Cinco de las mejores playas de España para amantes del surf

Cada viajero escoge su destino de vacaciones en función de lo que busca para aprovechar al máximo su escapada. Los hay que quieren absoluta tranquilidad, por lo que se decantan por playas salvajes y poco masificadas que se alejan de los principales núcleos urbanos de costa, quienes quieren viajar con sus mascotas, quienes van en familia y por tanto buscan arenales con aguas poco profundas y zonas de juegos o quienes buscan aventura, adrenalina y diversión. Uno de los deportes estrella que no pasa de moda y que aporta esto último es el surf y en España hay un buen puñado de playas donde se puede practicar esta disciplina garantizándose una jornada de diez. Estas son algunas de ellas.
En la Costa Trasmiera se encuentra Somo, una localidad famosa por la cultura surfera que alberga y por la consistencia de sus olas, que permite practicar este deporte a lo largo de todo el año, un plus para los amantes del surf. Es la playa del mismo nombre su enclave estrella que con dos kilómetros de extensión y rodeada de preciosos pinares y dunas regala una de las estampas más bonitas de la zona. Una curiosidad sobre este arenal es que cuando la marea está baja se puede ver, en su parte central, parte del pecio del mercante Antártico que lleva encallado en la arena más de 30 años. Dispone de servicio de socorrismo, limpieza diaria, duchas y parking.

La localidad vizcaína de Mundaka, ubicada en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, puede presumir de contar con la mejor ola izquierda de toda Europa que nace en la barra de Mundaka y termina en la playa de Laida. Con forma de tubo –lo que permite a los surfistas contemplar desde dentro toda la costa–, se crea con vientos del sur-suroeste y puede llegar a alcanzar los cuatro metros de altura y los 400 metros de largo. Aquí se realizan a lo largo del año competiciones a nivel internacional.
La playa de Laida, donde termina la ola, ofrece 812 metros de longitud que la convierten en la más grande de la ría de Mundaka y está rodeada por un entorno natural de gran belleza y diversidad ecológica.
Integrada en la Reserva Natural de la Ría de Villaviciosa, en Asturias, y rodeada de una extensa zona arbolada de pinos y eucaliptos, se encuentra la playa de Rodiles, un paraíso asturiano que suele tener gran afluencia de público en verano y no solo por su belleza, sino por todo lo que ofrece. Este arenal fino y dorado con más de un kilómetro de extensión y 300 metros de anchura (que sufren grandes variaciones con las mareas), está en una zona muy abierta con fuerte oleaje por lo que es, además, una de las favoritas de los surfistas que llegan para coger su afamada ola izquierda, una ola hueca, rápida y tubera que se ha coronado como una de las más destacadas del continente. Eso sí, no está recomendada para los que se estén iniciando en este deporte, sino para los más experimentados, quienes sabrán sacar el máximo provecho a una jornada de surf aquí.
Esta playa dispone de todo tipo de servicios como aparcamiento controlado, salvamento, silla anfibia, duchas, aseos y área de picnic, así como con de un paseo marítimo de madera por el margen de la ría.

Al noroeste de la isla de Lanzarote, dentro del Parque Natural del Archipiélago Chinijo, está la Playa de Famara, un arenal con carácter salvaje y cinco kilómetros bañados por aguas transparentes que con la marea baja forman una fina pantalla en la que se refleja el cielo y el risco de Famara como si de un gran espejo se tratara. Gracias a su longitud nunca se masifica, lo que se agradece en los meses de verano.
Esta es una playa ideal para practicar deportes acuáticos como bodyboard, kitesurf, windsurf y, por supuesto, surf gracias a su oleaje y vientos constantes, salvo con la bajamar cuando se forman grandes charcos de agua de poca profundidad perfectos para que los niños jueguen y disfruten. No dispone de servicios, por lo que es recomendable ir provisto de todo lo necesario para pasar el día, crema solar incluida ya que no hay sombras.

En la lista de imprescindibles no podía faltar la gaditana El Palmar, conocida por la gran calidad de sus olas. Ubicada en Vejer de la Frontera, a unos 9 kilómetros del núcleo urbano, esta playa que ofrece cuatro kilómetros de longitud y tiene picos variados con olas huecas y potentes. A lo largo del año tiene momentos perfectos para aprender –cuando hay poca mar–, por lo que es un arenal para todo tipo de surfistas. Sus aguas bravas y el fondo con elevada pendiente también ayuda.

Aquí se pueden encontrar diferentes escuelas para contratar clases particulares o alquilar material. Además, esta playa cuenta con servicio de socorrista y vigilancia y, una vez pasadas las dunas, en el paseo marítimo hay varios comercios y chiringuitos en los que tomar algo después de un día surfeando o ver el atardecer con buena música de fondo.
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