Una pareja de ancianos fue hervida viva en el sótano tras subir la calefacción a 1.000 grados

Una pareja de ancianos de Carolina del Sur, en Estados Unidos, tuvo un final trágico cuando fueron hervidos vivos en el sótano de su casa, con temperaturas que alcanzaron los 1.000 grados.

Joan Littlejohn, de 84 años, y su pareja, Glennwood Fowler, de 82, subieron el radiador para combatir el frío, pero resultó ser fatalmente excesivo. El sombrío descubrimiento se produjo tres días después de que la pareja reportara problemas con su sistema de calefacción.

La pareja había informado a su familia el miércoles que su calefacción y calentador de agua no funcionaban correctamente, lo que provocó que los familiares los visitaran y aparentemente solucionaran el problema.

Sin embargo, durante una ola de frío en Spartanburg, se supo que un familiar había subido el radiador a un nivel peligrosamente alto sin darse cuenta. La policía no encontró señales de forcejeo ni violencia en el lugar.

Tras varios días sin saber de ellos, familiares preocupados visitaron la casa y se toparon con la terrible escena. La pareja fue encontrada muerta en enero de 2024, y las autoridades indicaron que el interior de la casa estaba "extremadamente caluroso", según informa el Mirror US .

Glennwood fue encontrado sin ropa en la cama, mientras Joan estaba sentada a su lado.

Los resultados de la autopsia descartaron intoxicación por monóxido de carbono, lo que indica que su temperatura corporal había superado los 41 °C, una temperatura superior a la que se podía medir. También se analizaron los niveles de dióxido de carbono, que no eran anormalmente elevados, según el informe policial.

El forense del condado expresó su preocupación, diciendo: "No detectamos ninguna irregularidad en los cuerpos en la escena, pero nos preocupa que la temperatura fuera tan alta".

Los paramédicos descubrieron los cuerpos dentro del dormitorio al entrar por una ventana sin llave, según las autoridades. Sin embargo, tuvieron dificultades, ya que la temperatura corporal excedía el rango del termómetro, lo que impedía que este proporcionara una lectura superior a 41 °C.

Enfrentando valientemente el intenso calor, los jefes de bomberos revelaron que la casa registraba una temperatura insoportable de más de 49 grados Celsius, incluso después de ventilarla durante unos 20 minutos. Un bombero comentó: «La calefacción estaba tan caliente que parecía que el sótano estaba en llamas».

Al darse cuenta de que el calentador no estaba encendido, los bomberos lo apagaron de inmediato. El informe policial detalló: «Luego midieron la temperatura del propio calentador, que superó los 1000 grados».

Mientras limpiaban el aire del fuerte olor a gas, el equipo logró hacer funcionar nuevamente el termómetro antes de abandonar el lugar.

Al reflexionar sobre la terrible experiencia, el oficial anotó en su informe: «Al revisarlo, vi que la temperatura de la residencia era de 35 grados. La temperatura se registró después de que la casa llevara abierta unas dos horas y media».