Noruega: Un oso polar fue asesinado a tiros; había amenazado a la gente en Svalbard.

Longyearbyen/Hannover. Un encuentro con un oso polar en libertad puede ser una experiencia impresionante e inolvidable. Y conlleva riesgos mortales: el Ursus maritimus , como se conoce científicamente a la especie, es el depredador terrestre más grande del mundo. Los osos polares se mueven silenciosamente y pueden atacar a los humanos sin previo aviso. Como resultado, un oso macho de cuatro años fue asesinado a tiros en el archipiélago noruego de Svalbard, conocido por muchos aquí como Spitsbergen.
Los detalles del incidente se están investigando con mayor profundidad, anunció el jueves el principal funcionario del Reino de Noruega en el archipiélago, Sysselmester Lars Fause. La especie está estrictamente protegida y solo se puede cazar si representa una amenaza concreta. El cadáver del oso polar ha sido trasladado a la capital de la isla, Longyearbyen, para su posterior análisis.
En Svalbard, es posible encontrarse con estos animales en cualquier lugar y momento, a veces incluso en las inmediaciones de los asentamientos. Según la oficial de policía de mayor rango del archipiélago, Elisabeth Fiksdal Knutsen, el tiroteo fatal del miércoles por la tarde ocurrió en la península de Blomstrand, en Kongsfjord. «El grupo de personas que se encontraban en una cabaña en la península consideró necesario disparar para defenderse del ataque del animal», declaró, resumiendo las declaraciones de los implicados que se han registrado hasta la fecha en el curso de la investigación. La zona se encuentra al norte de Ny-Ålesund, un lugar donde numerosos investigadores internacionales pasan los meses de verano.
Se estima que hay alrededor de 2000 osos polares en Svalbard y sus alrededores, y unos 4000 en toda la región del mar de Barents. Las autoridades noruegas advierten a los visitantes del archipiélago que no subestimen el peligro que representan estos animales. Nunca se debe dejar a los asentamientos sin guías locales, ya que solo ellos pueden evaluar adecuadamente el comportamiento de los osos polares. Además de armas de fuego, también llevan otros elementos disuasorios, como pistolas de bengalas, para ahuyentar a los animales si es necesario.

Un capítulo de la historia industrial llega a su fin en Svalbard: con el cierre de la última mina de carbón, el asentamiento de Longyearbyen pierde a su principal empleador. La fuerte presencia rusa en el archipiélago también supone un desafío para Noruega.
Dispararle a un oso polar solo está exento de castigo si no hay otra forma de defenderse. La especie está bajo protección internacional desde 1973 y, desde entonces, la caza está totalmente prohibida en Svalbard. La legislación ambiental local generalmente prohíbe la perturbación, la atracción o la persecución innecesarias de los osos polares. Cualquiera que viole esta prohibición se enfrenta a un castigo.
Debido a las estrictas leyes, tampoco se ofrecen safaris de osos polares en el archipiélago. Desde principios de este año, se han implementado nuevas normas de distanciamiento social: si avista un animal fuera de un asentamiento, debe mantenerse al menos a 300 metros de él; entre marzo y junio, esta distancia se amplía a 500 metros.

Una señal de tráfico advierte sobre la presencia de osos polares en una carretera en el archipiélago de Svalbard, en el norte de Noruega.
Fuente: Steffen Trumpf/dpa
Debido al cambio climático global, el hielo marino del Ártico se está reduciendo rápidamente, y con él, el hábitat natural de los osos polares. En los últimos años, se ha observado que algunos miembros de la especie pasan más tiempo en tierra, buscando otras fuentes de alimento además de la extremadamente grasosa carne de foca, que suele constituir una parte importante de su dieta. En Svalbard, por ejemplo, cazan renos y se alimentan de huevos en colonias de aves.
Es imposible afirmar con certeza hasta qué punto el cambio en las condiciones de vida provocará situaciones más peligrosas para los animales en contacto con los humanos. Es posible que los osos polares busquen cada vez más zonas cercanas a asentamientos humanos para alimentarse. Sin embargo, los expertos destacan que los animales son bastante tímidos y, por lo tanto, mantendrán la distancia o huirán por iniciativa propia.
Sin embargo, los encuentros peligrosos entre osos polares y humanos ocurren con frecuencia: por ejemplo, en febrero, un guía turístico tuvo que usar su pistola de bengalas para ahuyentar a uno. El animal salió ileso y las autoridades investigadoras clasificaron el disparo como defensa propia.
En abril, ocurrió un incidente en el asentamiento ruso de Pyramiden, donde un hombre escapó de un oso subiéndose a una moto de nieve y huyendo. Un video de la escena circuló en redes sociales.
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