La lenta evolución de la gran distribución, protagonista del cambio de la alimentación francesa

Conforman en gran medida la dieta de los franceses. Las grandes cadenas de distribución son un eslabón esencial, donde se realizan tres cuartas partes de las compras de alimentos. Dos años después de un estudio inicial sobre el papel de los supermercados en la transición alimentaria, mientras nuestros platos representan casi una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero, la Red de Acción Climática (RAC) está repitiendo y completando su estudio. La gran distribución, escribe el RAC, es "un actor central en el panorama económico, simbólico y político, pero que apenas suscita discusión en el debate público". Este nuevo informe, publicado el martes 13 de mayo, pretende remediar esta situación. En 2025, los minoristas habían avanzado en términos de transparencia y compromisos climáticos, pero en la práctica, seguían favoreciendo la compra de carne barata de granjas industriales, en detrimento de una dieta más vegetal y de carne con un sello de calidad, como la orgánica o Label Rouge.
El análisis, que abarca las principales marcas que representan el 90% del mercado (Aldi, Carrefour, Casino/Monoprix, E.Leclerc, Lidl, Les Mousquetaires/Intermarché), se basa en varias fuentes de datos: informes públicos, visitas a más de 200 tiendas, cuestionarios enviados a distribuidores, entrevistas con representantes del sector, así como un análisis de las prácticas en el extranjero. Se estableció una matriz de calificación que evalúa los compromisos y la transparencia, la promoción en estantería, los catálogos promocionales, las políticas de precios, etc. Las entrevistas con representantes del sector permitieron identificar los principales obstáculos para la transición.
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Le Monde