La peligrosa indiferencia del presidente Prabowo hacia los manifestantes indonesios
El presidente Prabowo Subianto permanece sordo a las demandas del pueblo, que reclama un nuevo gobierno y mayor justicia social. Una postura arriesgada, que recuerda lo ocurrido en 1998, cuando los movimientos populares condujeron al derrocamiento del dictador Suharto, según el editorial del sitio web "Omong-Omong".
En esta radiante mañana de lunes 1 de septiembre, en la rotonda de la Universidad Gadjah Mada de la ciudad de Yogyakarta, el ambiente es explosivo. Miles de manifestantes se han congregado, a pesar de la prohibición expresa del presidente Prabowo Subianto. Durante el fin de semana, incluso ordenó a la policía y al ejército reprimir severamente a cualquier "anarquista" que se atreviera a manifestarse.
Vehículos militares patrullan las principales ciudades del archipiélago. En un video ampliamente difundido, el jefe de policía, el general Listyo Sigit Prabowo, autorizó el uso de balas de goma contra manifestantes violentos. Sin embargo, el pueblo indonesio no se dejó intimidar por estas amenazas.
Los manifestantes —estudiantes, trabajadores y habitantes urbanos pobres— no se hacen ilusiones de que el cambio real será una larga batalla. Saben que se requiere perseverancia, estrategia y sacrificio contra un régimen como el de Prabowo.
Ante la creciente ira de los indonesios, el Estado intenta restablecer la calma, no proponiendo diálogo ni reformas, sino instrumentalizando una guerra de narrativas. En esta lucha, la estrategia del gobierno de Prabowo consiste en presentar las protestas como un caos político.
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Courrier International
