La experiencia sigue siendo una posición: Portugal, bronce

Metas, metas, metas. Victoria, victoria, victoria. Portugal llegó a las lejanas Islas Seychelles decidido a esquivar las dos últimas ediciones del Mundial de Beach Soccer, donde no logró alcanzar el top 4 de la competición, e incluso intentar volver a la senda del triunfo en la competición tras 2015 y 2019. Para ello, la Selección Nacional tuvo una fase de grupos 100% exitosa, superando a Paraguay (11-9), Mauritania (8-4) e Irán (7-5) antes de eliminar a Japón en cuartos de final en un encuentro electrizante decidido por un hat-trick de Jordania para la victoria por 7-6. En semifinales, el sorteo quiso que hubiera un cruce con Brasil, en lo que fue visto por muchos como una especie de final anticipado de la competición. Todas las decisiones podrían tomarse de antemano.
Confirmando la ventaja en términos históricos, Brasil fue más fuerte y terminó venciendo a Portugal por 4-2, asegurándose un lugar en la final del Mundial de 2025 ante Bielorrusia, que el año pasado terminó la competición en el cuarto lugar (mejor clasificación de la historia). En cuanto a la selección nacional, solo quedaba luchar por el último puesto del podio, frente a una Senegal en crecimiento que había terminado en cuarto lugar en 2021. Más que ser mejor o peor, Mário Narciso tenía la complicada tarea de reanimar a un equipo que siempre había aspirado a ser campeón del mundo de nuevo, pero que solo pudo lograr el bronce.
Lo que tengo que destacar es que realmente fue un gran espectáculo y una gran publicidad para el fútbol playa. Son dos grandes equipos. Cayó del lado de Brasil, como pudo haber caído del nuestro. Es natural fallar goles en la arena, hoy nos tocó a nosotros. "Tuvimos días en que la pelota pegó en el montículo y entró, hoy no entró. Felicitaciones a Brasil, fueron justos ganadores y también lucharon como leones", resumió Mário Narciso después del partido.
En términos históricos, e incluso antes de esta edición, Portugal ya era el segundo equipo con más apariciones en el podio de un Mundial, sólo por detrás de Brasil, llevándose dos medallas de oro, una de plata (2005) y tres de bronce (2008, 2009 y 2011). Y tenía otra particularidad: en cuatro partidos por la medalla de bronce, sólo había perdido una vez contra Francia en 2006, tras lo cual venció consecutivamente a España, Uruguay y El Salvador. Ahora no fue diferente y, entre muchas dificultades, logró su séptimo podio en carrera.
El primer tiempo comenzó con Portugal intentando sacar al máximo a Senegal de su zona de confort en un juego más físico y explorando salidas rápidas. Esta parte estratégica se estaba cumpliendo pero, en la primera ocasión en que el equipo africano encontró espacios, Ninou Diatta abrió el marcador (3′). El equipo no reaccionó precisamente mal a la desventaja, pero los minutos transcurrieron sin empate, hasta el punto de que los primeros 12 minutos acabaron con un solo gol. La presión nacional aumentó entonces, Jordania vio un disparo desviado por el portero Ndiaye al poste, hubo disparos peligrosos iniciados por el portero Mano pero, con un número de goles atípico, Senegal siguió por delante (1-0).
Portugal tendría que hacer algo diferente en los últimos 12 minutos para igualar y relanzar la decisión del bronce, con Miguel Pintado y André Lourenço, ambos con siete goles, teniendo poco tiempo para igualar al máximo goleador de la competición (el bielorruso Ihar Bryshtsel, con nueve). Aún así, lo importante fue marcar el gol, que lo consiguió Léo Martins, en una buena jugada colectiva que puso el 1-1 justo al inicio del tercer periodo (26′). Portugal intentó calmar los ánimos para luego salir en busca de la victoria, pero fueron los africanos los que se adelantaron de nuevo, con un fabuloso lanzamiento de falta de Sidy Fall en posición central (31'), y el Coimbra puso el 2-2 al minuto siguiente de cabeza tras una asistencia de Bê Martins (32'). El partido entraba en su fase decisiva, con André Lourenço sufriendo y transformando un penalti que sería decisivo en el minuto 34 antes del momento que paralizó todo y a todos cuando Senegal estrelló el balón en el poste... en el último segundo.
observador