Ver Los Juegos del Hambre como documental

Esta semana, el mundo, experimentando la oscuridad de Gaza, se transformó una vez más en un escenario de Los Juegos del Hambre. Las multitudes que incitaron al odio antinegro en el asesinato de Iryna Zarutska, quien huyó de la guerra en Ucrania y buscó refugio en Estados Unidos; la retórica en Dundee, Escocia, donde el nacionalismo se transformó en racismo al comparar a una niña de 12 años con "Corazón Valiente"; el ataque a una comisaría de policía en Balçova, Esmirna, por un joven de 16 años... El levantamiento y el incendio de la Generación Z en Nepal, la caída del gobierno en Francia, los bloqueos contra la principal oposición en Turquía, todo resumido en una sola frase: Todo, a la vez, en todas partes. En medio de este caos, volver a ver Los Juegos del Hambre con mi hermano, que aún no la había visto, me hizo sentir como si estuviera viendo un documental. Estas películas, antes envueltas en la sombra como "distopías juveniles", ahora se despliegan en la pantalla con una realidad casi documental. El abismo entre el esplendor del Capitolio y la miseria del Distrito 12 parecía menos una ficción distante y más un vívido resumen de los noticieros actuales. Las crisis y los desastres que estallan simultáneamente en todo el mundo nos están atrapando a todos en la arena de Panem. La pregunta es: ¿Quién está sentado entre el público, quién es el jugador activo y quién es el PNJ? (Personaje No Jugador)
EL INCIDENTE DE DUNDEE Y EL ANÁLISIS DE BRAVEHEARTEl incidente de Dundee y casos similares demuestran cómo se han difuminado los límites entre la "reacción justificada" y la "desinformación e incitación". Imágenes supuestamente vinculadas al incidente ocurrido en St Ann Lane, Dundee, que mostraban a una niña blandiendo cuchillos y hachas, se difundieron en redes sociales. Junto con estas imágenes, se compartieron rápidamente acusaciones de que la niña y sus amigas estaban siendo acosadas y seguidas por individuos descritos, sin ninguna prueba, como "migrantes". Elon Musk, propietario de la plataforma X, volvió a compartir estas acusaciones, escribiendo: "¿Qué gobierno arresta a niñas pequeñas que intentan defenderse?". Musk, al igual que el showrunner de Los Juegos del Hambre, Caesar Flickerman, tomó el micrófono; bajo los focos, un pequeño incidente se transformó en una muestra de heroísmo en el estadio. El público reaccionó en redes sociales, haciendo sonar sus teclados como los aplausos del estadio. Así como Katniss fue simbolizada como el "sinsajo" en el estadio, el activista de extrema derecha Tommy Robinson estuvo entre quienes compartieron las acusaciones. Millones de personas contribuyeron a transformar el incidente en una historia heroica, una epopeya casi similar a Corazón Valiente. La niña fue retratada en dibujos animados como "Corazón Valiente", y una campaña de recaudación de fondos lanzada por su familia recaudó 30.000 libras esterlinas repitiendo las acusaciones. La campaña afirmaba que la niña "necesita nuestra ayuda para enfrentarse a un sistema legal corrupto que culpa a los inmigrantes extranjeros de sus crímenes en lugar de perseguir a las víctimas". La policía pidió al público que no compartiera información errónea ni especulara sobre el incidente. Al igual que el triángulo amoroso de Katniss fue manipulado por el equipo de relaciones públicas en Los Juegos del Hambre, el evento real fue manipulado mediante distorsiones en los medios de comunicación y las redes sociales. En este caso, el público consumió la historia que se le presentó, no la verdad. Los protagonistas fueron quienes compartieron, distorsionaron y alimentaron la cultura del linchamiento; los PNJ fueron aquellos que, sin saberlo, se perdieron en el sistema.
CRIMINALIZACIÓN DE LAS CRISIS Y LA PROGRESIÓN DEL DOLOR¡El incidente de Zarutska es un completo desastre! Las imágenes del asesinato del 22 de agosto aparecieron en redes sociales esta misma semana, convirtiéndolo en un espectáculo global. Los numerosos antecedentes penales del asesino sirvieron como prueba del colapso del sistema judicial para los demócratas, mientras que las divisiones sociales transformaron rápidamente esta violencia en un aliciente para el odio racial. El momento en que la joven, que había buscado refugio en Estados Unidos desde Ucrania, fue asesinada se convirtió en una fuente de entretenimiento, alimentada por comentarios de odio y cadenas virales. Así como el Capitolio aplaudió las muertes en la arena en Los Juegos del Hambre, todos los que vieron y compartieron en redes sociales se convirtieron en parte del mismo mecanismo. Y una vez más, el odio anti-negro se alimentó, dando un nuevo impulso a la extrema derecha blanca. Y en este incidente, algunos se convirtieron en actores activos que alimentaron la ira, mientras que otros observaron en silencio y se convirtieron en espectadores; muchos, sin saberlo, quedaron atrapados en el papel de PNJ. El levantamiento de la Generación Z en Nepal comenzó con jóvenes que exigían justicia social y medio ambiente. Aunque inicialmente prometedor, fue posible apoyar este movimiento, la situación se descontroló rápidamente y hoy se ha vuelto extremadamente criminal, incluso violenta. La difuminación de las demandas condujo a la criminalización del movimiento. Las redes sociales documentaron y manipularon esta situación. Videos y publicaciones heroizaron las acciones de los jóvenes o los convirtieron en el foco de la violencia. Al igual que los Distritos en Los Juegos del Hambre, los jóvenes presentan diversas demandas, pero en última instancia, estas son absorbidas por un marco construido por los medios y el público.
LA DISTOPÍA NO ES UN GÉNERO, ES UN DIAGNÓSTICOLa saga de Los Juegos del Hambre predijo todo esto hace años: cuando el dolor se convierte en entretenimiento, todos nos convertimos en jugadores, espectadores y personajes no jugables. La distopía no es un género; se ha convertido en el nombre de la realidad sociopolítica en la que vivimos. La crítica no debería centrarse únicamente en las técnicas cinematográficas o la estructura narrativa; debería centrarse en cómo el público experimenta el presente, cómo "observa" los acontecimientos sociales. Debemos encontrar una salida a la arena; de lo contrario, todos nos convertiremos en accesorios en este escenario. Quizás el primer paso, como señala Byung-Chul Han, sea ver cada reacción y cada intercambio no como una actuación automática, sino como un espacio de consciencia. Hacer una pausa; preguntarnos: "¿Por qué veo esto? ¿Es mi reacción realmente mía o soy parte del espectáculo?". Solo entonces podremos elegir ser sujetos de la realidad, no de las historias que se nos imponen.
BirGün