Sony WF-C710N: el diseño retro que oculta una proeza de audio inteligente

Probé los Sony WF-C710N en su versión Glass Blue, un tono translúcido que marca una declaración de intenciones: este no es solo un par de audífonos más, es una propuesta estética con carácter.
El color tiene un aire retro, casi nostálgico, que se mezcla con un diseño moderno y minimalista. Es un riesgo en una industria donde todo tiende a lucir igual, pero Sony lo asume con seguridad. Y gana.
A primera vista, los audífonos son ligeros, pequeños, se sienten cómodos. Se adaptan con facilidad al oído, logrando un sello físico que ya de por sí bloquea parte del ruido exterior. Pero lo que realmente sorprende es lo que sucede una vez se activan: la cancelación de ruido comienza a trabajar, y lo hace bien.

Sony WF-C710N Foto:Nicolás Cortés
No es una anulación agresiva, pero sí efectiva. Ideal para esos momentos en los que uno necesita concentración para trabajar o cuando sale a correr y quiere desconectarse un poco del mundo —aunque no por completo.
Lo interesante está en cómo estos pequeños dispositivos se comunican con su aplicación. A través de Sony Headphones Connect, los WF-C710N no solo permiten personalizar el ecualizador o los controles táctiles, sino que detectan si estamos quietos, caminando o incluso corriendo, y ajustan el perfil de cancelación de ruido en consecuencia.
Esto los hace proactivos: entienden que no es lo mismo escuchar música mientras se está sentado frente al computador que mientras se atraviesa una calle ruidosa. A veces uno necesita estar presente, alerta. Y los audífonos lo saben.
Por supuesto, también es posible tomar el control manual total de estas funciones, desactivarlas o ajustar los niveles según se desee. Esa versatilidad —esa libertad de dejar que el sistema piense por uno o elegir exactamente cómo queremos que suenen las cosas— es una de las mayores fortalezas de estos audífonos.

Sony WF-C710N Foto:Nicolás Cortés
En cuanto al estuche, es compacto y cabe sin problemas en cualquier bolsillo. Eso sí, el acabado translúcido del Glass Blue en el estuche puede no gustar a todo el mundo. Tiene una apariencia un poco plástica, especialmente en la tapa, que puede dar la sensación de fragilidad. En realidad, está construido en un plástico rígido y grueso, pero transmite esa inquietud de que con una mala presión podría partirse. Un punto menor, pero que puede importar para quienes valoran la sensación de solidez en los accesorios que usan a diario.
Uno de los retos —y esto aplica especialmente si vienes de ecosistemas como el de Apple o Samsung— es la curva de aprendizaje de los comandos táctiles. Los WF-C710N permiten controlar el volumen, cambiar de canción, alternar entre perfiles de cancelación de ruido y activar asistentes de voz… pero todo mediante combinaciones de uno, dos o tres toques en los auriculares. Al principio cuesta. Hay que memorizar qué hace cada gesto. Afortunadamente, esto también se puede personalizar desde la app, lo que ayuda a adaptarlo a tus preferencias. Pero sí: hay una curva, y no es inmediata.
Ahora bien, en lo que respecta al sonido, Sony no decepciona. El perfil es equilibrado, con graves presentes pero no invasivos, agudos definidos y una escena sonora sorprendente para este rango de precio. Aunque no cuentan con soporte para códecs de alta resolución como LDAC (propio de Sony) o aptX (de Qualcomm), que permiten transmitir audio con mayor fidelidad y menor compresión, la calidad sigue siendo notable.

Sony WF-C710N Foto:Nicolás Cortés
Estos audífonos funcionan con SBC y AAC, que son códecs estándar y ampliamente compatibles, suficientes para ofrecer un sonido claro y limpio en la mayoría de dispositivos, especialmente móviles. La ausencia de esos códecs avanzados puede notarse si eres muy exigente o si usas servicios de música en alta calidad, pero para la mayoría de situaciones cotidianas —desde llamadas hasta música en Spotify o YouTube Music—, el resultado es más que satisfactorio. Además, el ecualizador de la app permite jugar bastante con los perfiles si uno quiere más énfasis en los bajos o mayor claridad vocal.
La autonomía también es un punto fuerte: alrededor de 8.5 horas con cancelación activa, y hasta 30 o 40 horas si se suma la carga del estuche. Es más que suficiente para una jornada completa de uso, incluso exigente. Y con apenas cinco minutos de carga, se obtiene cerca de una hora de reproducción, algo que siempre se agradece cuando uno tiene prisa.
En resumen, los Sony WF-C710N son unos auriculares inteligentes, bien pensados y con una propuesta estética refrescante. Son perfectos para quienes valoran una experiencia adaptable y un sonido confiable en todo momento. No son perfectos —ninguno lo es—, pero en su conjunto ofrecen un equilibrio difícil de superar en su gama.
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