Dormir en una cueva en Granada: estas son las mejores opciones en los sitios más bonitos

Los prehistóricos vivían dentro de cuevas para protegerse de los animales salvajes, pero es más que probable que se dieran cuenta también de algo de lo que luego se han percatado sus sucesores: dentro de las cuevas hay una temperatura casi constante, y eso garantiza que no hace ni demasiado frío en invierno, ni excesivo calor en verano.
Esa temperatura, a decir de los estudiosos, está entre los 18 y los 20 grados. Si en el exterior, en plena canícula, la provincia de Granada se coloca con bastante frecuencia en el umbral de los cuarenta, y a veces supera incluso esa barrera, dormir en una cueva se antoja una idea excelente, un sustituto del ventilador y del aire acondicionado.
En la provincia de Granada hay casas-cueva en varios emplazamientos: sobre todo en Alhama de Granada, en la capital y en el Altiplano, con epicentro en Guadix. Las de Alhama no son muchas y las de Granada, ubicadas en el Barranco del Abogado, el Sacromonte y en la ladera de la colina de la Alhambra, están casi todas ocupadas, no es del todo legal meterse allí dentro o no están en absoluto acondicionadas, así que mejor centrarse en las del Altiplano.
Una comarca ésta donde se ubica, por cierto, el Geoparque, una extensísima superficie de casi 5.000 kilómetros cuadrados que también abarca otras zonas próximas, como Baza o Huéscar. Pero en Guadix es donde existe una oferta más amplia y variada de casas-cueva. Y hasta un barrio que se llama así: el de las cuevas.

Allí, según datos del ayuntamiento, hay unas dos mil. «Son subterráneas, disfrutan de todas las comodidades de una vivienda moderna y de sus beneficios naturales, que son la temperatura constante y el silencio que aporta su aislante natural, la arcilla», destaca el consistorio en su web.
El entorno, además, es fenómeno. Salir de la cueva (nunca mejor dicho) lleva a una ciudad con un rico pasado. Guadix posee una catedral que empezó a edificarse en el siglo XVI con el sello del maestro de arquitectos Diego de Siloé y que mezcla el estilo renacentista y el barroco para lograr un conjunto en el que todo es destacable, empezando por supuesto por la fachada.
En torno a la catedral se abre una ciudad muy interesante de visitar, donde casi a cada esquina surgen casas de enorme valor arquitectónico y siglos de antigüedad, por desgracia no todas en perfecto estado de conservación. La plaza del ayuntamiento, porticada, es el centro neurálgico y tanto allí como en los alrededores está garantizado encontrar buenos sitios para comer y tapear. Además, al estar a bastante altitud -950 metros- Guadix ofrece fresquito hasta bien entrada la mañana y, salvo en días especialmente tórridos, noches soportables.
Pero volvamos a la cueva. Algunas están habitadas todo el año, tienen propietarios o inquilinos fijos, pero otras se pueden alquilar por fines de semana o periodos algo más largos. Hay un montón de sitios donde acudir para comparar precios, los portales de búsqueda por internet ofrecen variedad en cuanto a tamaño y dinero a desembolsar.
Algunos ejemplos, para que se vea por dónde van los tiros: en ese barrio hay disponible una casa-cueva llamada El Algarrobo, con cuatro dormitorios, válida para que se alojen siete personas y con dos baños, por 188 euros la noche. Está totalmente equipada, sirve para un grupo grande y se ubica en todo el cogollo.
La cueva Soledad tiene con cuatro dormitorios y capacidad para ocho personas, también está en el barrio. Se ofrece a 180 euros por noche, más el suplemento de limpieza, y dispone –obviamente en el exterior- de una terraza con zona para barbacoa. También tiene wifi.
Mucho más económica es la «preciosa casa cueva» que se oferta en Airbnb en el pueblo accitano, en lo que parece la zona más alta del barrio. También dispone de wifi, es válida para seis viajeros y, en el momento de redactar estas líneas, costaba 30 euros al día. El anuncio no lo especifica, pero es probable que sea el precio por ocupante.
Por lo demás, cerca de Guadix también hay casas, diseminadas en pueblos donde la tranquilidad está garantizada, sobre todo en los meses de verano. La Cueva Zambrano, también llamada Cortijo del Capellán, está muy cerca del municipio de Purullena, tiene tres dormitorios, está preparada para que pernocten seis personas y cuesta 96 euros por noche. Tiene piscina, un plus añadido.
ABC.es