Selin Nakıpoğlu: La decisión es como una prueba de fuego para nuestra definición de 'poder judicial masculino'

El veredicto se produjo en el caso de Pınar Gültekin, que fue quemada viva y arrojada al río con hormigón vertido sobre ella el 16 de julio de 2020 en Muğla. Tres miembros de la 1ª Sala Penal del Tribunal Supremo de Apelaciones dijeron que la sentencia del asesino debería reducirse, diciendo que "Pınar Gültekin no fue asesinado con un sentimiento salvaje y el asesino Metin Cemal Avcı cometió el asesinato bajo provocación injusta". Esta decisión ha revelado una vez más la conexión entre el concepto de justicia y el procesamiento de los actos de violencia machista en Turquía. El hecho de que un asesinato cometido con métodos similares a los utilizados por ISIS, como quemar viva a una mujer y verter hormigón sobre ella, no se considere dentro del ámbito del "sentimiento monstruoso" es la indicación más clara de la legitimación de la violencia contra los cuerpos de las mujeres. Esta decisión es como un papel tornasol para nuestra definición de PODER JUDICIAL MASCULINO.
En lugar de pensar en cómo prevenir la violencia machista y desarrollar políticas al respecto, el gobierno del AKP retiró su firma de la Convención de Estambul. Con la retirada del acuerdo, se alentó y se les dio una palmadita en la espalda a los hombres que estaban considerando o cometiendo violencia contra las mujeres, los niños y las personas LGBTI+. Al retirar la firma, el gobierno del AKP dijo brevemente lo siguiente: No protegeremos a las mujeres, niños y personas LGBTI+ de la violencia masculina. Los asesinos también recibieron este mensaje. Tal como dijo en el tribunal el asesino de Pınar Gültekin, Cemal Metin Avcı: "La anulación del Convenio de Estambul fue algo bueno".
En esencia, el régimen está haciendo cosas y acciones que están en línea con su naturaleza, porque está HUDA PAR en un extremo del régimen, AKP en el medio y MHP en el otro. La situación actual está evolucionando hacia la misoginia día a día. Hostilidad hacia las mujeres y las personas LGBTI+ que no hay necesidad de ocultar; Por nuestro género estamos sujetas a la humillación, a la violencia y a la legitimación de la violencia machista. Es posible encontrar rastros de misoginia, que legitima toda esta violencia, opresión, explotación y discriminación contra las mujeres, en la historia, las religiones y las tradiciones. Este enfoque, que ha penetrado en el núcleo de los islamistas políticos, también proporciona narrativas útiles para subordinar a las mujeres y someterlas al control masculino.
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