede denunciar, de forma anónima o no, una situación de violencia o discriminación directamente a los psicólogos del colegio.
SudOuest