Los humanos de la Edad de Hielo dominaban el fuego con técnicas avanzadas, según un nuevo estudio
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Un nuevo estudio ha revelado que los humanos que habitaron Europa durante el Último Máximo Glacial (LGM, por sus siglas en inglés) dominaban técnicas avanzadas de uso del fuego, pese a la escasez previa de evidencias arqueológicas. Esta conclusión surge del análisis de tres antiguos hogares encontrados en el sitio arqueológico Korman' 9, en la actual Ucrania.
Aunque el fuego había sido un recurso crucial para la humanidad desde hacía más de un millón de años, los vestigios de su uso durante el período más frío de la última Edad de Hielo, entre hace 26.500 y 19.000 años, eran hasta ahora sorprendentemente escasos. "Sabemos que el fuego estaba muy extendido antes y después de este periodo, pero hay pocas pruebas en el punto álgido de la Edad de Hielo", explicó William Murphree, geoarqueólogo de la Universidad del Algarve en Portugal.
Los investigadores destacan que, en el Paleolítico Superior, el fuego no solo servía para mantenerse caliente, sino que también era esencial para cocinar, fabricar herramientas y fortalecer los vínculos sociales. "El fuego no solo era cuestión de calor; era esencial para cocinar, fabricar herramientas y las reuniones sociales", señaló Philip Nigst, arqueólogo de la Universidad de Viena.
A pesar del clima extremadamente frío y árido del LGM, que provocó la pérdida de hábitats y el aislamiento geográfico, los científicos plantean varias hipótesis para explicar la aparente falta de evidencia de fuegos. Una posibilidad es que el frío extremo limitara el crecimiento de árboles, dificultando la obtención de leña; otra, que las duras condiciones destruyeran la mayoría de los restos arqueológicos, informa Science Alert.
Los científicos plantean varias hipótesis: una es que el frío extremo limitara el crecimiento de árboles, dificultando la obtención de leña
El estudio aplicó técnicas geoarqueológicas como análisis microestratigráficos, micromorfológicos y colorimétricos para investigar los hogares, revelando que se trataba de fogatas abiertas donde principalmente se quemaba madera. Pese a su sencillez, estas hogueras alcanzaban temperaturas que calentaban el suelo hasta 600 grados Celsius, lo que sugiere un control sofisticado del fuego.
El análisis de los fragmentos de carbón indicó que la madera de abeto era el principal combustible. Además, se encontraron restos óseos quemados, aunque su función aún no está clara. "Algunos de los huesos animales encontrados en el sitio fueron quemados a más de 650 grados Celsius. Estamos investigando si fueron usados como combustible o si se quemaron accidentalmente", explicó Marjolein Bosch, zooarqueóloga de la Universidad de Viena.
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Las diferencias observadas entre los tres hogares podrían indicar ocupaciones separadas del sitio, o bien usos distintos dentro de una misma ocupación. "La gente controlaba perfectamente el fuego y sabía usarlo de diferentes maneras, según el propósito", afirmó Nigst, quien añadió que los resultados sugieren que los cazadores-recolectores utilizaban el mismo lugar en distintas épocas del año durante sus migraciones anuales.
Sin embargo, aún persisten incógnitas sobre por qué existen tan pocos restos de hogueras en otros yacimientos contemporáneos. "¿Se destruyó la mayoría de la evidencia por el típico congelamiento y descongelamiento alternado del suelo en la Edad de Hielo?", se preguntó Murphree. "¿O simplemente no encontraron suficiente combustible durante el Último Máximo Glacial?", añadió Nigst.
El estudio, publicado en la revista Geoarchaeology, aporta una nueva perspectiva sobre la sofisticación tecnológica de los humanos de la Edad de Hielo, quienes, frente a condiciones extremas, no solo sobrevivieron, sino que demostraron un notable dominio del fuego.
El Confidencial