Esta computadora está hecha a partir del cerebro humano: tiene una vida útil como la de un ser vivo.

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Esta computadora está hecha a partir del cerebro humano: tiene una vida útil como la de un ser vivo.

Esta computadora está hecha a partir del cerebro humano: tiene una vida útil como la de un ser vivo.

La computadora CL1, desarrollada por Corcital Labs, se basa en un sistema de biorreactor, a diferencia de las computadoras basadas en hardware. El dispositivo se compone de neuronas humanas obtenidas de células madre e implantadas en un chip. Estas neuronas se mantienen vivas alimentándolas con un líquido especial y pueden interactuar con el mundo exterior.

A diferencia de los sistemas operativos clásicos, CL1 cuenta con su propia infraestructura de software llamada «biOS» (Sistema Operativo de Inteligencia Biológica). Este software simula entornos virtuales y envía diversas señales de datos a las neuronas. A cambio, las señales eléctricas de las neuronas generan efectos en la simulación.

CONSUMYE MUCHO MENOS QUE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Según Cortical Labs, la mayor ventaja del sistema reside en la capacidad de las neuronas para autoprogramarse. La compañía afirma en su comunicado:

Las neuronas son el resultado de cuatro mil millones de años de evolución. Son infinitamente flexibles y producen mucha menos energía que los sistemas de IA tradicionales.

El consumo energético del CL1, de sólo 20 vatios, también respalda esta afirmación, lo que lo convierte en un modelo innovador en términos de eficiencia energética.

PUEDE SER UNA ALTERNATIVA A LA EXPERIMENTACIÓN CON ANIMALES

El dispositivo se posiciona no solo como una computadora, sino también como una herramienta de investigación científica. Puede utilizarse para analizar cómo las neuronas reales responden a la información, modelar el funcionamiento cerebral e incluso ofrecer una alternativa a los experimentos con animales.

Se espera que los usuarios del CL1 sean equipos de investigación con infraestructura de laboratorio avanzada. El dispositivo puede integrarse con cámaras, actuadores y sensores externos para configuraciones experimentales.

LA VIDA ESTÁ LIMITADA A SOLO 6 MESES

Por otro lado, esta computadora tiene una vida útil muy corta en comparación con sus contrapartes mecánicas. La parte biológica del dispositivo, las neuronas vivas, solo puede permanecer activa un máximo de seis meses. Transcurrido este período, la unidad de soporte vital deja de funcionar. Sin embargo, Cortical Labs está trabajando en una solución en la nube para superar esta limitación.

Con este sistema, denominado “Wet Software Service”, será posible conectarse a múltiples dispositivos CL1 e interactuar con estas celdas vía acceso remoto.

EL PRECIO DE VENTA FUE IMPRESIONANTE

El CL1 tiene un precio de venta al público de 35.000 dólares. La empresa solicita a los investigadores que deseen adquirir el dispositivo que rellenen un formulario de solicitud que detalle el tipo de estudio que realizarán, cuyo objetivo es evaluar el dispositivo para su uso ético y científico.

Cortical Labs captó la atención en 2021 con su trabajo, que demuestra que estas redes neuronales pueden aprender a jugar a un videojuego sencillo (Pong). CL1 es candidato a hacer historia como el primer producto comercializado de esta visión.

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