Alemania rebaja 46.000 millones de impuestos a las empresas

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Alemania rebaja 46.000 millones de impuestos a las empresas

Alemania rebaja 46.000 millones de impuestos a las empresas

Hace apenas un mes que el nuevo gobierno de Friedrich Merz se hizo con la Cancillería de Berlín y hoy ha salido del Consejo de Ministros el primer paquete con medidas de estímulo económico, con el que espera inyectar vida a una economía estancada y sin esperanzas de crecimiento para todo este año, según el último informe de los institutos económicos. Merz lanza un amplio programa de desgravación fiscal por valor de 46.000 millones de euros anuales para que los empresarios respiren y puedan invertir más. Se trata del acuerdo al que llegó con sus socios de coalición, los socialdemócratas del SPD, durante las negociaciones para formar gobierno. Su partido, la Unión Cristianodemócrata, llevaba en su programa electoral una reducción del impuesto de Sociedades del 30% al 25% y el SPD un bono condicionado 'Made in Germany', de manera que las exenciones fiscales favorecerán a las empresas que inviertan en el país.

El ministro de Finanzas, el socialdemócrata Lars Klinbeil, ha anunciado amortizaciones de hasta un 30% a las empresas que compren activos inmuebles entre finales de junio de este año y enero de 2028. También incluye exenciones adicionales a aquellas empresas que renueven sus flotas de vehículos eléctricos hasta los 100.000 euros y el recorte gradual del impuesto de Sociedades hasta 2029, año en que quedará en el 25%. Estas medidas podrían hacer que las empresas dedujesen hasta el 75% de sus impuestos en el mismo año en el que hagan la inversión. Asimismo, el proyecto de ley de la reforma fiscal contempla el hecho de que, cuando la medida expire, el impuesto a las cooperativas sobre la inversión se reducirá del 15% al 10%, buscando dar seguridad fiscal a largo plazo para las empresas y ayudarlas a competir a nivel internacional.

Antes de que las medidas entren en vigencia, deberán ser aprobadas en ambas cámaras del parlamento y Klingbeil espera la votación antes del receso de verano, a mediados de julio. «Revitalizar la frágil economía alemana, que ha sufrido dos años consecutivos de recesión, es una de las principales prioridades de la nueva coalición gobernante», ha identificado como objetivo. Esa vigencia a corto plazo es especialmente apreciada por las organizaciones empresariales alemanas, que han recibido con satisfacción el programa de acción inmediata.

«Las empresas necesitan una señal clara de partida y seguridad en la planificación de las inversiones antes de la pausa estival entre julio y agosto», ha declarado Tanja Gönner, directora general de la Federación de la Industria Alemana (BDI). «Muchas pymes llevan tiempo con el agua al cuello», ha reaccionado por su parte Christoph Ahlhaus, director general de la asociación de pequeñas y medianas empresas BVMW, «el mundo y la competencia no nos esperan y la rapidez de aplicación jugará un papel clave e la efectividad de las reformas».

El ministro ha justificado que, «tras un período de estancamiento económico es importante aumentar significativamente» el potencial de la economía germana y confía en que las este primer paquete de estímulo ayudare a «proteger empleos y poner a Alemania de nuevo en la senda del crecimiento». Con estas medidas, el gobierno alemán pretende «enviar una señal contundente sobre la competitividad a corto y largo plazo» y volver a mostrar a Alemania como un lugar beneficioso donde hacer negocios. Klingbeil ha adelantado, en este sentido, su intención de mejorar el trato que el fisco alemán ofrece a las ganancias y de ampliar los incentivos fiscales para Investigación y Desarrollo. Este paquete de reducción de impuestos corporativos se suma a un enorme plan de inversión pública de 500.000 millones en infraestructuras en los próximos diez años y al a determinación de cumplir con las exigencias de EE.UU. en el seno de la OTAN de elevar la inversión en Defensa hasta el 5% del PIB, que revertirán sin duda sobre el sector de fabricación de armamento alemán.

A pesar de todos estos esfuerzos, las empresas alemanas son reticentes a la inversión debido a la guerra comercial que ha iniciado Donald Trump, pero Klingbeil ve señales positivas tras las conversaciones entre los siete grandes países industrializados del G7 y confía en que la visita del canciller Merz a Washington ayude a calmar las aguas. En sus propias conversaciones, ha percibido a su homólogo estadounidense Scott Bessent como «muy constructivo y orientado a la búsqueda de soluciones», ha dicho.

ABC.es

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