¿Qué pasaría si dejáramos de utilizar plástico?

El plástico es una de las revoluciones del siglo XX. A partir de la invención de la baquelita en 1907, el proceso se expandió rápidamente después de la Segunda Guerra Mundial. En 1950, se producían 2 millones de toneladas de plástico al año, alcanzando los 380 millones de toneladas en 2015. Hoy en día, el plástico está en todas partes: en edificios, electrodomésticos, ropa, muebles y, por supuesto, en los envases.
Las investigaciones muestran que, de los 8.300 millones de toneladas de plástico producidas en 2015, 6.300 millones terminaron como residuos, y gran parte de ellos aún persisten en el medio ambiente . Los microplásticos están por todas partes, desde las profundidades oceánicas hasta el hielo antártico. El plástico se ha convertido prácticamente en un "marcador del Antropoceno".
HOSPITALES Y SISTEMAS DE SALUD. Sin plástico, los sistemas de salud colapsarían. Las unidades de diálisis, las jeringas, las bolsas de sangre, las mascarillas quirúrgicas y cientos de artículos desechables son vitales. Por ejemplo, una amigdalectomía en el Reino Unido puede resultar en más de 100 piezas de plástico.
Durante la era de la COVID-19, las mascarillas y respiradores de plástico han salvado vidas. Sin guantes ni instrumental quirúrgico de plástico, los graves riesgos de infección y muerte serían inevitables.
SISTEMAS DE ALIMENTOS Y ENVASES. Los envases de plástico son fundamentales para la conservación, el transporte y la prolongación de la vida útil de los alimentos. Por ejemplo, pueden prolongar la vida útil del brócoli en el refrigerador hasta una semana. Sin plástico, las frutas y verduras frescas se echarían a perder rápidamente y las cadenas de suministro podrían colapsar.
Aunque las alternativas al vidrio o al papel puedan parecer ecológicas, su mayor peso puede incrementar las emisiones de carbono durante el transporte. Además, la agricultura industrial sería prácticamente imposible sin el plástico.
ROPA Y TEXTILES: El 62% de la producción textil mundial se compone de fibras sintéticas (a base de plástico). Sin plástico, la moda rápida sería imposible; sería necesario aumentar la producción de algodón y fibras naturales, lo que incrementaría el consumo de agua y pesticidas. Además, los plásticos sintéticos son esenciales en el calzado y el equipamiento deportivo; sería imposible abastecer a todo el mundo con calzado de cuero o materiales naturales.
PLÁSTICO Y SALUD. El plástico también representa riesgos para la salud. Aditivos como los ftalatos y el BPA pueden alterar el sistema hormonal, causar problemas de fertilidad y causar problemas metabólicos e inmunitarios. Estas sustancias químicas pueden entrar al organismo a través de los alimentos y la exposición ambiental.
Un mundo sin plástico reduce estos riesgos, pero los efectos a largo plazo de los desechos y la exposición existentes continúan sintiéndose durante generaciones.
LIMPIEZA DE RESIDUOS PLÁSTICOS Y ALTERNATIVAS. Los plásticos presentes en océanos y zonas costeras representan una grave amenaza para los ecosistemas. La limpieza de los residuos plásticos puede frenar la formación de microplásticos y marcar la diferencia para la vida marina.
Los plásticos de origen biológico (como el almidón de maíz y el bagazo) pueden ofrecer ciertas propiedades, pero no son totalmente ecológicos. Requieren compostaje industrial y los aditivos pueden suponer riesgos para la salud.
VIDA COTIDIANA Y CULTURA DEL CONSUMO. Un mundo sin plástico transforma no solo los productos, sino también nuestro estilo de vida. En lugar de productos de un solo uso, deberíamos optar por productos duraderos, reparables y reutilizables. Reciclar y reutilizar envases transforma a las personas no solo en consumidores, sino también en ciudadanos activos.
La vida puede volverse más lenta: almorzar, hacer compras o usar dispositivos móviles se vuelve más estructurado. Pero esto también puede ser un cambio positivo para el medio ambiente y la salud.
Si bien una vida sin plástico es teóricamente posible, presenta importantes desafíos prácticos. La atención médica, la alimentación, el transporte y la vestimenta requieren transformaciones significativas. Además, reducir el uso innecesario de plástico y desarrollar bioplásticos y estrategias de reciclaje es un paso crucial para el medio ambiente y la salud humana.
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