Captan por primera vez a dos orcas besándose con lengua: un hallazgo científico sin precedentes en el océano

En las frías y azules aguas del Ártico noruego, algo inusual y profundamente emotivo ocurrió bajo la superficie: dos orcas adultas fueron grabadas besándose con lengua.
El comportamiento, nunca antes documentado en esta especie, fue captado por un equipo de investigadores marinos que estudia la comunicación y el comportamiento social de estos majestuosos cetáceos.
El hallazgo, publicado en la revista científica Oceans, representa un hito en el conocimiento sobre las orcas y abre nuevas preguntas sobre la complejidad de sus vínculos.
El video muestra a dos orcas adultas del grupo noruego —una población salvaje bien documentada— en un gesto que recuerda a una interacción afectiva entre humanos.
Durante la secuencia, una de ellas introduce la lengua dentro de la boca de la otra mientras ambas flotan en sincronía, con movimientos suaves y una cercanía física evidente. Aunque las interacciones físicas entre orcas son comunes, esta es la primera vez que se documenta un comportamiento de este tipo con tanto detalle.

Las orcas son recordadas son recordadas por ser parte de shows en parques acuáticos. Foto:X:@TheSaiyanKiwi_
Los investigadores involucrados en el estudio lo describen como una muestra de contacto boca a boca con aparente intencionalidad social.
“Este tipo de comportamiento podría formar parte del repertorio de vínculos afectivos entre orcas adultas”, señala el informe científico liderado por la investigadora Gabriela Bellazzi, del Marine Mammal Research Program.
La grabación se realizó utilizando cámaras submarinas operadas desde un dron y herramientas de buceo en condiciones controladas, lo que permitió obtener imágenes nítidas sin perturbar a los animales.
En el contexto animal, los besos como forma de contacto social no son exclusivos de los humanos. Se han documentado comportamientos similares en bonobos, delfines y leones marinos.
Sin embargo, en el caso de las orcas, esta es la primera prueba visual concreta de una acción que involucre el uso de la lengua de forma tan directa, lo que sugiere que su interacción social puede ser más sofisticada y emocional de lo que se pensaba.
¿Un gesto sexual, afectivo o comunicativo?Aunque aún no es posible determinar con certeza el propósito del beso, el equipo científico propone varias hipótesis. Una de ellas es que se trate de una forma de comportamiento sexual o preámbulo erótico, algo que no sería inusual entre especies altamente sociales como las orcas. Otra posibilidad es que se trate de una expresión de afecto, reconocimiento o vínculo entre individuos del mismo grupo.

La foto es tomada del video que fue captado por cámaras submarinas operadas desde un dron. Foto:orcas besandosAlmunia, J., et al / Oceans (2025).
Las orcas poseen estructuras sociales complejas, organizadas en clanes matrilineales (pertenencia a un grupo determinado a través de la línea femenina) con fuertes lazos familiares. También se comunican a través de una amplia gama de vocalizaciones y usan el contacto físico para reforzar sus vínculos.
Por lo tanto, este gesto podría tener múltiples interpretaciones. Para los científicos, lo más relevante es que ahora existe una evidencia gráfica clara de que este tipo de interacción existe.
Implicaciones para la ciencia y la conservaciónLa importancia del hallazgo no radica únicamente en el gesto en sí, sino en lo que representa: un nuevo nivel de intimidad y complejidad social en una especie que aún guarda muchos secretos.
Bellazzi y su equipo destacan que comprender estos comportamientos es clave para diseñar estrategias de conservación más efectivas, centradas en el bienestar emocional y relacional de las orcas, no solo en su hábitat o su alimentación.
"Este beso puede parecer anecdótico, pero revela una dimensión profundamente social en las orcas que hasta ahora no habíamos logrado captar. Si queremos protegerlas, necesitamos entender no solo sus rutas migratorias o sus presas, sino también sus formas de conectarse entre sí", afirma la investigadora.
Además, el hallazgo refuerza la necesidad de continuar con investigaciones no invasivas que respeten los ritmos naturales de los animales. Tecnologías como los drones y las cámaras submarinas están permitiendo acceder a momentos de intimidad animal sin alterar su comportamiento, lo que representa un cambio fundamental en los métodos de observación marina.
ÁNGELA MARÍA PÁEZ RODRÍGUEZ - ESCUELA DE PERIODISMO MULTIMEDIA EL TIEMPO.
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