Estos son algunos viajes que puede hacer para disfrutar de paisajes de ‘otros planetas’

Para maravillarse observando paisajes de otros mundos y vivir aventuras en distintos territorios de nuestro sistema solar no es necesario viajar al espacio exterior, ya que, a lo largo de millones de años, la actividad y la erosión geológicas han originado en nuestro propio planeta lugares dignos de figurar en una imaginaria ‘guía de viaje a destinos terrestres’.
Algunas cuevas, montañas, volcanes, desiertos, glaciares y formaciones rocosas, situados en distintos rincones de nuestro planeta, ofrecen paisajes de otros mundos que pueden visitarse viviendo una auténtica “experiencia extraterrestre”, señala la plataforma en línea Civitatis (www.civitatis.com), especializada en actividades y excursiones en español.
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Aquí, cinco de ellos, aunque en nuestro rico y diverso planeta hay muchos más.
Volcán y cuevas del Etna (Italia) 
Explorar los túneles de lava del Etna es como caminar por Marte. Foto:EFE
En medio de una gran variedad geológica y paisajística, entre zonas desérticas con rocas volcánicas y bosques densos y verdes, se alza el Etna, símbolo de Sicilia en el mundo, el mayor volcán activo de Europa y uno de los más altos del mundo, incluido en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco. El Etna es un estratovolcán –es decir, un volcán cuya altura varía con el tiempo debido a las erupciones– y, en su ladera oriental, cuyas paredes se caracterizan por tener unos profundos cañones, se localizan dos de sus facetas más llamativas: la “cueva de hielo”, una cavidad en la que se ha formado un glaciar perenne, y el “valle de Bove”, una depresión volcánica en forma de cuenca. Conocer los cráteres volcánicos formados por las erupciones, como los conos Silvestri, que surgieron en 1892; fotografiar los desiertos de arena negra del Etna, observar sus altos barrancos e internarse en los tubos volcánicos formados por antiguos flujos de lava es una experiencia que desvela la belleza creada por la actividad geológica y la furia de la naturaleza, concluye Civitatis.
Parque Nacional de Yellowstone (Estados Unidos)Ubicado en Wyoming, Montana e Idaho, el Parque Nacional Yellowstone alberga gran variedad de animales salvajes como osos pardos, lobos, bisontes y alces, y ofrece el colorido Gran Cañón de Yellowstone, la belleza silvestre del lago Yellowstone, las llamativas erupciones de Old Faithful, el géiser más popular del mundo, y cientos de otros géiseres y aguas termales. Yellowstone es famoso por sus géiseres –de los que brotan agua caliente o vapor–, pero también alberga un conjunto impactante de montañas, ríos, desfiladeros, aguas cristalinas, extensos pastizales, termas de lodo burbujeante y cataratas rugientes, así como cientos de kilómetros de senderos que serpentean a través de sus múltiples maravillas creadas por la madre naturaleza. En este espacio natural, que se estableció en 1872 como el primer parque nacional de Estados Unidos, se encuentran el sistema volcánico más grande de Norteamérica y la Gran Fuente Prismática, la mayor fuente de aguas termales del país, famosa por sus vivos colores –que van del azul al verde y al rojo, debidos a la acción de bacterias pigmentadas–.
Parque Forestal Nacional de Zhangjiajie (China)Este extenso parque, ubicado en la ciudad de Zhangjiajie (provincia de Hunan, en China), es famoso por sus picos únicos, paisajes deslumbrantes, frondosos bosques conocidos como el Jardín del Cielo y formaciones rocosas similares a pilares. Uno de los principales atractivos de este espectacular espacio natural, incluido en la lista de Geoparques Mundiales de la Unesco, es la cueva de Tianmen, también conocida como la Puerta del Cielo, un gigantesco agujero natural formado en la roca, situado en las alturas de la montaña Tianmen. Durante la visita al parque, se puede ascender a la montaña Tianmen en uno de los teleféricos más largos y con mayor desnivel del mundo y acceder al antiguo templo de la montaña de Tianmen, santuario budista construido durante la dinastía Tang.

Las cuevas de hielo del Glaciar Vatnajökull, produce la sensación de estar en otro mundo. Foto:EFE
En el impresionante desierto de Wadi Rum, situado al suroeste de Jordania y también conocido como el Valle de la Luna, el viento y el agua han forjado un laberinto de formaciones rocosas que se elevan hasta los 1.750 metros de altura, ofreciendo al visitante grandes espacios abiertos, cañones, depósitos de agua y pinturas en la roca que datan de más de 4.000 años. Este desierto, donde se respira una enorme sensación de paz y los atardeceres son inigualables, puede recorrerse en camello, haciendo senderismo, en vehículos todoterreno o en globo aerostático, observando lugares de interés como el puente de piedra de Burdah (el más alto de Wadi Rum) y los Siete Pilares de la Sabiduría (unas formaciones rocosas espectaculares). Wadi Rum, uno de los lugares naturales más bellos de Jordania, ha sido escenario de grandes películas como Lawrence de Arabia, Rogue One (de la saga Star Wars) y The Martian.
Glaciar Vatnajökull (Islandia)Vatnajökull, el mayor glaciar de Islandia y uno de los mayores de Europa en extensión, es una impresionante masa helada que se asienta sobre una cadena de volcanes de gran altura y exhibe una gran variedad de formaciones y paisajes, como sus lagunas de ensueño, donde pueden observarse icebergs, y sus cuevas, formadas por el agua que corre a través o debajo del glaciar.
En Breiðamerkurjökull, en el sur de Islandia, se encuentra una de las principales entradas al glaciar Vatnajökull, desde donde se puede acceder al laberinto de túneles que se han formado dentro del hielo por efecto de los deshielos y la acumulación de nieve, que, al compactarse, atrapa burbujas de aire por las que penetra la luz, creando un espectáculo visual extraordinario. Visitar las cuevas glaciares cristalinas, adonde llegan los rayos solares teñidos de tonalidades verde o azul eléctrico; caminar sobre las formaciones congeladas y con crestas, o visitar la laguna glaciar Jökulsárlón, donde flotan grandes trozos de hielo que se desprenden de la lengua glaciar Breiðamerkurjökull, permite descubrir auténticas obras de arte de la naturaleza.
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